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ÉCIJA

El palacio de Peñaflor acogerá un museo, una escuela de turismo o un mesón

El proyecto de restauración de la zona monumental contará con un millón de euros del Gobierno central

Imagen del patio central del palacio, actualmente rehabilitado A.L.

ÁNGELA LORA

Hicieron falta siglos y la transformación impulsada por diferentes linajes familiares que desembocaron en el Marquesado de Peñaflor para convertir el Palacio «de los balcones largos» en el edificio declarado Monumento Nacional en 1962 ; pero sólo bastaron un puñado de años para destrozarlo en el intento de transformarlo en hotel.

No obstante, el horizonte parece despejarse para este inmueble que es seña de identidad ecijana y, aunque su recuperación completa aún tardará, ya se han dado dos pasos fundamentales para devolverle su esplendor.

El primero es la subvención de un millón de euros que recibirá Écija con cargo al 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento para restaurar parte la zona monumental: la portada, las caballerizas, el patio apeadero, la escalera imperial y el torreón completo. Las obras empezarán en pocas semanas y tienen un plazo de ejecución de 12 meses, por lo que se estima que para el próximo verano la rehabilitación de esta zona esté lista.

Expolio y caos

El segundo hito también es de envergadura: decidir cómo se va a usar el palacio en el futuro. Después de la «nefasta» obra del hotel, que dejó el edificio en una situación de «expolio» y «caos», según la arquitecta municipal Valle García-Verde, la cuestión no es baladí. Por ello, el equipo formado por García-Verde, el también arquitecto municipal Tomás Rojas y el arqueólogo Sergio García-Dils , ha consensuado con todos los grupos políticos de la ciudad el Plan de Usos del inmueble, logrando su aprobación en Pleno.

Dadas las enormes dimensiones del palacio ( más de 7.000 metros cuadrados ) y la necesidad de que se autogestione sin ser una «carga» para el Ayuntamiento, se ha apostado porque el futuro Peñaflor no tenga un solo uso, sino varios.

Así, se perfilan hasta siete usos distribuidos en sendas zonas del palacio: una casa museo del Barroco y Neoclásico del Palacio de Peñaflor; una escuela de formación de Turismo y Hostelería ; un mesón; una zona de oficinas del edificio y del área de Turismo; un laboratorio de restauración; un museo etnológico y almacenes.

El primero de ellos, la casa museo, será un espacio público en el que se aprovechará el enorme patrimonio artístico legado a la ciudad por el Marquesado : pinturas singulares, mobiliario y enseres encargados en China, Francia, Alemania... incluso curiosos instrumentos científicos que darán un retrato fiel de cómo era la vida en Peñaflor en los siglos XVIII y XIX. «Las posibilidades de musealización se disparan», comenta Sergio García-Dils.

Por otro lado, la zona noble, de uso privado de los marqueses y la de servicio, se transformará en una escuela de formación profesional de turismo y hostelería con el asesoramiento de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SA.FA.) Las espectaculares caballerizas, en excelente estado de conservación, también se abrirán al público en forma de mesón-restaurante, el cual, según Tomás Rojas, respetarán el bien y tendrá carácter «reversible».

Laboratorio

Cerca del mesón y con acceso por la calle Torcal irán las oficinas administrativas del edificio y del área de Turismo. Junto a la zona monumental se quiere instalar un laboratorio del rico restauración del patrimonio local, ya que el actual del Museo Histórico Municipal está saturado y más enfocado a los bienes arqueológicos.

Asimismo, en el área conocida como Casa de Campo se creará un museo etnológico que enlace con los orígenes agrícolas y ganaderos de la ciudad y, por último, el edificio exento de las antiguas cocheras se dedicará a almacén .

Como bien recalcó el equipo, este Plan de Usos es una «muestra de intenciones» de lo que se quiere hacer en el palacio, por lo que está «abierto» a posibles mejoras que se concretarán en el futuro en el Plan Director del edificio, actualmente en elaboración.

A excepción de la Casa Museo , que podrá hacerse realidad cuando culmine la intervención del 1,5% Cultural, el resto de usos se irán materializando cuando se cuente financiación y se concreten los proyectos. No obstante, la dirección es clara y la dejó patente el equipo: los usos han de ser «reales y sostenibles» , porque «el edificio que no se usa no se conserva».

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