Un brote de gastroenteritis afecta a decenas de vecinos en Castilblanco

El precario suministro del agua ha derivado en una crisis de salud pública en Castilblanco de los Arroyos, donde este lunes las autoridades sanitarias alertaron de un brote de gastroenteritis mientras se investigan las circunstancias que han provocado el foco infeccioso. Desde el viernes y hasta el mediodía del lunes se contabilizaron siete menores hospitalizados y aislados en el área de infecciosos del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, aunque los diagnosticados son más de setenta, y en algunos casos familias enteras por contagio, según informaron fuentes farmacéuticas.

Las autoridades sanitarias han instado al Ayuntamiento, como medida de prevención, a clausurar de manera temporal las piletas y abrevaderos del casco urbano con el objetivo de acotar el foco infeccioso que podría estar determinado por una bacteria. Una medida que mantendrán hasta que se obstengan los resultados de un análisis microbiológico. Los vecinos, no obstante, aseguran que el agua que dispensan pilares como el situado en el callejón de la Mora proviene de veneros naturales, por lo que rechazan que el brote pueda estar localizado en estos suministros que, aunque de manera minoritaria, sí usan algunos lugareños por cuenta propia como fuente de abastecimiento, dada la desconfíanza del agua que sale de los grifos.

La alternativa es el agua embotellada, dado que el problema del suministro en la localidad suma años pendiente de resolver. El consistorio ha emitido un comunicado donde aseguran que el agua de la red se encuentra dentro de los márgenes de potabilidad, y descartan que pueda estar en la base de la infección gastrointestinal que afecta a decenas de vecinos. En un escueto texto, desde el ayuntamiento remiten a unas analíticas que supuestamente se habrían realizado, sin que se hayan hecho públicos sus resultados o las fechas en las que se llevaron a cabo dichos estudios.

Malestar y desconfianza entre los vecinos

Acciones cotidianas como beber un vaso de agua, llenar un recipiente para cocinar, poner una lavadora o darse una ducha están en los últimos años condicionadas por la calidad del líquido elemento. En los últimos meses el agua de la red pública de abastecimiento que llega a las viviendas del término municipal de Castilblanco ha vuelto a poner en alerta a los lugareños, que han denunciado públicamente a través de las redes sociales las precarias condiciones del servicio.

Las imágenes de garrafas de agua extraídas de la red municipal con tonos verdosos o marrones, el fuerte olor que desprende el líquido o los residuos que quedan al fondo de los recipientes donde se echa han generado un amplio debate sobre su potabilidad. Te duchas y te pica todo el cuerpo, asegura Cristina Viera, una vecina que lamenta cómo se paga el recibo cada mes por un agua que a su juicio no es óptima para beber o cocinar.

En la misma línea se posicionaba María del Carmen Ruiz, que reclamaba un agua digna con una imagen del agua de su bañera en la que decía que hasta para los animales debía garantizarse un servicio de calidad. Los sintomas del brote de gastroenteritis que en algunos casos afecta a todos los miembros de una misma familia son: estado febril, náuseas y diarrea con sangre. 

El 80% de la población no bebe del agua del grifo, informaron desde el Ayuntamiento en febrero de 2011 cuando se detectaron altas concentraciones de aluminio en el embalse de Los Molinos que abastece a la localidad. El Ayuntamiento de Castilblanco, gobernado en minoría por el socialista Segundo Benítez, informó a finales de 2010 que los problemas del agua en el municipio sólo se resolverían con una estación depuradora de agua potable.   El regidor presentó el proyecto unos meses antes de las elecciones municipales de 2011 con el compromiso de que la Junta de Andalucía la licitaría de manera inminente. Cuatro años después, el proyecto no ha sido licitado ni se ha informado de los plazos de su ejecución.