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Los militares que auxiliaron al ciclista: «Perdió tres litros de sangre pero pudimos salvarle»

El teniente coronel médico José Manuel del Solar narra cómo lograron salvar al ciclista accidentado el pasado viernes junto a Capitanía

Los militares que auxiliaron al ciclista: «Perdió tres litros de sangre pero pudimos salvarle» abc

P. García

Nada hacía sospechar el pasado viernes a José Manuel del Solar Peña, teniente coronel médico del Cuartel General de la Fuerza Terrestre en Sevilla, antigua Capitanía, que una hora antes de terminar la jornada laboral su actuación y la de dos miembros de su equipo sería decisiva para la vida de una persona. Un poco antes de la 1 de la tarde sonaba el teléfono con la noticia de un accidente que había acaecido ante la entrada de vehículos del edificio militar. El primero en dirigirse al lugar de los hechos fue el cabo sanitario Miguel Ángel Zafra Fernández, quien, ante el estado que presentaba el herido, se apresuró en requerir la ayuda de sus compañeros del servicio.

Con el maletín de emergencias en la mano salieron a toda prisa el teniente coronel médico y el teniente coronel enfermero Antonio de la Hoz Pico. En un inmenso charco de sangre encontraron el cuerpo del joven Jaime C. G-C., de 21 años de edad, que había sufrido un fortísimo impacto contra un vehículo todoterrenomientras circulaba en bicicleta. «El chico se hallaba rodeado por agentes de la Policía Nacional a caballo, que fueron quienes primero lo vieron y avisaron a Capitanía», relata José Manuel del Solar. «Vimos —continúa— que presentaba una herida de entre 12 ó 15 centímetros que afectaba a los músculos de la cara lateral del cuello, que lo seccionaba, al igual que la vena yugular, de la que brotaba abundante sangre».

Fuerte hemorragia

El chaval se hallaba tumbado e inconsciente, con el pulso cada vez más débil por la pérdida de sangre. La actuación de los sanitarios, que procedieron a taponar las heridas con compresas, fue decisiva para lograr mantenerlo con vida. «Una vez que conseguimos controlar la hemorragia, lo pusimos boca arriba para ver si necesitaba alguna maniobra de reanimación cardiopulmonar. Cuando llegó el 061 le hicieron un electro; su corazón latía, le cogieron una vía intraósea, lo intubaron y le estabilizaron antes de llevárselo en la ambulancia al hospital. El joven —añade Del Solar Peña— había perdido unos tres litros de sangre, pero pudimos salvar su vida».

Este teniente coronel médico ha estado al corriente en todo momento de la evolución del joven a través de una amistad en común que tiene con la familia del accidentado y de miembros de la Enfermería de la UCI del hospital Virgen del Rocío, donde fue trasladado el chico . «Sé que lo operaron anoche —por el viernes— y que, según el informe de los facultativos, no hay daños neurológicos ni en la médula espinal. Parece —indica con satisfacción— que va a salir adelante».

«Intentamos hacer todo lo que pudimos, por eso cuando el 061 pudo trasladar al joven al hospital nuestra satisfacción fue inmensa. Felicité a mis compañeros, les manifesté mi orgullo personal por su profesionalidad y les di un fuerte abrazo», resalta José Manuel del Solar, natural de San Fernando (Cádiz), que lleva 23 años viviendo en Sevilla y su especialidad es la Ginecología. Con anterioridad ha ejercido en el hospital militar de El Ferrol, en el antiguo Vigil de Quiñones de Sevilla y en el hospital militar de San Fernando, en el que fue jefe del servicio de Ginecología, hasta agosto del año pasado que lo destinaron a Capitanía.

Momentos de tensión

Este médico, de 55 años de edad, confiesa no encontrar palabras para expresar lo que de verdad se siente en unos momentos de tanta tensión como los que protagonizaron el pasado viernes. «En frío, una vez en casa, es un gran orgullo salvar una vida, pero no deja de ser un mal rato porque a veces no hay un final feliz y te puede dejar marcado para siempre».

Afirma que sólo ha vivido una situación similar cuando en la urbanización en la que reside tuvo que usar un cinturón para cortar una hemorragia a una chica víctima de un accidente doméstico. «En el Ejército nos preparan para ir a misiones haciendo unos cursos en los que se manejan este tipo de actuaciones», explica José Manuel del Solar, quien reconoce que, «aunque estoy acostumbrado por mi especialidad a traer niños al mundo, salvar de forma imprevista la vida de una persona tan joven es también, sin duda, una satisfacción tremenda».

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