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investigaciones judiciales

El jefe de Sanidad Animal de la Junta intentó colocar a su sobrina en Dasy

Luis Vázquez, expedientado por la Junta, dio a la empresa certificados para exportar harinas a Vietnam y Colombia

El jefe de Sanidad Animal de la Junta intentó colocar a su sobrina en Dasy aBC

m. j. pereira

Las intervenciones telefónicas ordenadas por el juzgado de Instancia e Instrucción 1 de Osuna en el caso Dasy confirman la complicidad entre el jefe de Sanidad Animal, Luis Vázquez, y los directivos de esa empresa, hasta el punto de que el citado funcionario pidió que colocaran a su sobrina en Dasy, la misma empresa a la que él otorgaba certificados para que pudiera exportar harinas cárnicas a Colombia, Venezuela o Vietnam, autorizaciones que ahora han sido puestas en tela de juicio. Esa misma sobrina estuvo contratada hasta el pasado mes de marzo en Render Grasas, otra de las empresas a las que tenía que inspeccionar Vázquez e investigadas por el juzgado de Osuna por usar presuntamente cadáveres de animales enfermos para hacer harinas destinadas a piensos animales, entrando así en la cadena alimentaria humana.

La Guardia Civil incautó el ordenador de Luis Vázquez, a quien la Junta de Andalucía ha abierto un expediente disciplinario y quien ha sido apartado de las competencias referidas a empresas de transformación de Sandach (Subproductos Animales no Destinados a Consumo Humano).

En marzo de 2014, la directiva de Dasy D.O. llama a Luis Vázquez para hablar sobre certificados de exportaciones y le preguntó si lo que él hacía hasta ahora se lo podía seguir haciendo. El jefe de Sanidad Animal contesta que sí porque eran de sanidad. A continuación, Luis le comenta que su sobrina, que es veterinaria y estaba trabajando en Render Grasas, la despidieron el día 1 de marzo, a lo que D. O. le propone que al día siguiente pasaría a verle y hablarían. Días después, D. O. vuelve a llamar al jefe de Sanidad Animal de la Junta y le comunica que su sobrina ya habló con José María Gimeno, propietario de PGG, y que esa misma semana organizaran para verla. En mayo de 2014, Gimeno confirma a D. O. que había hablado ya con la sobrina y que está dispuesta a trabajar con ellos, «dispuesta –dice– a todo con todas las consecuencias». Gimeno le anuncia que hablará con Recursos Humanos al día siguiente para que primero trabaje 15 días en la planta de Lérida y después a Osuna. A finales de mayo de 2014, Gimeno conmina a D.O. a que la sobrina empiece cuanto antes a firmar los certificados.

La connivencia de Vázquez con Dasy es tal que en una intervención telefónica el jefe de Sanidad Animal le confiesa a D. O. que fue un «fallo horroroso» parar el almacén clandestino de Dasy que la Junta detectó en Santaella (Córdoba) con más de 600 toneladas de harinas hechas con cadáveres de animales muertos y que tendrían que haberse incinerado. Incluso, Luis le dice a D.. O. que hablará con los inspectores de Córdoba para que les dejan sacar la harina y le explica qué papeles tiene que gestionar.

Las indicaciones que Luis Vázquez da a Dasy son tantas que en un momento dado éste admite que puede llegar a tener problemas, por lo que le dice a D. O., que no le orienta más porque lo van a echar de la Administración. La directiva de D. O. no se corta y le dice que si lo echan tendrá sitio Dasy porque valoran mucho lo «inteligente y práctico» que es.

En la primavera de 2014, Luis le cuenta a D.O. que de momento no puede hacerles más certificados porque hay mucha movida en la Junta (la Guardia Civil está ultimando sus investigaciones), por lo que le pide que espere a que pase todo. El jefe de Sanidad Animal le confiesa a D. O, que no quiere dejarles tirado pero que por ahora no puede hacerles más certificados por su situación es «complicada».

Gimeno llamó en marzo pasado a D. O. para preguntarle por qué R. B, un técnico de la Consejería, está frenando las autorizaciones para las exportaciones, entre otras cosas. D. O. le contesta que sabía que cuando Luis dejara de hacer los certificados iba a ser una complicación.

En otra conversación, M. M. B, director de Proyectos de la empresa, y la responsable ISO de la empresa R. J. B., expresan su temor a que el funcionario de la Junta R. B. pare las exportaciones si comienza a indagar. «También puede pasar que el tío éste se ponga aquí a rebuscar y vea que Luis nos está haciendo los certificados y paralice otro tipo de exportaciones no?. Puede ser que empiece a indagar y diga, bueno, a ver qué estáis haciendo, quién os está firmando esto o se meta en programa y vea que estamos exportando a Colombia y Vietnam».

En otra ocasión, la directiva D. O. es más explícita y se refiere al funcionario presuntamente R. B. diciendo: «Este no es como Luis, que te hace un certificado y a tomar por culo». En Dasy también tienen problemas para que J. J., un trabajador de la empresa pública Ágapa (antigua Dapsa), les dé autorizaciones. Gimeno está tan desesperado que le dice a D. O. que «como si tiene que meterlo en nómina». «Tú a J. J. tienes que sacarlo y comprarlo, comprarlo», le ordena Gimeno.

Cuando los contactos intermedios fallan, Gimeno decide tocar más altas instancias. En una conversación de marzo pasado con el directivo M. M. B. le pide que se entreviste con Rafael Olvera, director general de Producciones Agrarias. «Si él nos lo arregla perfecto, si no -dice Gimeno- iremos a hablar con el consejero o con el presidente o presidenta de la Junta porque no puede ser que España pierda una oportunidad de exportación por culpa del derecho».

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