Pedro Romero Candau

Se nos ha ido. Un hondo pesar nos invade a los que tuvimos la suerte de poder contar con su amistad, su consejo y su guía. Su preparación moral e intelectual estaba muy por encima de la media. Creó, construyó y generó cariño, amistad y valores. Su inconmensurable capacidad nos arropaba, nos infundía valor, nos alentaba para la vorágine que esta maldita crisis nos está haciendo padecer. Multitud de amigos hemos recurrido a sus conocimientos y consuelo para descargar nuestras cuitas y pesares en sus espaldas. Jamás, al contrario, jamás, ninguno de nosotros hemos tenido que soportar una mínima cuita de las suyas.

Una parte de los profesionales que superan la tremenda oposición de notarías, se conforman –legítimamente- en acumular un cierto patrimonio inmobiliario y «a verlas venir». Sin embargo su planteamiento vital fue distinto, y tras sacar las oposiciones restringidas con el número 1 desarrolló una notaría de primera, especializándose en terrenos donde muy pocos gozan de autoridad jurídica. Nadie iba a la notaria para un asunto de menor cuantía, sino para resolver problemas de enjundia en todos los ámbitos del derecho, civil, mercantil, urbanístico, administrativo, etc.. Preparó a decenas de opositores, siguió estudiando y llegó a convertirse en referencia en diversos campos. Era consultor de asesores jurídicos, si bien no era eso lo que ponía en su tarjeta de visita. Aportaba siempre más de lo que obtenía, pues no le movía el beneficio. Y siguió para adelante.

La faceta del Pedro empresario, la que ha conseguido cansarle definitivamente, no ha sido nada desdeñable: bodegas, agricultura, ganadería, aprovechamiento cinegético, promotor, hotelero. Participante en mayor o menor medida de múltiples proyectos empresariales de toda índole y con intereses repartidos en tres continentes, dan buena prueba de ello

Su faceta de benefactor, participando desinteresadamente en multitud de instituciones tanto civiles como religiosas. Highland y otras muchas instituciones y particulares tendrían mucho que contar. ¡Tantos donativos hizo llegar, a pesar de los pesares!. Pero Pedro era un fuera de serie, los dos partidos semanales de futbol con jugadores de todas las edades lo demuestran.

Dejo para el final la parte más más importante. La del Pedro cabeza de una familia ejemplar en su conducta y trayectoria, manejadas con la sabiduría y el señorío que Angeles ha demostrado siempre, en buenas y malas rachas. María de los Ángeles, Pedro y Pilarita, sus tres hijos, nuestros sobrinos (pues como tíos siempre nos han tratado) son tres maravillas que Dios les entregó sucesivamente y no sin dificultad. ¡Ay Pilar, cuanto te debemos nosotros cuatro y tantas otras parejas de Sevilla! Y, cómo no, tenemos en el corazón a sus maravillosos hermanos y sus monumentales padres.

Pedro, tu memoria la utilizaremos de faro y nos seguirá marcando el rumbo. Dale recuerdos a don Antonio. Nos vemos en cuanto que Dios lo quiera, que tenemos que hablar de muchas cosas.