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Los trenes que Sevilla perdió

Del ferrocarril de los panaderos al de las marismas, los trenes mineros de San Juan o Aznalcóllar o el tranvía sevillano

Los trenes que Sevilla perdió juAN bARRERA

m.d.alvarado

En los últimos años el uso del tren ha ido in crescendo junto a la demanda de mayores servicios tanto en alta velocidad como en cercanías y el sistema tranviario. Lo que muchos sevillanos no saben que la provincia tuvo desde finales del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo veinte varias líneas de ferrocarril, muchas ligadas a la actividad económica pero también al transporte de viajeros, que hoy sólo son historia

El tren de los panaderos

El tren de los panaderos

El tren minero de Cala a San Juan de Aznalfarache

En 1905 se puso en servicio una línea de ferrocarril entre las minas de Cala (Huelva) y San Juan de Aznalfarache. La compañía que explotaba entonces las minas, «Sociedad Anónima Minas de Cala» optó por embarcar el material extraído de ellas, magnetita, no en el puerto de Huelva sino en el de Sevilla. Para ello, no sólo acometió el trazado de la nueva línea ferroviaria con 96 kilómetros de recorrido sino que construyó un embarcadero de minerales en la margen izquierda del río. Contaba con vagones de viajeros que funcionaron hasta los años treinta del siglo XX; el servicio de mercancías lo hizo hasta 1950. Discurría por la margen izquierda de la Rivera del Hierro, la Rivera de Huelva para llegar a Guillena, Santiponce y Camas para, desde allí, alcanzar el embarcadero de San Juan. Tuvo dos ramales, uno entre Zufre y Santa Olalla, de 13 kilómetros, y otro entre las localidades sevillanas de El Castillo de Las Guardas y El Ronquillo. El último tramo de la línea, entre Gergal y Camas, se clausuró en 1960.

El ferrocarril de las Marismas

Sus 54 kilómetros de vía estrecha entre los poblados de Colinas y Reina Victoria en Puebla del Río fueron construidas en 1926 por la sociedad de capital británico, suizo y español, «Islas del Guadalquivir». Esta sociedad compró 25.000 hectáreas de terrenos para desecar las marismas del río Guadalquivir y creó pequeños poblados a los que dotaron de carreteras, tendido eléctrico, teléfono y el citado ferrocarril de vía estrecha. Los gastos superaron pronto a los beneficios y el proyecto se abandonó.

Ferrocarril de las Minas de Peñaflor

La sociedad «Valenciano-Andaluza de Altos Hornos y Minas de Peñaflor» construyó en 1888 un tren para explotar las minas de Santa Justa, la Giralda y La mercedes en La Puebla de Los Infantes. La mina, según recoge la página www.spanishrailway.com llegó a tener un tranvía aéreo de 8 kilómetros hacia la estación de Peñaflor. Por su vía se transportaban 1.000 toneladas de material al día.

Ferrocarril minero Cerro del Hierro

En 1892 la sociedad «Ibarra e hijos» obtuvo la concesión para la construcción de un ferrocarril de ancho de vía escocés de Cerro del Hierro a Cantillana. En 1895 se concluyó el ramal Cazalla-Constantina- Cerro del Hierro donde enlazaba con la línea Mérida a Sevilla para transportar el hierro al puerto de Sevilla, pero los primeros 15 kilómetros no se pondrían en servicio hasta 1907. Aunque obtuvo autorización para prestar servicios de viajeros y mercancíaa, parece que sólo se usó para transportar el material de las minas. Su actividad fue tan intensa que durante años llegó a tener cuatro trenes diarios a Sevilla. Hoy, la Vía Verde de la Sierra Norte aprovecha el antiguo trazado del tren minero.

Ferrocarril de Pickman

Parece increíble, pero la actividad de la fábrica de cerámicas de la Cartuja hizo que la compañía Pickman construyese una vía de ferrocarril para enlazar sus instalaciones en la isla con la estación de Triana en la línea de via ancha de Sevilla a Huelva para transportar la mercancía y evitar los problemas que originaba su traslado en barcazas. Las instalaciones dejaron de tener uso en 1933.

Tren de Aznalcóllar a Camas

La compañía gaditana de Minas La Caridad obtuvo la concesión para construir un ferrocarril propio para llevar el material extraído de las minas de Aznalcóllar hasta el muelle de Los Gordales, en San Juan de Aznalfarache. Se trataría de un servicio particular de uso público para viajeros y mercancías. El primer tramo, de 29 kilómetros, entre la mina y la estación de Camas, desde donde se transportaba a vagones de vía ancha hasta San Juan, empezó a funcionar en 1906 y contaba con cinco estaciones. El tren tenía dos coches largos de 12 metros y con pasillo central y balconcillo para los viajeros y furgones de correo.

Tren de Utrera a Morón y de Osuna a La Roda

Este tren, que se construyó para evitar rodeos por la línea de Córdoba a Sevilla en el trayecto que llevaba a Málaga, se puso en funcionamiento en septiembre de 1864. Fue una compañía inglesa, la «The Utrera and Moron railway» la que puso el proyecto en marcha aunque en 1874 pasó a ser gestionada por Ferrocarriles Andaluces. De su éxito da cuenta el hecho de que en el primer año de funcionamiento tuvo 11.326 pasajeros; en 1872 alcanzó los 110.919 usuarios. Tanto este tramo, como el que llegó a La Roda de Andalucía formaron parte de la Compañía Ferrocarriles Andaluces en 1878. La línea se integró en Renfe en 1941.

El trenecito de la Exposición Iberoamericana

Era de vapor. Fue comprado a la casa Krauss de Munich. Inicialmente tenía tres locomotoras bautizadas con el nombre de las tres carabelas con las que Colón descubrió América, la Pinta, la Niña y la Santa María y treinta vagones de pasajeros como material rodante. Dado el éxito que tuvo de público, se añadió una cuarta composición, que se llamó «Sevilla». Este tren, de pequeñas dimensiones, tenía un recorrido de cinco kilómetros por el recinto de la exposición, con seis estaciones. Pasaba, cuentan, por debajo del monte Gurugú

Durante la muestra lo usaron más de medio millón de personas. Llegó a funcionar en 1930 y en 1932 en ocasiones extraordinarias, luego fue abandonado. A mediados de los años 60 la locomotora la «La Niña» se instaló en una vía muerta en el parque infantil de tráfico de la avenida de la Borbolla, mientras las otras tres fueron vendidas al peso.

Tranvías de Sevilla

Este sistema de transporte ferroviario empezó a funcionar en 1887 con tranvías de tracción animal, por caballos o mulos, y con capacidad para once pasajeros. La red tranviaria se compuso de 6 líneas con 43 coches y 110 caballos. En 1899 se inauguró el tranvía con sistema de tracción eléctrica, que cubría la línea de la Puerta Osario. En 1907 la Compañía Sevillana de Electricidad adquirió el negocio a la «The Seville Tramways Company Limited». En 1921 la red alcanzaba 27,99 kilómetros, disponía de 50 coches motores y 25 remolques, que pasaron a ser gestionados por la compañía Tranvías de Sevilla, entonces filial de Sevillana, que apostó por la creación de dos líneas interurbanas, la de Camas (2.270 metros) yla de San Juan de Aznalfarache (3.000 metros), que luego llegaría hasta Puebla del Río, Gelves y Coria del Río. La red urbana de tranvías empezó a ser desmantelada en los años 50 del pasado siglo; en la capital el último se claususó en 1960 mientras que en las líneas interurbanas se cerraron en 1965.

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