Dos Hermanas
La Feria de Mayo vive sus días grandes con la llegada del fin de semana
El calor no impidió que el recinto de Vistazul se llenase a mediodía

Con la llegada del fin de semana, la Feria de Dos Hermanas vive sus días grandes y de mayor esplendor cuando el recinto se llena al completo de visitantes. Las buenas temperaturas, con calor pero no sofocante en las horas centrales del día, están acompañando a que el público se anime a disfrutar de la Feria desde bien temprano, especialmente en las casetas más familiares y de amigos donde los grupos flamencos animan el ambiente al ritmo de las rumbas y sevillanas.
Y es que, si bien en los primeros días de la Feria se notó que el recinto, ubicado en el barrio de Vistazul, se quedaba huérfano de público en determinadas franjas horarias, este viernes el panorama cambió por completo. Los coches de caballos inundaron las calles de albero de este real, que lucía más si cabe con el devenir de las mujeres vestidas de flamenca y el numeroso público que se concentraba a las puertas de las casetas. Hubo, incluso, un coche de caballos que lucía un cartel de «se alquila» para todo aquel que quisiera disfrutar de la tarde desde otra perspectiva. Carácter abierto, desde luego, no le falta a esta Feria nazarena.
Mientras tanto, varias azafatas repartían abanicos de cartón por las calles de la Feria para aliviar el calor del mediodía. Cálidas temperaturas que se entremezclaban con la ligera brisa que corría a media tarde y que venía a completar la que estaba siendo una jornada plena en el real. Se vio mucho más público que otros días, probablemente porque era festivo local en Dos Hermanas y la antesala del fin de semana, cuando se espera que llegue el gran grueso de visitantes no sólo de la ciudad nazarena sino también de los municipios de los alrededores.
Hay, para ello, varias bolsas de aparcamientos vigilados y gratuitos en las inmediaciones del recinto ferial, así como otros tantos aparcacoches autorizados por el Ayuntamiento para coordinar y controlar el estacionamiento de vehículos en las calles aledañas.
El tiempo parecía detenerse cuando el sol caía en la Feria y los últimos rayos, ya débiles, reflejaban la arcada de la portada principal. Amigos de Gines y Plaza Nueva ponían la banda sonora a esta bella estampa desde la Caseta Municipal, mientras que los grupos y cantos improvisados de sus feriantes completaban el compás de esta fiesta que se crece especialmente con la llegada de la noche y que vivirá este sábado su día grande.
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