salud
Así reacciona tu cuerpo a las dietas milagro para la operación bikini
Desde anemia y mareos hasta perjuicios más graves como osteoporosis, cetosis, enfermedades de origen hepático y renal

El verano se acerca y las revistas, internet y la publicidad comienzan a bombardear con la denominada «operación bikini». Es momento de nervios, porque todavía se arrastran los kilos de más que se han ganado durante la Navidad. De ahí que muchos hombres y mujeres recurran a las famosas dietas milagro: régimen de alimentos con un contenido alto en proteínas, dietas en ayuno, la dieta OMG, de la piña, de la alcachofa... Es cierto que realizando estas dietas se pierden kilos de forma rápida pero, ¿qué pasa después? ¿tendremos efecto yo-yo? ¿puede haber algún perjuicio para la salud? Marta Fernández de Angulo Martínez, de la Unidad de Nutrición y Dietética del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, lo aclara.
La gran mayoría de estas dietas nos auguran un efecto rebote una vez finalizadas. «Estamos aportando al cuerpo tan poquísimas calorías que nuestro organismo reduce el gasto calórico y el metabolismo para, de este modo, limitar el uso de nuestras reservas y de algún modo "sobrevivir". Una vez que comenzamos a ingerir más alimentos, nuestro cuerpo no tiene la capacidad de quemar que antes sí tenía, y por lo tanto, tendemos a subir de peso. Por otro lado, -comenta- acumulamos tal ansiedad durante el periodo de dieta, que cuando la abandonamos, inconscientemente tendemos a comer más y de forma más descontrolada».
Lo mismo sucede en el caso de las dietas excesivamente altas en proteínas en las que se retira por completo cualquier hidrato de carbono (frutas, cereales, patata e incluso casi todas las verduras). Además, ente caso, el metabolismo se acostumbra a quemar sólo proteínas, por lo tanto en el momento que se vuelve a introducir hidratos de carbono/grasas no serán utilizados de la forma correcta y tenderán a acumularse como depósitos de grasa.
Perjuicios para la salud
Además de todo esto, se pueden producir perjuicios para la salud como: hipoglucemias, mareos y debilidad generalizada, disminución de la capacidad de concentración y atención, estreñimiento y anemia ferropenia o déficit de otros nutrientes de importancia. Y si mantenemos una dieta muy hiperproteica durante un largo periodo de tiempo se puede agravar: cetosis, que si no está controlada puede tener muy graves problemas de salud; enfermedades de origen hepático y renal como consecuencia de la carga proteica administrada al organismo; elevación del ácido úrico y gota, y aumento del riesgo de padecer osteopenias y osteoporosis.
En conclusión, según Marta Fernández de Angulo, «para disminuir de peso, mejor hacerlo de una forma algo más pausada teniendo una alimentación baja en calorías pero equilibrada, realizando actividad física y adquiriendo en el proceso unos hábitos alimentarios adecuados para que nos aseguren un mantenimiento del peso ideal en el tiempo». Y, para ello, es necesario ponerse en manos de especialistas en dietética y nutrición, asegurando el estado de salud.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete