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dos hermanas

Padres de un colegio hacen de albañiles para construir un comedor para sus hijos

Los niños de un centro de Montequinto llevan ocho años usando la biblioteca como improvisado comedor escolar

Padres de un colegio hacen de albañiles para construir un comedor para sus hijos abc

laura montes

Los escolares del colegio Europa de Montequinto , en Dos Hermanas, llevan desde hace ya ocho años utilizando la biblioteca como un improvisado comedor, a la espera de que la Junta de Andalucía construya un nuevo espacio para dar cabida a este servicio que el centro tiene asignado. En un primer momento, se buscó como «solución temporal» habilitar esta biblioteca para acoger las mesas y sillas en las que comen cada día estos escolares en tres turnos, el último de ellos cerca de las cuatro de la tarde. Sin embargo, la falta de respuesta por parte de la Administración andaluza hizo reaccionar a estos padres, que pusieron en marcha una plataforma para buscar una solución al problema.

Si una puerta se cierra, otra se abre. Es, desde luego, lo que se plantearon Malu, María, Marga y Ana, las cuatro madres que integran esta plataforma pro-comedor del colegio Europa que no han desistido en su lucha desde que se pusieran a trabajar en ello a finales de 2012. «En una reunión en Educación nos dijeron que era inviable construirlo ahora mismo ya que no era una prioridad, así que les planteamos si podíamos buscar un proyecto diferente», recuerdan estas madres. Fue así como dieron con el estudio Recetas Urbanas, del sevillano Santiago Cirugeda , quien les propuso precisamente una solución para poner en marcha este comedor a bajo coste; hacerlo ellos mismos con materiales reutilizados.

Reducir costes

El proyecto del comedor cumple, por tanto, con la normativa «reduciendo costes a una tercera parte, algo que se logra con la premisa del trabajo en equipo». Según explica Cirugeda, sería además la primera vez que se llevaría a cabo un programa de autoconstrucción de un equipamiento educativo en Andalucía. Se trata, por tanto, de que padres, familiares y amigos aporten su granito de arena a este proyecto participativo, colaborando en la ejecución del comedor con lo que sepan hacer. La plataforma tiene ya diseñado, de hecho, un formulario que repartirán entre las familias para que indiquen qué se les da bien y qué quieren o no aprender. Hay, desde luego, tareas para todos, desde pintar, ayudar con la hormigonera, labores de carpintería o cocinar las tortillas para que el personal empleado pueda comer.

Por lo pronto, ya tienen un listado con los materiales que necesitan para el comedor. «Las ventanas ya la tenemos, una madre del colegio nos dijo que las iba a cambiar por si nos interesaba guardarlas», cuentan. Habrá, eso sí, una parte de la obra que estará dirigida por una cuadrilla de profesionales , pero luego serán estos voluntarios -que estarán asegurados- los que actúen a modo de peones en la obra para conseguir que sus hijos tengan, por fin, un comedor adecuado.

Apoyo del Ayuntamiento

El proyecto cuenta con el apoyo de la dirección del centro, de la AMPA y de toda la comunidad educativa en general. Sin embargo, pese a que las obras son de bajo coste era necesario ante la falta de presupuesto de la Junta, encontrar algún tipo de financiación. Finalmente, el Ayuntamiento de Dos Hermanas , que tenía constancia de esta reivindicación, se ha comprometido a ayudar a estos padres, de forma que las cuentas municipales para 2015 incluyen una partida específica de alrededor de 140.000 euros para costear estas obras. Para ello, ha sido necesario buscar un «encaje legal» convirtiendo este comedor en un «espacio de convivencia para el municipio» . «Va a repercutir en satisfacer ese servicio escolar, pero también en ese movimiento que se ha despertado en el colegio», aseguró el alcalde Francisco Toscano. Ahora, solo queda que se redacte un convenio entre la Junta, el Ayuntamiento y la AMPA del centro para poder iniciar las obras, ya que la intención es que para el próximo curso el nuevo comedor pueda estar listo.

Después de todo este tiempo de lucha, las madres insisten en resaltar los valores que se promueven con este proyecto. «Nosotros estaremos en la obra y los niños también» , asegura Marga, ya que serán unas semanas de convivencia y participación, de trabajo en equipo y de reutilización de materiales. «Les estamos transmitiendo a nuestros niños valores fundamentales como la fuerza del trabajo en equipo o la importancia de lo público», aseguran estas madres que harán las veces de peones de una obra de autoconstrucción , que se ha convertido en la única alternativa que tenían para lograr que sus hijos tengan un comedor lo antes posible.

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