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Blas Ballesteros pierde el puesto en el Ayuntamiento que le dio Monteseirín

La juez aprueba su despido y aclara que los testigos no pudieron concretar a qué se dedicada exactamente el exedil

Blas Ballesteros pierde el puesto en el Ayuntamiento que le dio Monteseirín kako rangel

alberto garcía reyes

El socialista Blas Ballesteros, que fue delegado de Movilidad en el primer mandato de Monteseirín, se va definitivamente a la calle. Su puesto en la Fundación DeSevilla, que le fue concedido en 2005, ha desaparecido tras la liquidación de la misma y aunque Ballesteros ha denunciado al Ayuntamiento y a todas sus empresas municipales reclamando un sitio en otro lugar, el juzgado de lo Social número 11 de Sevilla ha tumbado todas sus pretensiones, de manera que a partir de ahora tendrá que buscarse la vida fuera de la administración municipal.

La sentencia de la juez Adelaida Maroto, a la que ha tenido acceso este periódico, explica que Ballesteros fue contratado el 1 de junio de 2005 en la Fundación Emasesa pese a que se había acordado su disolución el 19 de mayo de ese mismo año para crear la nueva Fundación DeSevilla, algo que ocurrió el 15 de julio de 2005. El socialista, que cobraba entonces 137 euros diarios pese a que el convenio fijaba como salario máximo 96 euros, pidió una excedencia voluntaria el 1 de octubre de 2007, fecha en la que obtuvo un «contrato de alta dirección» en Emasesa. Sin embargo, el 24 de mayo de 2011, dos días después de que el PSOE perdiera las elecciones, Ballesteros pidió su reingreso en DeSevilla. Y al no lograrlo debido al proceso de liquidación por deuda de 1,5 millones que tenía este organismo, acudió a los tribunales.

Sin embargo, él mismo reveló en el juicio que «mientras que duró la relación laboral con Fundación DeSevilla, su salario era abonado por ésta pero en realidad trabajaba en las dependencias de Emasesa y para ésta realizando las tareas de jefe de grupo, asesorando a la Gerencia en dicha entidad y participando en nombre de Emasesa en la Junta Directiva de la Asociación de Fundaciones de Andalucía». En la sentencia, en cambio, se recogen las sorprendentes afirmaciones de los testigos, que para la juez resultan «sumamente vagas e inconcretas» como para saber a ciencia cierta a qué se dedicaba Ballesteros. De hecho, asegura la magistrada que estos testimonios «sólo evidencian que cuando alguien acudía al actor con diversos problemas de diversa índole, el actor realizaba gestiones telefónicas a fin de allanar los problemas».

Por todo ello, la magistrada absuelve al Ayuntamiento y a todas sus empresas municipales y desestima todas las pretensiones de Blas Ballesteros.

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