Está Condenada, pero con la custodia de los hijos
«Mi mujer no logró que unos sicarios me mataran porque no reunió el dinero»
Casi 600 hombres denunciaron ser víctimas de malos tratos en Sevilla en 2013
Hace cinco años descubrió que su mujer tenía como objetivo asesinarlo. Entonces su vida cambió.
Este vecino de una localidad sevillana, aunque natural de Ronda, estuvo 15 años casado y fruto de ese matrimonio nacieron dos hijos, hoy de 13 y 9 años.
«No fue nunca cariñosa ni amable, pero no me importaba. En 2009 comenzó a padecer problemas psicológicos e intenté ayudarla en lo que pude», asegura Juan, que ha decidido contar a ABC lo vivido bajo otra identidad por temor a las represalias de su ya expareja y para proteger la identidad de sus hijos. En 2010, su mujer decidió poner fin a la relación, sin embargo, «a los seis meses ella insistió en que volviésemos a convivir».
Sus vidas transcurrían entonces con aparente normalidad hasta que un día —en enero de 2011— Juan recibió una extraña llamada a su domicilio familiar. «Era un señor con acento hispanoamericano y me insistía en que quería hablar con mi mujer. A los pocos días volvió a llamar y me dijo que ella quería hacerme daño, pero no tuve más noticias de este señor».
En febrero de 2011 miembros de la Benemérita contactaron con Juan para comunicarle que habían iniciado una investigación, coordinados con la Guardia Civil de Pamplona, sobre foros de internet en los que había personas que se ofrecían como sicarios y donde habían aparecido datos personales suyos, por lo que le pidieron que extremara su seguridad.
«Cuando le contaba todo esto a mi exmujer se mostraba muy nerviosa e interesada en todos los detalles. Lo achacaba a la preocupación normal que puede tener alguien por la vida de su pareja», afirma.
El 22 de febrero de ese mismo año, varios agentes acudieron al trabajo de Juan para confirmarle que, desde 2009, en un foro constaban conversaciones en las que una persona requería el trabajo de un sicario para acabar con él, ofreciendo datos y fotos sobre su vida privada.
Una información muy detallada que, según Juan, sólo podía saber una persona: su mujer. Ese día, los agentes la detenían como presunta autora de un delito de proposición al homicidio. «Los agentes me dijeron que el crimen no fue posible porque no había conseguido reunir el dinero que exigían los supuestos sicarios».
Ante este panorama, Juan pidió el divorcio y la jueza, estando ya su expareja imputada, decidió otorgarle a ella la custodia de sus hijos. Además, él debía pasarle una pensión de 350 euros al mes en concepto de manutención.
En diciembre de 2012 la Audiencia Provincial dictó sentencia, condenando a su exmujer a dos años de prisión, prohibiéndole acercarse a Juan a menos de 500 metros durante tres años. «La Fiscalía pidió 11 años, pero con el atenuante de los problemas psicológicos la jueza rebajó la condena a dos, y sin antecedentes, evitó la cárcel». A pesar de esto, su exmujer mantuvo la custodia de sus hijos.
Pero esta condena no fue más que un punto y aparte. «Mi exmujer viola constantemente la orden de alejamiento, la veo desayunar todos los días en el bar que hay bajo mi casa y pese a haberla denunciado en dos ocasiones, al parecer la Justicia le ha dado una impunidad que es incomprensible».
Por otro lado, Juan también teme por la seguridad de sus hijos. «La denuncié el 19 de enero porque me deja a los niños sin muda. Uno de mis hijos llegó con fiebre y sin medicamentos, a lo que dijo “si quiere medicamentos o ropa, que los compre él”». En dicha denuncia, Juan indicaba además que sus hijos le habían manifestado, tal y como consta en la delación, que «la madre les agrede verbal y físicamente de forma continuada y, debido a los problemas mentales argumentados por ésta, temo por el bienestar de los menores», concluye.
A día de hoy, Juan está a la espera de la resolución del divorcio, en la que ha pedido la custodia de sus hijos.
El último anuario estadístico del Ministerio del Interior, de 2013, registra el número de denuncias/víctimas por hechos delictivos graves en el ámbito familiar, realizados contra quienes sean o hayan sido pareja o expareja o contra quienes sean o hayan formado parte del grupo familiar. Esos hechos delictivos incluyen, entre otros, los de homicidio, malos tratos, secuestro, acoso sexual, impago de prestaciones o amenazas.
En Sevilla, 579 hombres denunciaron o fueron víctimas en 2013 de algunos de estos delitos. Una cifra que, tal y como recopila Interior de los últimos cinco años, se trata de la más alta: 520 en 2008, 557 en 2009, 562 en 2010, 528 en 2011, 484 en 2012 y 579 en 2013. Aun así, estos datos quedan muy lejos de las denuncias o víctimas del sexo femenino, las cuales se elevaron hasta las 3.574 en 2013.
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