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Vuelve la pesca del cangrejo rojo a los arrozales de Isla Mayor

Con la entrega de 400 licencias la actividad se retomó el jueves también los viveros isleños que lo comercializan

Un pescador de cangrejo rojo ABC

FERNANDO RODRÍGUEZ MURUBE

El pasado jueves, los pescadores de Isla Mayor volvieron a faenar en los arrozales en busca del cangrejo rojo.Tras cinco meses de desesperada espera -en los que una sentencia del Tribunal Supremo segaba de raíz casi 200.000 jornales anuales y un volumen de facturación que supera los 20 millones de euros-, esa localidad sevillana ha vuelto a respirar. La Orden que aprobó el Plan de Control del Cangrejo Rojo en Andalucía anuló parcialmente los efectos de dicha sentencia, lo que ha devuelto la sonrisa a este pueblo marismeño. No es para menos, ya que el 70% de sus habitantes vive directa o indirectamente de la industria creada hace más de cuarenta años a orillas del Guadalquivir en torno a este crustáceo.

«Si la sentencia hubiese entrado en vigor habría significado el final de Isla Mayor, ya que la mayoría de los jóvenes se verían obligados a abandonar el pueblo». Quien augura este triste pronóstico es Paco Galera, quien lleva 37 de sus 57 años pescando los cangrejos que surcan los preciosos verdes mares que dibujan las infinitas y frondosas hectáreas sembradas de arroz que rodean la isla y en las que cada año se capturan cuatro millones de kilos de este crustáceo importado de EE.UU. en los años setenta.

«No se puede concebir Isla Mayor sin la existencia del cangrejo rojo . Antes, el principal motor económico del pueblo era el arroz. En campaña el pueblo, de 4.000 personas, multiplicaba su población, lo mismo que pasa ahora con los municipios costeros. Venía gente de muchos puntos de Andalucía para trabajar en el arroz. Ahora, con la mecanización de este cultivo, apenas genera empleo. Menos mal -afirma- que llegó el cangrejo y sustituyó al arroz en cuanto a generación de empleo».

La «bomba de relojería» que suponía la sentencia del TS se ha desactivado a tiempo, justo cuando arranca la campaña de este año, que ha comenzado más tarde debido a que el cultivo del arroz ha experimentado un retraso por culpa de la escasez de lluvias del pasado invierno. El cangrejo aparece y coge tamaño cuando el proceso del arroz está bien avanzado.

Factoría donde se procesa el cangrejo rojo ABC

Atrás queda el irrespirable ambiente que ha invadido cada rincón del municipio durante estos intensos meses debido a la congoja que generaba la visión de que se fundieran todas sus previsiones de futuro. Ahora la cosa ha cambiado. Que el semblante de los isleños es otro es algo que se palpa nada más entrar en el pueblo. «¡Me acaban de contratar para toda la campaña!» , grita Carmen con una sonrisa reveladora a unas amigas que se disponen a entregar el currículum a las puertas de Emfacar, una moderna empresa instalada justo en la entrada de la localidad, que genera más de doscientos puestos de trabajo gracias principalmente a la transformación, elaboración y comercialización del cangrejo rojo. En este sentido, el empleo más común es pelando las colitas de los crustáceos. Existen otras cuatro empresas dedicadas casi en exclusiva al cangrejo en Isla Mayor , sumando cada una otros tantos contratos. Para la gerente de Emfacar, Elizabeth Carnerero, con esta orden «se hace justicia con un sector que presta un servicio tanto ecológico y social. Ecológico porque los cangrejos son una plaga y con nuestra industria ayudamos a controlarla. Y un servicio social generando numerosos puestos de trabajo en un momento histórico en que no abundan precisamente ».

También entre los pescadores es latente la alegría por haber salvado este «match ball». Tras la publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) de la Orden del Plan de Control del Cangrejo Rojo en Andalucía , los agentes de Medio Ambiente completaron hace unos días los trabajos de registro y precintado de nasas para la captura del cangrejo rojo. El plan ordena que se capturen todos los ejemplares posibles -no existiendo ni cupos ni tallas mínimas- fundamentalmente en la comarca del Bajo Guadalquivir. Los ejemplares extraídos de las nasas tendrán que ser depositados en los establecimientos autorizados donde serán pesados a su llegada.

La única pega para los pescadores es que desde ahora queda prohibida la venta del cangrejo vivo, perdiendo así algo de mercado. Siguiendo con el protocolo, los pescadores recogieron el pasado miércoles las licencias facilitadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que les habilita para la captura de esta especie. En total se han llegado a superar las cuatrocientas licencias.

Continuando con el símil tenístico , los cangrejeros no solo han levantado una pelota de partido si no que lo han remontado y ganado. Y es que, como explica Francisco José, un joven isleño de 32 años licenciado en Informática y pescador desde hace diez, gracias a este nuevo plan de ordenamiento «ahora somos legales. El siguiente paso que queremos dar es profesionalizar el sector», ya que el 90% de los pescadores tienen que recurrir al paro agrícola que obtienen gracias a que trabajan como temporeros recogiendo fresas y espárragos durante las respectivas campañas.

La profesionalización de la pesca del cangrejo conllevaría una serie de oportunidades que les tendrían activos durante todo el año, excepto los dos o tres meses que necesitan para preparar artesanalmente las nasas (redes). Esto sería posible gracias a que se abrirían los espacios donde pescar. «Ahora mismo sólo podemos pescar en Isla Mayor y poco más. Si te vas a un pantano o a un arroyo te puedes buscar una ruina. Lo que queremos es poder pescar todo el año con más libertad en cuanto a zonas».

Después de verle las orejas al lobo y pese a esta demanda del colectivo cangrejero que viene de lejos, actualmente están bastante conformes con el giro que han dado los acontecimientos respecto a meses pasados, ya que además de suspenderse la prohibición, el precio del kilo de cangrejo está en una cifra récord , en torno a los 75 céntimos frente a los 45 centímos del año pasado. La cantidad media de kilos que suele pescarse oscila entre los doscientos y los cuatrocientos kilos, dependiendo de la experiencia del pescador .

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