seguridad alimentaria
Declara ante la Guardia Civil el dueño de la fábrica de harinas para piensos Dasy
Ya son 27 los detenidos e imputados en la investigación sobre el uso de cadáveres de animales en la fabricación de harinas

José María Gimeno, propietario del grupo Proteínas y Grasas Gimeno (PGG) y de la empresa ursaonense Dasy, declaró ayer ante la Guardia Civil en relación con la investigación que lleva a cabo el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Osuna sobre el presunto uso de cadáveres de animales enfermos para obtener harinas y grasas destinadas a elaborar piensos para pollos, vacas y terneras, entrando así en la cadena alimentaria humana.
En la instrucción del caso, que permanece bajo secreto de sumario, están imputados 27 trabajadores, empresarios y directivos de empresas de transformación de Subproductos de Origen Animal no Destinados a Consumo Humano (Sandach), entre las que se cita Dasy y Salteras, con plantas categoría 1 y 3 en Osuna y Salteras respectivamente. La planta Sandach categoría 1 transforma los cadáveres de animales enfermos (lengua azul, mal de las vacas locas, brucelosis, listeria, salmonelosis...) en harinas y grasas destinadas a plantas de biodiesel o cementeras. La planta categoría C3 usa restos de mataderos (como carcasas de pollo) para hacer harinas destinadas a piensos de animales domésticos (perros y gatos) y grasas para piensos de animales de abasto.
La Guardia Civil ha inspeccionado Dasy, Render y Pet Food, esta última del grupo PGG en Lérida. La Junta de Andalucía ha descubierto en Santaella (Córdoba) una nave clandestina de Dasy con 640 toneladas de harinas C1 que tendrían que haber sido eliminadas. Ni la consejera de Agricultura, Elena Víboras, ni la delegada provincial, Dolores Bravo, ni el director de Producciones Agrarias de la Junta, Rafael Olvera, han confirmado ni desmentido si además se han localizado otros almacenes ilegales.
Subvenciones
Según el Boja, la Consejería de Agricultura autorizó a Dasy y Render la ampliación de sus instalaciones en Osuna y Salteras, respectivamente, y les otorgó ayudas por casi medio millón de euros a cada una de ellas, aunque la Junta de Andalucía no ha respondido si recibió otras ayudas a través de otras consejerías u órganos, como IDEA.
El dueño de Dasy, José María Gimeno, fue condenado a cuatro años de prisión en 2001 por la Audiencia de Barcelona por contaminar en «horas nocturnas» un canal del área protegida del delta de Llobregat hasta convertirlo en una cloaca, según señala la sentencia. Gimeno recurrió ante el Tribunal Supremo, que en 2003 redujo la pena a dos años de prisión —lo que le permitió eludir la cárcel— y dos años de inhabilitación para ejercer actividades industriales en el sector de transformación del sector cárnico.
En la provincia de Sevilla, Ecologistas en Acción ha denunciado también a Dasy por vertidos. En este caso intervino el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, pero finalmente la denuncia fue sobreseída por el Juzgado instructor, según informó la Fiscalía.
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