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HEMEROTECA

Colección gráfica de ABC: congreso nacional de riegos en Sevilla

La capital andaluza acogió en mayo de 1918 el segundo congreso con el lema «La agricultura salvará a España»

Colección gráfica de ABC: congreso nacional de riegos en Sevilla JUAN BARRERA / ARCHIVO ABC

FRANÇOIS GUITARD

Sevilla acogió el segundo congreso nacional de regadíos una de cuyas excursiones sobre el terreno guarda la Colección gráfica de ABC. Se trata de una imagen de mayo de 1918, fecha en que se celebró en la capital andaluza el segundo congreso nacional de riegos , tomando así el relevo del que se había organizado en Zaragoza en 1914.

El contexto de la época ilustra también acerca del lema con que los organizadores recibieron a los congresistas en una de las visitas sobre el terreno programadas para conocer experiencias que pudieran trasladarse a otros puntos de España. El país vivía una época de prosperidad motivada por los estragos que la Gran Guerra había causado en los campos de Europa. «La agricultura salvará a España» era más que un lema optimista en esas fechas.

La fotografía del archivo de ABC hace referencia a una excursión a la finca Casaluenga y Cartuja , en el término municipal de La Rinconada, propiedad de Miguel Sánchez Dalp y Calonge, uno de los más activos promotores del certamen técnico inaugurado el 5 de mayo en la Universidad de Sevilla bajo la presidencia del cardenal Almaraz; el general Friedrich en representación del capitán general de la región; el rector de la Universidad Lupiáñez; el gobernador García Alonso; y el presidente de la Diputación, Romero Gutiérrez.

La intervención inaugural corrió a cargo de Rafael Gasset Chinchilla, quien fue ministro de Agricultura y de Fomento en tiempos de la regencia de María Cristina y después de Alfonso XIII. En su discurso de apertura pidió «sin tregua» todo lo que el ideario regeneracionista de la época demandaba: «Regadío, caminos, ferrocarriles, cultura, bienestar».

El marqués de la Frontera, Miguel Sánchez-Dalp, fue el animador del congreso. No sólo porque llevó a los congresistas a conocer sus cultivos experimentales y sus técnicas de riego en su explotación de La Rinconada -en realidad propiedad de su mujer, María de los Ángeles Marañón Lavín, sino por su activa participación con una ponencia sobre ganadería y regadíos y por la memorable fiesta en su casa palacio de la plaza del Duque , derribada en los años 60 del pasado siglo para levantar unos grandes almacenes.

El jueves 23 de mayo de 1918, ABC reseñaba así la fiesta : «Concurrieron, además de los congresistas, las aristocráticas familias de la capital andaluza, guardándose un recuerdo gratísimo de aquella fiesta, en que los propietarios del artístico inmueble hicieron los honores con su proverbial agrado. El palacio lucía una espléndida iluminación, combinada con el arte puro que allí se respira. Afirman los sevillanos que pocas veces se dará en la ciudad otra fiesta tan hermosa como la que sirvió para que los señores de Sánchez-Dalp abrieran las puertas su hermosa casa a la belleza y distinción». Cincuenta años después, la casa ya había dejado de existir.

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