debajo de sus copas las temperaturas descienden hasta 12 grados
«Masacre» con los naranjos de Sevilla
La poda radical desata las críticas de los expertos

El que fuera adjunto a la jefatura del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla y experto en Jardinería, José Elías Bonells, ha denunciado que el Ayuntamiento sigue con la «burda campaña» de reducir las copas de los naranjos de las calles de la ciudad con la «absurda teoría de que produzcan menos azahar y, por tanto, menos frutos que recoger por las contratas ahora encargadas de este menester».
Explica que con ello se perjudica a los naranjos que han crecido en libertad durante años antes de ser sometidos a esta inadecuada mutilación y a los sevillanos al serle privados de las tradicionales floraciones en primavera y la ornamentalidad de las naranjas en otoño.
No pasa por alto la sombra que dan en verano los naranjos —debajo de las copas las temperaturas bajan hasta 12 grados— y , sobre todo, insiste en que la gestión de las zonas verdes no puede estar en manos de «nuevos profetas» mientras que los verdaderos profesionales «viven en constante zozobra y en la amenaza de ver devaluados sus conocimientos y una experiencia que tanto trabajo les ha costado obtener».
En este sentido, el arquitecto Manuel Vigil-Escalera señala que las podas y mantenimiento de la arboleda «tienen que hacerla personal cualificado dirigido por profesionales expertos que sepan cuándo y cómo hay que hacerlas».
En su opinión, Sevilla tiene suficientes zonas verdes, «adecuadas a la ciudad» lo que sucede es que «gran parte del público no contribuye a su buen mantenimiento». Para José Elías, el ciudadano tiene que ser consciente de que Sevilla ha heredado un patrimonio arbóreo que constituye un soporte vegetal que no puede estar sujeto «a la anarquía en el mantenimiento ni a los antojos».
«No puede haber más árboles mutilados, la ignorancia de su biología hace que veamos todavía árboles desmochados sin justificación alguna. Son seres vivos que en la ciudad nos aportan diaria y silenciosamente toda clase de beneficios, sumideros de dióxido de carbono, absorción de contaminantes, liberación de oxígeno y reducción de las altas temperaturas», sostiene.
Así, critica también cómo han podado los ficus de la avenida Flota de Indias que han lucido sin su frondosidad durante la Feria de Abril.
«El personal técnico del Ayuntamiento —afirma José Elías— está en contra de las podas, las órdenes vienen de arriba».
Insiste en que en la ciudad, las podas deben ser mínimas, según la especie y las necesidades y «ha de hacerse sin modificar el porte natural del árbol».
Estima que la «mala poda es el resultado de plantar un árbol incorrecto en un lugar inapropiado» y apuesta por sembrar «árboles longevos que no padezcan plagas o sean sensibles a ataques parasitarios».
«Deben empezarse desde el momento de la plantación ayudando al árbol a adquirir su forma equilibrada y deseada, su arquitectura y estructura», añade. Sin embargo, tiene claro que una de las principales causas del fracaso de las plantaciones urbanas es la «falta de vínculos entre los encargados de la plantación y los responsables de su mantenimiento».
Su experiencia en el servicio de Parques y Jardines le ha enseñando que modernizando la gestión de las plantaciones urbanas se mejora la rentabilidad de las inversiones y apunta que las podas representan el 70% de los gastos de mantenimiento.
Aconseja aprovechar cualquier oportunidad para plantar árboles en los aparcamientos, polígonos industriales o en las zonas comerciales. «Ahora que se habla tanto de árboles hay que recordar que sin un sistema de gestión moderno adecuadamente financiado no se pueden mantener», termina no sin antes, lamentar que los árboles son víctimas también de la «codicia de los promotores de la inconsciencia de los automovilistas y de la irritación del público».
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete