Los autobuses podrían funcionar con biodiesel de aceite usado

La Comisión Europea ha aprobado recientemente la financiación de 225 nuevos proyectos en toda Europa del programa Life. Dicha línea de subvención es el fondo de medio ambiente de la Unión Europea del cual se benefician sus 28 estados miembros. Abarcan iniciativas en los ámbitos de la conservación de la naturaleza, el cambio climático, la política medioambiental y la información y comunicación sobre temas ecológicos en toda la UE.

A la convocatoria de este año, que se cerró en junio de 2013, se presentaron 1.468 candidaturas, de las cuales se seleccionaron 225 nuevos proyectos en toda Europa. La inversión total es de 589,3 millones de euros, de los cuales la Unión Europea financiará 282,6. Sesenta y cuatro inciativas corresponde a España y entre ellas se encuentra Life Bioseville. Está presentado por la empresa Bioprocessors -con más de diez años de investigación para la mejora y el abaratamiento del biocombustible hecho a partir de aceite usado-, y la Fundación Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables de Andalucía. El objetivo es conseguir un sistema integrado para reutilizar uno de los residuos más contaminantes y difíciles de reciclar: el aceite usado de los fritos.

Su destino sería un nuevo biocombustible de segunda generación, con menos coste de fabricación (casi un 30 por ciento más barato que el anterior) y más puro. El biocarburante, cuya patente a nivel internacional tiene registrada la empresa sevillana Bioprocessors, es más competitivo y eficiente. Su composición simplificada sería una combinación de ésteres metílicos y ésteres de glicerina. En el trabajo de investigación ha participado también la Facultad de Químicas de la Universidad de Sevilla. El proyecto tiene un coste de 1.513.741 euros y la UE financia a fondo perdido la mitad, 756.870 euros.

Hasta ahora, para producir biodiesel en grandes cantidades se recurría a los aceites vegetales de plantas oleaginosas como la colza, la soja y la palma. El problema es que estas plantaciones consumen muchos recursos, maquinaria, abono, grandes extensiones de terreno y sin subvenciones no eran rentables. Fabricar de manera eficiente un nuevo biocarburante a partir de los aceites usados en las frituras, tanto a nivel industrial como doméstico, es lo que han estudiado y llevado a la práctica experimentalmente los técnicos de Bioprocessors. Los resultados obtenidos y certificados oficialmente han sido muy alentadores, un nuevo biodiesel más eficiente y barato. Además, las glicerinas resultantes de este nuevo método son mucho mejores que las del antiguo.

Entre hoteles, restaurantes y demás industrias del sector se producen aproximadamente en España unas 400.000 toneladas al año de aceite de fritura. Según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, el potencial en Andalucía es de 58.000 toneladas, 13.000 en Sevilla. La cantidad de aceite usado y recogido por gestores autorizados en Andalucía es de veinte mil, es decir se tiran 38.000 toneladas al año, más de la mitad. Del doméstico no se tienen ni cifras, pero se estima ínfima la cantidad que no se arroja por el inodoro. Todo esto supone un aumento considerable del coste de tratamiento de las aguas residuales, aparte de la obstrucción de desagües y alcantarillado. De ahí la importancia de considerar el aceite de frituras como un subproducto que puede volver a convertirse en un bien y no como un residuo.

Ahora se trata de dar un paso más y probar, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla y su flota de autobuses, este nuevo biocarburante. El objetivo es ir abandonando los combustibles fósiles y apostar por las energías renovables. En el proyecto se contempla también incentivar no solamente a la industria relacionada con la restauración, sino incluso a la familiar de pequeña escala. La aportación de aceite de freir usado se compensaría, por ejemplo, con descuentos en el transporte público. En 2008 se presentaron en Sevilla contenedores naranjas de recogida de aceite, pero son escasos.