Los diez enclaves de la ribera del Guadalquivir en Sevilla
El Paseo de Juan Carlos I y el Puente del Alamillo - abc
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Los diez enclaves de la ribera del Guadalquivir en Sevilla

Recorremos los diez kilómetros de río que van desde el Puente del Alamillo hasta la esclusa y descubrimos la Sevilla náutica

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Recorremos los diez kilómetros de río que van desde el Puente del Alamillo hasta la esclusa y descubrimos la Sevilla náutica

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  1. Paseo de Juan Carlos I

    El Paseo de Juan Carlos I y el Puente del Alamillo
    El Paseo de Juan Carlos I y el Puente del Alamillo - abc

    Desde los fenicios, el Guadalquivir ha sido el motor de la ciudad. Cada civilización lo conoció por un nombre. Para los fenicios fue Baits y para los romanos Betis... hasta que los árabes conocieron a este «río grande» como Al-wadi al-Kibir. El río fue fundamental en el Descubrimiento de América, ya que fue puerta hacia el Nuevo Mundo.

    La ribera del Guadalquivir ha ido cambiando su configuración para evitar las riadas que se producían, y para aprovechar terrenos baldíos, sobre todo con la celebración de la Exposición Universal de 1992. No obstante, desde entonces el río fue cayendo en el olvido hasta que en los últimos años el Ayuntamiento ha intentado recuperar la ribera de cara a explotarla para el turismo y el esparcimiento de los sevillanos.

    De esta forma, se han reurbanizado los muelles de la Sal, de Nueva York y el de las Delicias, a los que se le ha dado utilidad. También se han recuperado zonas verdes como el Jardín Americano o los paseos de Juan Carlos I y el de Marqués de Contadero. En cuanto a la zona portuaria, el hito más importante ha sido la construcción de la nueva esclusa, que ha permitido la entrada de grandes cruceros en la ciudad.

    Hasta la Expo, el uso de la ribera del río en la zona de la calle Torneo era inviable, ya que había un muro que la separaba de las vías del tren, que por allí pasaba. Muchos jóvenes cruzaban aquella tapia para llegar a lo que se conocía como el «campo de las vacas», y jugar allí al fútbol.

    El derribo de este muro hizo que la zona norte de la ciudad se conectara con el río, con la creación de los puentes del Alamillo, la Barqueta y la Pasarela de la Cartuja y, también, el paseo de Juan Carlos I. Un lugar que se utiliza para el esparcimiento y para el deporte, ya que cada día cientos de personas utilizan esta orilla para correr, ir en bicicleta o practicar la pesca.

    Últimamente se han adaptado en este paseo varias zonas para juegos infantiles, gimnasia para mayores y, más adelante, a la altura de San Jerónimo, se ha construido una pasarela peatonal para cruzar hasta el Parque del Alamillo.

  2. El Jardín Americano

    El Jardín Americano, en la Cartuja
    El Jardín Americano, en la Cartuja - abc

    En la orilla de la Cartuja, frente al paseo de Juan Carlos I, con motivo de la Expo 92 se creó un jardín único a nivel nacional porque albergaba especies americanas. Poco a poco, el Ayuntamiento fue abandonando el jardín hasta que, en 2010, este espacio de alto valor ecológico fue recuperado, aunque el proyecto no llegó a finalizase.

    Hoy en día cuenta con 350 especies y 12 monumentos botánicos muy singulares. Además de las zonas ajardinadas, se encuentra una pasarela fluvial de 400 metros de longitud paralela a la orilla, un carril bici y el Aula Bioclimática, que se encuentra abandonada actualmente.

    En el Jardín Americano se encuentra ubicado el Pabellón de la Naturaleza, donde tiene su sede la Fundación Naturalia XXI.

  3. Pabellón de la Navegación

    El Pabellón de la Navegación desde el río Guadalquivir
    El Pabellón de la Navegación desde el río Guadalquivir - abc

    El arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra diseñó este pabellón para la Expo 92, junto al pantalán situado entre el Jardín Americano y Torre Triana. Durante la Exposición Universal fue dedicado a los avances de la técnica naval, fundamentalmente durante el Descubrimiento de América. Junto al pabellón se construyó una torre mirador de 60 metros, conocida como la Torre Schindler, que se adentra en el río.

    El uso expositivo del pabellón desapareció en 1998 y no ha sido hasta 2012 cuando el propio Vázquez Consuegra lo reformó para convertirlo en un espacio para descubrir la evolución de la navegación atlántica, y que ha acogido recientemente la exposición sobre el Titanic.

    La construcción de la Torre Pelli, a pocos metros, ensombreció en altura a la Torre Schindler, que hasta el momento podría ser la vista panorámica más impresionante de la ciudad.

  4. Puente de Triana

    Las orillas del río a su paso por el Puente de Triana es un excelente lugar para el esparcimiento
    Las orillas del río a su paso por el Puente de Triana es un excelente lugar para el esparcimiento - abc

    Desde el Alamillo hasta el Puerto, ocho puentes conectan de orilla a orilla la ciudad. Pero, sin duda alguna, el más importante tanto por historia como por valor patrimonial, es el de Isabel II, más conocido como el Puente de Triana.

    Se trata del primero que tuvo la ciudad, cuyo precedente fue el puente de barcas. Los romanos no pudieron construir un puente que cruzara de orilla a orilla la ciudad por los problemas de cimentación causados por una tierra demasiado blanda.

    Bajo el dominio árabe, en época del califa Abu Yacub Yusuf se construyó un puente que constaba de trece barcas amarradas con cadenas, sobre las que se apoyaban tablones de madera.

    Pasaron los siglos y no fue hasta 1845 cuando se iniciaron las obras del actual puente, realizado por los ingenieros franceses Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, que utilizaron como material el hierro. Siete años más tarde, un 23 de febrero de 1853, fue inaugurado con un desfile militar.

    El puente fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1976 y actualmente es un símbolo de la ciudad de Sevilla, conocido a nivel mundial. Incluso, hay quien lo compara con el Ponte Vecchio en Florencia, el de los Suspiros de Venecia o el Tower Bridge londinense, como uno de los más hermosos de Europa.

  5. La Plaza de Toros

    La Plaza de Toros de la Real Maestranza
    La Plaza de Toros de la Real Maestranza - juan flores

    Había en Sevilla un lugar conocido como el Arenal, fuera de las murallas. Se trataba de una franja de tierra cercana al río, cuyo solar fue creciendo a lo largo de los siglos, ya que esta zona era el Puerto desde la época musulmana hasta más allá del Descubrimiento de América. Una zona industrial donde se desarrolló el comercio y donde se fueron acumulando los residuos hasta que la zona más próxima al río comenzó a ser conocida como el Monte del Baratillo.

    Allí, en 1749, comenzó la construcción de una plaza de toros ovalada que no fue concluída del todo hasta 1881. Desde entonces, tanto por su ejecución arquitectónica como por su historia, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y, para el mundo taurino, es la catedral del toreo. Tanto es así que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1983.

  6. Torre del Oro

    El Muelle de la Sal y la Torre del Oro, ayer y hoy
    El Muelle de la Sal y la Torre del Oro, ayer y hoy - abc

    Las invasiones vikingas en el siglo IX obligaron a los musulmanes a amurallar la ciudad. En el Arenal, aquella franja de tierra cercana al río fuera de las murallas, en el siglo XIII se levantaron las torresdel Oro, la de la Plata y la de Abdelaziz, para evitar invasiones desde el Guadalquivir.

    La Torre del Oro, de apenas 36 metros de altura, es hoy uno de los símbolos de Sevilla. Su nombre en árabe hacía referencia a su brillo dorado que se reflejaba en el río, ya que estaba recubierta de azulejos.

    Fue construida entre 1220 y 1221 y estaba unida con la Torre de la Plata mediante un tramo muralla que impedía el paso al Arenal y defendía la ciudad.

    Tras la Reconquista, fue utilizada como capilla dedicada a San Isidoro de Sevilla y más tarde como cárcel. Hoy en día, tras sobrevivir al terremoto de Lisboa de 1755 y a la Revolución de 1868, cuando apunto estuvo de demolerse; es Museo Marítimo. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1831.

    El muelle de la Sal

    Tras la construcción del Puente de Triana, entre éste y la Torre del Oro se ubica el conocido Muelle de la Sal y el paseo de Marqués de Contadero. El muelle se utilizaba para la descarga de sal que llegaba desde las salinas de Cádiz. Esta sal se utilizaba para el abastecimiento de la ciudad y de los barcos pesqueros que descargaban y vendían en la Lonja del Barranco, hoy conocido como las Naves del Barranco, un edificio diseñado por Gustave Eiffel que tiene en proyecto convertirse en mercado gourmet.

  7. Calle Betis

    La Velá de Santa Ana, en la calle Betis
    La Velá de Santa Ana, en la calle Betis - abc

    En la otra margen del río, en Triana, está la calle Betis, que toma el nombre que los romanos le dieron al río. La calle bordea la ribera, desde el Altozano hasta la Plaza de Cuba, y es una de las más emblemáticas de la ciudad.

    Allí se conservan las zapatas del río construidas en el siglo XIX y las casas del siglo XVIII, de estilo barroco, son muy características. En esta calle se ubica también la Casa de las Columnas, un edificio de 1780 que acogió la antigua Universidad de Mareantes, hoy convertida en centro cívico.

    La calle Betis es el epicentro de la Velá de Santa Ana, la fiesta del barrio de Triana. A partir del próximo domingo, esta vía se llenará de casetas de feria y desde la zapata del río, cada día de la próxima semana, saldrá un barquito con jóvenes para participar en la tradicional cucaña.

    Durante todo el año esta calle se llena de terrazas, discotecas, pubs y restaurantes, que la convierten en una de las más populares en las noches de la ciudad.

  8. Muelle de Nueva York

    El recién reformado Muelle de Nueva York
    El recién reformado Muelle de Nueva York - abc

    Entre los puente de San Telmo y el de Los Remedios, en la margen izquierda del río, se encuentra el Muelle de Nueva York, llamado así porque de allí partían los barcos que iban a Estados Unidos.

    Fue construído en 1905 y, tras décadas de abandono, el Ayuntamiento decidió recuperarlo para la ciudad, habilitando zonas ajardinadas y un paseo fluvial. Fue reinagurado en octubre de 2012 y, recientemente, han abierto los quioscos instalados en el muelle.

    Antes de la construcción del muelle, en ese mismo lugar había un pequeño embarcadero escondido por unos toldos, que conectaba por un túnel secreto con el Palacio de San Telmo. Se trataba de la vía de escape de Antonio de Orleans, duque de Montpensier, que así la tenía prevista en caso de tener que partir apresuradamente hasta Sanlúcar de Barrameda.

  9. Muelle de las Delicias

    Un crucero atracado en el Muelle de las Delicias
    Un crucero atracado en el Muelle de las Delicias - abc

    Al igual que ocurrió con el Muelle de Nueva York, el Muelle de las Delicias ha sido reurbanizado recientemente. Se trata de un espacio que va, por la margen izquierda del Guadalquivir, desde el Puente de Los Remedios hasta el de las Delicias.

    Este muelle, hasta mediados del siglo XX, se utilizaba para el transporte de mercancías y, desde los años 80, se destinó para los cruceros turísticos de gran calado, que desde la apertura de la nueva esclusa llegan con más asiduidad a la ciudad.

    Allí se encuentra también el Pabellón de Argentina de la Exposición Iberoamericana de 1929, que acoge hoy el Conservatorio de Música y Danza. Por otra parte, hace un tiempo abrió sus puertas el restaurante Puerto Delicia.

    Otro de los proyectos que se pensaron para esta zona es el acuario, que se encuentra a medio construir ya que el Puerto de Sevilla ha tenido que retirar las licencias a las empresas constructoras por falta de financiación.

  10. El Puerto de Sevilla y la esclusa

    Un crucero abandona Sevilla por la esclusa
    Un crucero abandona Sevilla por la esclusa - abc

    Desde el puente levadizo de las Delicias comienzan los terrenos destinados al Puerto de Sevilla, que es el único fluvial de toda España y que es motor económico de la ciudad.

    Desde el año 2008, la Autoridad Portuaria está ejecutando un Plan de Desarrollo de las infraestructuras y servicios del puerto, que contemplaba un nuevo acceso marítimo de buques de hasta 8,5 metros de calado y 40 de manga, gracias a la nueva esclusa construida. Sin embargo, este plan contemplaba también el dragado de profundización del río, vital para el crecimiento de este sector, y que se encuentra paralizado ante las denuncias de las asociaciones ecologistas.

    Otro de los proyectos que se contemplan en el Puerto, a petición del Ayuntamiento de Sevilla, es la creación de una Zona Franca.

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