Así se reparten los gorrillas las calles de Sevilla

m. moguer

23/02/2015
Actualizado a las 07:20h.

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Los gorrillas se reparten Sevilla como los ejércitos en una guerra. Plantan sus trincheras y evitan el territorio enemigo. Hay espías, invasiones, tratados de paz. Y mientras los aparcacoches -de la asociación PM40, ASIC y los que trabajan «por libre»- luchan por «sus» calles, los sevillanos se llevan la peor parte y pagan por estacionar en el terreno que conquistan.

Hay tres colectivos aparcando coches en la ciudad. Por un lado, dos asociaciones: Parados Mayores de 40 años (PM40) y la Asociación Sevillana de Inválidos Civiles (ASIC). Y luego están los que «trabajan» por libre: toxicómanos, minorías sociales, desempleados... El reparto de las calles no es igualitario, porque PM40 y ASIC son aliados. «Estamos en la calle los dos, nos respetamos», explica Antonio Rodríguez, abogado de ASIC. Hay buena relación. «Ahora sí». El tono indica que cada uno en su casa y Dios en la de todos. Pacto de no agresión.

Los independientes conforman un eje que actúa donde ven hueco. Y hasta plantean invasiones. «Nosotros estábamos en la calle Torneo y de ahí nos echaron», se lamenta Rodríguez. «Llegan y te empujan, te pegan. Al final te tienes que ir». El juego de ataques y conquistas de terrenos entre los gorrillas asociados y los que no lo están es constante, explican desde ASIC.

¿Y dónde más están los gorrillas sin asociación? En los alrededores del teatro Lope de Vega, en el Charco de la Pava cuando hay mercadillo -«y a nosotros nos multan si nos ponemos ahí», se queja el abogado de ASIC-, en los alrededores del campo del Betis y los Bermejales cuando hay partido en el Benito Villamarín. También se les encuentra en los dos tanatorios de la ciudad y en el cementerio de San Fernando, además de la citada calle Torneo, territorio ganado tras «batallar» contra ASIC.

Por último, estos aparcacoches ocupan las calles donde hay zona azul cuando se acaba la hora de pago oficial. Esto es: el Arenal, los Remedios, Viapol, Luis Montoto, Pirotecnia y la Macarena o Bami, uno de los focos clásicos de gorrillas en Sevilla.

La asociación PM40 -fundada por Manuel Acosta, hoy en manos de asociados-, controla el descampado junto al centro deportivo el Paraguas en Triana, otro en el Charco de la Pava, Torretriana, están en San Pablo cuando hay baloncesto, en el estadio de la Cartuja, la estación de metro de Blas Infante y la estación de Cádiz. Este último descampado, además, tiene una particularidad: según Acosta, una sola familia, cuyos miembros pertenecen a PM40, explota en exclusiva este aparcamiento.

Por último, ASIC está en el apeadero de tren junto al hospital Virgen del Rocío, en la Borbolla, en el Rectorado de la Hispalense, el parque de los Príncipes, el cementerio, la Feria, junto al club Mercantil y al Labradores y en el campo del Betis.

Pero hay más. Ninguna de las asociaciones quiere dar el dato, pero están en muchas otras calles. «Unas 60» reconoce ASIC. Y atribuye a PM40 otras 40, aunque no dicen cuáles. «Si lo decimos, van allí a multarnos».

No todas las calles son buenas para ejercer de gorrilla. El abogado de ASIC explica que lo ideal es que tengan al menos 100 coches. «Si no, no es rentable». Y si hay negocio, empieza la guerra. Si la zona es de alta rotación (llegan y se van muchos coches a la hora), es más apetecible. Eso pasa junto a los hospitales, donde se juntan los trabajadores con quienes van un momento a consulta buscando sitio para aparcar. «La Policía no para de multarnos en el Virgen del Rocío», se queja Antonio Rodríguez. La razón, según él, es que «hay un aparcamiento privado justo allí y está siempre vacío».

Para las asociaciones de aparcacoches, los gorrillas no asociados son el otro enemigo a batir. En el Tanatorio de la SE-30 tienen una batalla abierta: «La Policía le dice a los gitanos que tienen tanto derecho como nosotros a esta ahí y lo que se genera entonces es una guerra». La misma que se da en el resto de las zonas de Sevilla en las que hay dinero en juego.

PM40, ASIC y los gorrillas independientes luchan entre sí y contra la Policía por conseguir las mejores zonas para aparcar. Pero tienen un enemigo común: Aussa, la empresa de Aparcamientos Urbanos de Sevilla S.A., que gestiona el estacionamiento en la ciudad. La llegan a acusar de espionaje.

«Aussa nos utiliza para “abrir” calles» acusan desde ASIC. En su argot, eso significa que vigilan durante un tiempo la rotación de vehículos de una zona y si ven que pueden sacar dinero, se ponen allí a ejercer de gorrillas. «Cuando Aussa nos ve aparcando se dan cuenta de que es una buena calle», explican.

Como están ellos, dicen, «la gente se acostumbra a pagar por aparcar en la calle y luego viene Aussa y ponen la zona azul». Su queja es que son ellos los que «domestican» a los sevillanos, los que hacen el trabajo sucio de acostumbrarles a pagar por aparcar en cualquier parte de la ciudad. «Y es muy difícil habituar a la gente que no paga a que pague», razona el letrado de ASIC.

El fondo de esta cuestión está en la ordenanza antivandálica que aprueba el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín en 2008. Esta norma prohibe aparcar coches en la calle. A todos. Asociados o no. Pero esta es una norma que no reconocen vigente ni PM40 ni ASIC. Ambas asociaciones alegan que si no les notifican la extinción de la relación con el Ayuntamiento, ellos siguen «trabajando».

Rodríguez va más allá: «El Ayuntamiento me tiene que probar que la norma es legal». ¿Por qué no la recurren en los Tribunales ellos si creen que no se ajusta a Derecho? «No lo he hecho ni lo pienso hacer. ¿Y si lo pierdo?», responde el letrado de los gorrillas. Y devuelve la pelota: «que lo lleven a los tribunales los partidos políticos. Si están tan convencidos de que es legal, que lo lleven ellos». Y niega la mayor: «La Ordenanza no tiene nada que ver con la regulación de las calles».

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