La sonrisa de David conquista a Guillena

Una gran sonrisa y la vitalidad de un niño de cuatro años que bulle alegría son el mejor antídoto para Jorge e Inmaculada, de 33 y 38 años, los padres de David Ramírez, que disfrutan del crecimiento de su hijo y lo acompañan en cada momento para que la paráisis cerebral sobrevenida al nacer no sea una barrera infranqueable en su crecimiento, y en la relación del menor con su entorno.

Esta familia de Guillena se vio arropada este sábado en un festival musical organizado por voluntarios en el recinto ferial, por el que pasaron decenas de artistas y colectivos locales para aportar su talento y su trabajo para la mejora de las condiciones de vida del menor.

El problema de David llegó cuando vio la luz por vez primera. «Al tiempo de nacer recibió accidentalmente un golpe que le provocó un coágulo de sangre», relata su padre, Jorge Ramírez, «que se tradujo en una parálisis cerebral que le afecta al sistema motriz».

Aunque cognitivamente tiene la capacidad de procesar la información, las limitaciones en su movilidad tienen incidencia en todas las fases de su desarrollo, donde ha ido quedando progresivamente atrás. Los primeros días de vida los pasa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Santa Ángela de la Cruz de Bellavista, donde permaneció hospitalizado, entre la vida y la muerte. En este momento, su padre se ve forzado a pedir a la empresa de electricidad en la que trabajaba, en Alcalá del Río, el permiso de paternidad de quince días que le correspondía, para turnarse junto a su pareja mientras su hijo permanecía ingresado. Al momento de incorporarse a su puesto de trabajo tras el período de baja paternal fue despedido de manera fulminante. Acababa de perder su empleo y la manera de obtener unos recursos económicos imprescindibles para seguir adelante con los tratamientos y las necesidades especiales que precisa el pequeño, a cuyo atención dedica la pareja sus días.

El primer año de vida fue el peor por la incertidumbre de saber si su hijo saldría adelante. «Si ya es complicado para unos padres primerizos tener a su hijo, podréis imaginar cuando viene en una situación así: se te viene el mundo encima; no sabes dónde acudir», abunda Jorge. Mirando atrás, lamenta cómo en todas las etapas junto a David «todo absolutamente es de pago y muy costoso», propiciando el colapso económico para su familia.

«Hemos llamado a muchas puertas y la mayoría te las abre mucho más allá de lo material: siempre hay personas que están para ayudarte en la adversidad y nos dan ánimo cuando nos venimos abajo», relata sin contener su emoción este padre de familia, que se afana con esperanza y con el respaldo de una plataforma de voluntarios bajo el lema #TaponesParaDavid en organizar actividades para obtener fondos.

«Con los tratamientos especializados que actualmente existen en varias clínicas, David va progresando muy positivamente y es la ilusión de poder aportar alguna ayuda para que así pueda continuar con estos tratamientos el motivo de esta gran cita» explican los organizadores del último evento que surgió de manera espontánea por un grupo de ex alumnos del colegio Padre Manjón de Sevilla, donde estudió Inmaculada, la madre del menor.

La historia ha querido que la sonrisa de David venza cada jornada a su particular Goliat, y ha trascendido lo local. El futbolista Álvaro Arbeloa al conocer este caso donó a la familia una camiseta firmada por los jugadores del Real Madrid, que sortearon en un evento solidario donde Guillena se hizo fuerte ante esta adversidad.