Polémica por un cartel del Ayuntamiento que relaciona el burka con el maltrato

El Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha una campaña con motivo del Día Internacional Contra la Violencia de Género (25 de noviembre) que ha sembrado la polémica entre distintos colectivos pro derechos humanos. El motivo, la elección del cartel diseñado por alumnos de Bachillerato del IES Llanes en el que figura la silueta de una mujer a la que, a modo de recortables, se puede «vestir» con un burka, con un atuendo que los escolares relacionan con la prostitución, con unas manos esposadas o con una bola de presa. Inocente en apariencia, pero ofensivo para algunos colectivos.

La Delegación de Asuntos Sociales organizó como cada año entre los centros de educación secundaria de la ciudad un concurso de imagen gráfica y otro de eslogan para el 25-N, con la intención de que los escolares representasen cómo ven la violencia de género. El objetivo con el que se inició esta campaña fue el de «sensibilizar a la población más joven sobre las distintas violencias que sufren las mujeres por el hecho de serlo», aseguran.

No obstante, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía considera que el cartel «une a la violencia contra las mujeres dos únicos conceptos: prostitución y religión musulmana. Y lo hace de manera estereotipada y simplista, identificando burka con el Islam y prostitución con la trata de personas». Por esto, exigieron ayer al Ayuntamiento la retirada del cartel, además de tomar las medidas necesarias «para que esto no vuelva a ocurrir». Proponen además una revisión de las bases del concurso, haciendo hincapié en la composición del jurado. [Vea a continuación el vídeo que ha difundido el Ayuntamiento utilizando el cartel de la campaña]

El Ayuntamiento aclaró ayer que con esta publicidad los estudiantes «no han querido representar un ataque a las creencias y prácticas religiosas» de algunos países. «A través del burka, han pretendido visibilizar las prácticas culturales que son nocivas para las mujeres». Para acreditar lo «nocivo» del burka, la Delegación recurre a la Declaración para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que la Organización de las Naciones Unidas realiza en 1993. Uno de los puntos recoge que se entiende por violencia «la violación por el marido, la mutilación genital y otras prácticas nocivas para la mujer». En este sentido, muchos se preguntan si está justificada la utilización del burka para representar la violencia de género. Distintos colectivos de mujeres musulmanas ven esta publicidad como «un ataque a su libertad para vestir y una acusación de violencia a su religión».