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Beber un vaso de agua durante las comidas no engorda

Lo que sí es cierto es que beber agua muy fría «puede enlentecer la digestión y el vaciamiento gástrico, lo que dificulta la absorción de nutrientes»

Un hombre se sirve un vaso de agua ABC

ABC

El agua es fundamental para la salud , pues cuando la bebemos estamos eliminando toxinas y desechos de nuestro organismo, lo que es fundamental para que el organismo y el riñón como sistema excretor puedan funcionar correctamente. Pero, según los especialistas, un exceso del nivel de líquidos durante las comidas puede afectar negativamente a nuestra salud.

El doctor Francisco Astudillo Martín , del equipo de Medicina Interna y Geriatría del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa , asegura que «beber más líquido del recomendado distiende el estómago y esto dificulta una correcta digestión». Además, hay que desmentir la creencia popular de que beber un vaso de agua durante las comidas engorda: «No es cierto y no tiene ninguna razón de ser. El agua no tiene calorías y no engorda».

Lo que sí es cierto es que beber agua muy fría «puede enlentecer la digestión y el vaciamiento gástrico, lo que dificulta la absorción de nutrientes, provocando trastornos asociados. Es recomendable beber agua natural pero que no esté a temperatura elevada », afirma el doctor Astudillo.

Por otro lado, la dermatóloga María Teresa Ojeda Vila , del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, asegura que el agua fría en la piel «provoca una contracción de los capilares y de la circulación periférica en general y esto favorece el retorno venoso, es decir, se eliminan más toxinas y se aporta una mayor firmeza y elasticidad». Y continúa: « Aunque normalmente tendemos a poner la temperatura de la ducha demasiado caliente, lo ideal sería ducharnos con agua templada, entorno a los 28-30 grados, porque el agua muy caliente puede provocar quemaduras en la piel y, sobre todo, sequedad; mientras, el agua fría puede irritarla».

Del mismo modo, la doctora Ojeda recuerda que es muy importante que la piel esté bien hidratada para evitar la formación de eccemas y su envejecimiento. Para ello se debe ingerir entre un litro y un litro y medio de agua al día y utilizar la crema hidratante que mejor se adapte al tipo concreto de piel.

En cuanto a la hidratación durante la práctica deportiva, María Dolores Moliní Cabrera , del Servicio de Nutrición y Dietética del hospital sevillano, señala la importancia de una adecuada ingesta de agua ya que, «según estudios realizados, una deshidratación del 2% puede significar una disminución del rendimiento en un 20% ».

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