Los «meones» de la fuente de la Puerta de Jerez se llenan de orín

Los cuatro niños «meones» de la fuente de la Puerta de Jerez , copias de los originales, que ocuparon sus lugares vacíos el pasado marzo, han pasado del blanco a diversas tonalidades de amarillos e incluso rabiosos naranjas, igual que ha sucedido con las «Muchachas al sol» de la Glorieta de las Cigarreras.

En este último caso, el vecindario de Los Remedios identificó la capa de óxido en las esculturas de Antonio Cano con el riego por aspersores con agua proveniente de un pozo con alto contenido en hierro, que han manchado igualmente troncos de árboles y farolas.

Con respecto a los «meones» de la «Fuente de las Cuatro Estaciones», el orín que los cubre puede deberse al óxido de hierro que habrían acumulado las tuberías que surten el agua en el tiempo que han estado sin uso.

Esa es la primera respuesta que aportan fuentes del Ayuntamiento mientras los técnicos municipales estudian el «fenómeno» que ha cambiado la fisonomía de estos niños, que, en versión «facsímil», han vuelto a completar el conjunto que ideara en los años veinte Manuel Delgado Brackenbury en el proyecto de embellecimiento de la ciudad al hilo de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929.

Precisamente, estos cuatro «meones» con caracoles de la alberca, retratos reales de niños de aquellos tiempos, fueron retirados en 1939 tras muchos tiras y aflojas y el descontento del escultor por el resultado final. Fue el entonces alcalde, Eduardo Luca de Tena, quien indicó que aquellas figuras escultóricas no han logrado armonizar la estética del conjunto». A la fuente le quedó el sobrenombre de sus «meones», que, agachados, parecían orinar cuando salía el agua de sus caracolas. Igual que han vuelto a hacer sus copias, replicadas a partir de fotografías, y con el mismo material: roca de Almorquí.