Suscríbete a
ABC Premium

ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS DOS CIUDADES

Florencia y Sevilla, dos potencias turísticas frente a frente

El partido de la Europa League cruza a dos ciudades que son referencia en arte, patrimonio e historia. Con semejanzas pero también con profundas diferencias, sobre todo en lo económico

Florencia y Sevilla, dos potencias turísticas frente a frente ABC

EDUARDO BARBA

Florencia y Sevilla se miden mañana futbolísticamente. Dos ciudades que también pujan por las posiciones de honor en la clasificación de las urbes más bellas de Europa junto con otras como París, Roma, San Petersburgo, Viena, Budapest, Praga o Venecia. Historia, un extraordinario patrimonio, arte, cultura, personajes insignes... Las semejanzas entre las dos capitales, dos colosos en lo que a las postales se refiere, son muchas, tantas que de manera recurrente son comparadas. «La Sevilla italiana», «la Florencia española»... Pero más allá del elemento artístico, algunas diferencias en estatus y funcionamiento como ciudad las diferencian y las terminan de definir con su propia y marcada identidad.

Aunque Florencia es también capital regional y centro administrativo de la Toscana, como le ocurre a Sevilla en Andalucía, sus dimensiones son bastante más reducidas. Tiene prácticamente la mitad de habitantes (380.000 frente a los 700.000 de la ciudad hispalense). Su área metropolitana, sin embargo, la lleva hasta el millón y medio de pobladores por la aportación demográfica de Prato y Pistoia, lo que sí las equipara.

Economías muy distintas

Sin embargo, el parecido en dimensiones contrasta con los indicadores económicos cuando se realiza la comparativa entre capitales. Puesto que, a nivel financiero, las distancias son más que considerables en favor de los italianos. Incluso de base, como simple cuestión mental que tiene su arraigo en el esplendor renacentista. Aquella cúspide supuso que en el florentino cuajase una conciencia del ahorro y de la acumulación de riquezas muy acorde con el norte del país y del continente, con el que siempre mantuvo mucho contacto comercial. Los negocios de Florencia son más fuertes que nunca, sostenidos por el turismo pero también por la industria textil, la del metal, la farmacéutica, la cerámica y las artesanías (joyería y bordado). Los mejores estilistas de Milán usan el tejido hecho en Florencia. El trabajo con oro también se ha perfeccionado y la capital toscana produce hoy joyas vendidas por toda Europa. Además, la peletería, el perfume y la alta tecnología se han sumado a ese auge mercantilista. Sevilla, al otro lado, sigue sin el suficiente músculo económico, centrando su negocio en el turismo y los servicios que éste genera; aunque se ha erigido ya en el tercer polo aeronáutico europeo tras Hamburgo y Toulouse. El turismo florentino ha repercutido en otros sectores y los ha reforzado; el sevillano se ha limitado al paseo y la gastronomía, a los servicios al forastero pero con escaso trasvase de fondos a otras materias.

Florencia no es simplemente una ciudad hermosa y llena de arte, sino también uno de los mayores centros de la economía italiana. Con el inestimable apoyo, por otra parte, de la Banca de Medici, vinculada a la histórica familia de mecenas que viene impulsando la actividad en este punto del planeta desde hace siglos. Precisamente desde que extranjeros como los genoveses manejaban ya buena parte de la riqueza que entraba en Sevilla desde América. Cuestión de mentalidad, indudablemente.

El número de turistas

A la fortaleza florentina ayuda, lógicamente, la llegada masiva de visitantes. Ahí también son amplísimas las diferencias a pesar del crecimiento sevillano. Pero mientras que en la capital hispalense se han llegado en los dos últimos años a rozar los dos millones de turistas, en la ciudad toscana se superan en los últimos ejercicios los nueve millones de visitantes al año, una cifra de vértigo que sitúa a la cuna renacentista entre las quince o veinte ciudades más visitadas del planeta. Pocos son los circuitos turísticos transalpinos que no incluyen la visita a Florencia. En este apartado, Sevilla ha ganado muchos enteros desde el cambio de siglo y, especialmente, en los seis o siete últimos años, pero registra sólo la cuarta parte de turistas que su competidora en este análisis, con una imagen internacional muy afianzada. Las colas a las puertas de los museos florentinos son de horas.

Con todo, en el caso sevillano no se llega a contabilizar una práctica creciente entre los turistas, la de pasar el día en la ciudad pese a estar alojados, por ejemplo, en la Costa del Sol, algo que tiene un innegable e importantísimo impacto económico que no queda registrado. Además, la capital andaluza viene escalando posiciones con rapidez en el ranking mundial de ciudades de congresos en los cuatro o cinco últimos años, dejando atrás a un grupo de enclaves entre los que, precisamente, se encuentra Florencia. En España, sólo Madrid y Barcelona están por delante de Sevilla en este segmento; en Italia, Florencia es claramente superada por Milán, Roma, Génova o Turín.

Mejores transportes

La gran diferencia en número de visitantes, por otra parte, se da a pesar de que Sevilla goce de mejores infraestructuras y transportes que la población toscana. Su aeropuerto de referencia es el Galileo Galileo de Pisa, a unos 100 kilómetros de Florencia, donde sólo hay un pequeño aeropuerto (el Américo Vespucio) para algunas conexiones de bajo coste. Por contra, San Pablo, reformado para la Expo 92, no dista ni un par de kilómetros del núcleo urbano. A poco más de cinco kilómetros del aeropuerto, además, tiene Sevilla en pleno centro la opción del tren de alta velocidad que lo une con Madrid y Barcelona, una opción de vía rápida ferroviaria de tiene Florencia desde hace menos años para conectar desde Santa María Novella con la estación de Termini, en Roma. También el transporte de bus urbano hispalense es superior al florentino para moverse por la ciudad, contando, además, con el apoyo de una línea de metro, sistema de transporte inexistente en la ciudad italiana, y del tranvía que lleva a las puertas del Consistorio desde el intercambiador de transportes de San Bernardo.

Gana el peatón

Pero donde más se nota la diferencia en favor de Sevilla es en la comodidad en la movilidad interior merced al proceso de peatonalizaciones que se ha llevado a cabo por parte del Ayuntamiento hispalense desde el año 2000, principalmente. Buena parte del núcleo histórico se ha convertido en zona de preferencia para el viandante y eso ha impulsado mucho el paseo turístico, que en Florencia está mucho más mutilado por el paso del tráfico rodado. Sólo un par de calles principales están parcialmente peatonalizadas en Florencia, las que conectan la Piazza de la Signora y la catedral (Duomo), además del pasaje de la Galería Uffizi, pero ni siquiera el entorno del famosísimo Ponte Vecchio se libra del tráfico. En ese aspecto, es especialmente intenso el de las motocicletas, tan típicamente italianas como peligrosas en algunos puntos del centro florentino.

En otro particular donde Sevilla se lleva el gato el agua es en la sostenibilidad del transporte gracias a la implantación del carril bici, uno de los más extensos de Europa y que se ha desarrollado en apenas unos años. Ayudado por el buen clima, el tráfico en bicicleta presenta una pujanza enorme a orillas del Guadalquivir, mientras que en Florencia apenas tiene repercusión, al menos en su casco histórico, y transcurre de manera desordenada y sin señalizaciones suficientes. Sin llegar, por supuesto, a los niveles de ciudades escandinavas o de Ámsterdam, Sevilla ha crecido de manera exponencial en este campo.

Masificación

La sensación de saturación en los monumentos florentinos es también notable en los últimos años, donde la masificación —de un nivel que no ha llegado a estas latitudes ni por asomo— se ha apoderado de la zona turística y rebaja en parte el disfrute de los recorridos y visitas a puntos de interés. Cosas de la globalización, que aminora el encanto de algún lugar. Las riadas de turistas palo de selfie en mano están muy por encima a orillas del Arno. Los precios para entrar en los monumentos, eso sí, son bastante parecidos. Si acceder a la cúpula de la catedral florentina cuesta 6 euros, a los que se pueden sumar otros 6 del Campanile, subir a la Giralda y entrar en la propia Catedral sevillana vale 8. Si para el Palazzio Vecchio el tique vale 6 euros, para el Real Alcázar llega a 9. Y frente a los 6,5 de la Galería Uffizi, los 1,5 del Bellas Artes, de rango bastante menor, claro está.

Homogeneidad florentina

Si geográficamente las similitudes son importantes (ciudades en una extensa llanura que crecieron en torno a un río), también su esplendoroso pasado las iguala. Sevilla es más antigua y por ella pasaron más civilizaciones y culturas, lo que se deja notar en su población, fisonomía y patrimonio. La capital toscana vivió su etapa de esplendor de un modo más concentrado cronológicamente, desde la segunda mitad del siglo XIV y durante todo el Renacimiento, movimiento artístico del que es cuna. Eso le confiere una imagen mucho más homogénea a su conjunto histórico (que es al completo Patrimonio de la Humanidad desde 1982) que al sevillano, más heterodoxo, disperso y «herido». La «postal» florentina es mucho más compacta y armónica, sin edificios que desentonen. Lo que supone una verdadera protección del patrimonio arquitectónico...

No ha gozado tampoco Sevilla en su historia de un respaldo a sus artistas como el que dieron los mecenas florentinos, especialmente la familia Medici, grandes patrones de las artes. Esa empuje propició que en Florencia confluyeran nombres principales en la historia del arte como Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci o Boticelli. El apogeo sevillano llegó un siglo después, con la llegada del oro americano, el estallido del arte barroco y las obras de Velázquez, Murillo o el escultor Martínez Montañés.

Florencia y Sevilla, dos potencias turísticas frente a frente

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación