El pajarito de San Pedro estaba tapado con una pegatina
Un técnico la ha retirado y el jilguero vuelve a aparecer en el retablo de Ánimas de la Sacramental
El pajarito del retablo de Ánimas de la parroquia de San Pedro, de los años sesenta, no se había escapado del azulejo. Alguien lo había cubierto con una pegatina que, aunque en diferentes tonos de colores al original, reproducía la secuencia de hojas de acanto.
Esta mañana, tras la preocupación que surgió en Sevilla y la incógnita sobre lo sucedido, ya que se pensó en que el azulejo podría haber sido robado o deteriorado y sustituido por un sucedano, un técnico comprobó que «sólo» se había ocultado con una pegatina, que procedió a retirar. Todavía esta tarde pueden verse los restos de papel pegado.
El pajarito escondido es la firma que en muchas ocasiones utilizaba el ceramista Juan Oliver Míguez, cuyo nombre está unido al de la Fábrica Ramos Tejano, donde desarrolló toda su vida artística. Puede verse su obra, igualmente rubricada con un jilguero, por ejemplo, en la capilla sacramental de San Benito.
En el caso del retablo de Ánimas de San Pedro, la tradición popular manda que quien lo encuentra y deja una limosna se casa en poco tiempo. En en 2008 se colocó bajo él y sobre el limosnero otro azulejo que explicaba esta leyenda.
El hermano mayor de la Sacramental de San Pedro, Pedro Fernández, mostraba ayer su preocupación ante este acto, que más que una broma es un acto vandálico, que tildó de «malintencionado», al tiempo que hacía referencia en la importancia de esas limosnas para una corporación de presupuesto económico corto que en el retablo tiene una fuente de ingresos.
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