Suscríbete a
ABC Premium

Personajes

«El cabo Rafael», el último municipal de Utrera

Rafael Aguilar se ha jubilado de su puesto como policía municipal tras más de cuarenta años de servicio

«El cabo Rafael», el último municipal de Utrera a.f.

Alberto Flores

El 22 de abril del presente año, Rafael Aguilar, conocido en Utrera como «el cabo Rafael», alcanzaba la jubilación, dando por concluida así una carrera de cuarenta y un años como policía municipal. En estas más de cuatro décadas, Rafael ha tenido una visión privilegiada de lo que ha ocurrido en Utrera, siendo testigo directo de los cambios sociales que ha experimentado la localidad.

«El Cabo Rafael» nació en la pequeña localidad de Algámitas, pero con solo siete años recaló en Utrera con su familia, atraídos por la fama del colegio de Los Salesianos, centro escolar en el que cursó sus estudios. Su padre era Guardia Civil, por lo que siempre Rafael ha tenido muy buena relación con este cuerpo de seguridad.

Con la jubilación de Rafael sin lugar a dudas acaba una estirpe de policías municipales, que entendían su profesión en un lugar como Utrera de una forma distinta a las labores que hoy realiza la policía local. Un municipal que ha recorrido caminando en multitud de ocasiones las calles de Utrera, que ha conocido a la perfección sus barrios y a sus habitantes. Una figura parecida a lo que siempre se ha reivindicado en la localidad, un policía de barrio. «Con mi jubilación se han terminado en Utrera los policías municipales tradicionales, los que gastábamos mucha suela de zapato al mes caminando por las calles», explica Rafael.

Su primer destino, y que le marcó profundamente fue El Palmar de Troya, un lugar donde residió durante varios años en el colegio. Precisamente con relación a El Palmar vivió una simpática anécdota, cuando tuvo que detener a varios miembros del movimiento de los carmelitas de la Santa Faz, por usar hábitos que no les correspondían. «Tengo todavía guardado en mi casa el cinturón de Clemente Domínguez, que se lo quitamos al detenerlo y después nunca vino a recogerlo».

Rafael siempre ha estado en contacto con la calle y con todo lo que pasaba en la localidad, con el objetivo de ayudar y de estar como él mismo dice «al lado de los débiles». «Una de mis mayores satisfacciones a lo largo de mi carrera es que el Hospitalito habilitó un cuarto de baño para que pudieran lavarse los mendigos y vagabundos. Siempre he estado al lado de los más débiles y de las personas mayores», explica Rafael.

Este utrerano de adopción ha sido siempre un enamorado del protocolo y de las buenas formas, por eso afirma que en más de cuarenta años de servicio «siempre me ha encantado saludar a todo el mundo y nunca me he quitado la gorra. Como he estado tantos años estoy seguro de que soy el municipal que más veces me he equivocado, pero jamás he defraudado a un compañero, los he defendido siempre, a lo malo he intentado llegar el primero».

Ahora Rafael disfruta tranquilamente de su jubilación, paseando por las calles junto a sus nietas, o disfrutando de los partidos del Madrid y del Betis, asegurando que «siempre he sido un enamorado de mi trabajo, lo que menos me gustaba era poner multas». 

«El cabo Rafael», el último municipal de Utrera

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación