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urbanismo

El hotel del convento de San Agustín no podrá tener las ocho plantas que proyecta

El proyecto prevé un edificio de 25 metros de altura, equivalente a ocho plantas

El hotel del convento de San Agustín no podrá tener las ocho plantas que proyecta abc

m.j.pereira

El proyecto para transformar en un hotel de cinco estrellas el antiguo claustro del Convento de San Agustín se ha topado con distintos impedimentos desde que en 2007 el Ayuntamiento de Sevilla adjudicó el derecho de superficie de ese espacio a una empresa constituida por los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz. Primero fue la crisis económica la que paralizó la construcción del hotel, donde se requiere una inversión mínima de 25 millones de euros en rehabilitación y construcción del nuevo edificio. Después fue la Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la Consejería de Cultura, la que exigió un Plan Especial de Protección sobre el monumento, lo que obligó a los arquitectos a volver al punto de partida inicial.

Por último, tras el período de alegaciones al que se sometió el Plan Especial de Protección del monumento, la Comisión de Patrimonio ha puesto objecciones a la altura del hotel previsto en el antiguo convento de San Agustín, un Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, protegido urbanísticamente, según ha podido saber ABC. Por esa razón, los arquitectos negocian ahora con Cultura la modificación del Plan Especial para adaptarse a sus requerimientos.

La Asociación de Defensa del Patrimonio Adepa presentó alegaciones al entender que el proyecto incumple el PGOU y la Ley de Patrimonio Histórico al contemplar una nueva construcción de 25 metros de altura, equivalente a ocho plantas. Además, Adepa argumentó que el proyecto no dejaba claro el futuro de la fachada principal en piedra, que ahora yace desmontada en el patio del claustro y es obra del prestigioso arquitecto renancentista Hernán Ruiz, autor del cuerpo de campanas de la Giralda, de la sala capitular de la Catedral, de la iglesia de las Cinco Llagas y de la fachada de la iglesia de la Universidad de Sevilla en la calle Laraña. «Esa fachada no puede ser trasladada porque la Ley lo prohíbe expresamente», advierte Adepa.

El edificio, construido en el siglo XIV en la zona de la Florida, ha tenido distintos usos: desde convento a fábrica de hierros. En la década de los años 80 la propiedad vendió parte de la fachada que da a Amador de los Ríos a una inmobiliaria, que construyó viviendas, por lo que el edificio ha perdido mucho de sus cualidades originales. En la actualidad, el inmueble –que no es visitable– es propiedad de la Gerencia de Urbanismo, que llevó a cabo algunas obras de consolidación y reparaciones de urgencia.

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