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SALTERAS

Los sombreros de Salteras, los preferidos de judíos de todo el mundo

Isesa lleva más de un siglo fabricando sombreros adaptados a todas las culturas y religiones. Ha duplicado su facturación desde que empezó la crisis gracias a su internacionalización

Miguel García Gutiérrez, junto a la bastisacha más antigua de la empresa con la que se elaboran conos de fieltro D.C.

DANIEL CUÉLLAR

El Aljarafe alberga desde hace una década a la factoría líder en España de fabricación de sombreros. Isesa (Industrias Sombrereras Españolas, Sociedad Anónima) fue una empresa pionera que comenzó a exportar en los años 30 del pasado siglo y desde entonces el mercado internacional ha absorbido una gran parte de sus productos.

Miguel García Gutiérrez es el director general de Isesa. «Esta empresa surge de otra, Fernández y Roche, que inicia su actividad en Sevilla, en el año 1885 , que pronto se convierte en una empresa importante, debido al uso extendido del sombrero, y que llega a tener contratados en plantilla a 1.000 trabajadores , en sus dos factorías en la capital hispalense», comenta el director.

Pero a partir de la década de los 30, cuando el sector entra en crisis tras decaer el uso del sombrero, esta empresa se fusiona con otras dos para crear Isesa, intentando sobrevivir a la crisis. Pese a la fusión, siguie siendo una empresa familiar, encabezada ahora por la cuarta generación de sus fundadores.

Del centro de Sevilla a Salteras

En el año 2005 deciden cambiar las instalaciones que tenían en el centro de Sevilla, donde están muy limitados por el problema de carga de los camiones, y deciden traerlo al polígono Los Llanos de Salteras. «Desde entonces nos encontramos en una fábrica totalmente nueva y diseñada para el proceso productivo que tenemos », comenta Miguel García a ABC Provincia.

Durante los comienzos de la factoría, la producción consistía en una fabricación masiva que poco a poco se fue convirtiendo en un producto más redefinido, consistente en la fabricación de conos de fieltro durante la década de los 30 y los 40, que se vendía a otras fábricas en el mundo. Luego va evolucionando hasta que en los años 80 todo el producto que se vende es ya un producto terminado.

Es, además, en esa época cuando entra el mercado judío-ortodoxo, que hoy es el más importante que tiene la empresa, ya que prácticamente constituye un 60 por ciento de la producción. Esto se debe a que un judío ortodoxo cierra su fábrica en el extranjero y se asienta en Sevilla. Es cuando asesora a Isesa para desarrollar su producto, y desde entonces, ésta les vende sus productos.

«Desde 2007 llevamos a cabo una labor de exportación, más dirigida hacia ciertos mercados diferentes, cómo puede ser mercados de moda de Brooklyn en Estados Unidos, o Israel y Reino Unido , en Europa. Gracias a ello, hemos duplicado la facturación en lo que refiere a la exportación, lo cual nos ha hecho compensar la bajada producida por la crisis que se ha notado mucho en nuestro producto», comenta el director general.

La fabricación

El proceso consiste básicamente en la fabricación del fieltro a base del pelo de conejo compactado. A través de una máquina llamada bastisacha se obtiene un cono que posteriormente se tinta y se engoma para darle un apresto a los modelos que lo necesiten. Acto seguido ,se moldean y se le añaden los accesorios que van cosidos sobre el fieltro, la badana interior y el forro, que va pegado.

«El proceso de fabricación, desde que se saca el pelo de conejo hasta que se tiene el producto terminado, conlleva más de doscientas operaciones que se realizan en esta fábrica, de las cuales la gran mayoría tienen un proceso artesanal considerable. Esto es un valor diferencial muy important e porque creemos que hoy se valora mucho más el trabajo artesanal, un trabajo humano considerable y el buen hacer de los artesanos que trabajan en la factoría», comenta Miguel García.

De hecho, existe una generación de la fábrica que empezaron a trabajar con 14 años y ya tienen más de 50. « Combinamos gente más antigua y experimentada con gente nueva y dinámica que va aprendiendo el oficio », cuenta a ABC Provincia. Actualmente trabajan en la empresa unas 40 personas, de las cuales 25 de ellas lo hacen en el proceso de fabricación, 10 más en administración, y el resto en las tiendas propias que tiene en la calle Rosario de Sevilla, y en la calle Las Carretas, en la aldea de El Rocío.

Además de los productos que fabrican, importan otros de forma exclusiva para el mercado español, con el fin de ofertar a los clientes otros productos que puedan complementar a la colección que realiza la factoría sevillana en Salteras.

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