En Dos Hermanas
Cuando las puertas del colegio no sólo se abren para estudiar
Los centros Fernán Caballero, Los Montecillos y San Fernando están abiertos este verano, pero no para dar clases de Matemáticas o Lengua

Pese a que el curso escolar terminó a finales de junio, los centros educativos Fernán Caballero, Los Montecillos y San Fernando de Dos Hermanas, han continuado abiertos durante este verano. Parte de sus clases se siguen llenando cada día de niños, expectantes por conocer qué les deparará la mañana en el centro, si aprenderán a construir una figura a partir de cajas de cartón o si les tocará excursión a la piscina.
Son las Escuelas de Verano, que promueve el Ayuntamiento de Dos Hermanas a través de la Delegación de Bienestar Social en zonas de transformación social de la ciudad. Se llaman escuelas pero en ellas no se da ni Lengua ni de Matemáticas, sino más bien otro tipo de temáticas, que a veces se escapan de la programación educativa anual y que son igualmente válidas para completar la formación de este alumnado.
«Esto no es un refuerzo escolar, vienen a disfrutar», explica la delegada de Bienestar Social, Lourdes López, durante una visita al CEIP Fernán Caballero, «no queremos que sea una carga continuada de lo que han hecho durante el año». Eso no quiere decir que los menores no aprendan. Sí que lo hacen, pero en torno a otras materias como el reciclaje, las normas de convivencia o la historia de su propio barrio.
Las clases, para niños de entre 3 y 12 años, se van a desarrollar hasta el próximo 21 de agosto, fecha en la que se dará fin a estas escuelas con una fiesta en el Velódromo. Los menores se distribuyen por clases según la edad y asisten a diferentes horas, de 10.00 a 13.30, a sus clases de lunes a viernes.
En las aulas, unos grupos aprenden a realizar sus propios contenedores de reciclaje a través de cajas de cartón, mientras que otros colorean un mural. Los viernes, además, toca piscina, una actividad que siempre es la que más éxito tiene y más esta semana, con las altas temperaturas que se han registrado.
Aula de discapacidad
A lo largo de su verano en el colegio, estos niños tendrán la oportunidad también de pasar una jornada de convivencia en el parque de la Alquería con los alumnos que conforman el aula de discapacidad, ubicado en dependencias de la Delegación de Bienestar Social. Alrededor de 15 personas se han inscrito este año en estas clases que buscan servir de respiro familiar y mantener la formación de estos alumnos con algún tipo de discapacidad intelectual durante el verano.
«Casi todos los niños repiten todos los años», comenta una de las monitoras a lo que completa la delegada que «la mayoría son ya asiduos, de hecho, algunos son ya hombres y mujeres». Dos educadoras y una cuidadora se encargan de estar con ellos de lunes a viernes, de 8.00 a 15.00 horas, en lo que no deja de ser un verano distinto, para descansar pero también para continuar aprendiendo sin dejar de lado la diversión, que para algo se está de vacaciones.
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