Hazte premium Hazte premium

sevilla

El traslado del Bazar Victoria liquida 97 años de paisaje urbano

La emblemática ferretería se muda a la calle Francos y ya ha echado el cierre en Entrecárceles

El traslado del Bazar Victoria liquida 97 años de paisaje urbano JUAN FLORES

rocío d. ruiz de castro

Ciento setenta son los metros que separan el número 1 de Entrecárceles y el 28 de la calle Francos y noventa y siete los años de historia que los transitan desde este lunes.

El añejo Bazar Victoria se convertirá en un museo de fondo pictórico y lejos quedarán las estanterías abarrotadas de cacharros o los cubos, las sartenes y regaderas colgando del techo. Atrás quedará también su largo y siempre ocupado mostrador.

Cuesta imaginar cómo era el antiquísimo local libre de cachivaches y tanto o más cómo será después de él. En todos estos años, lo único que ha cambiado ha sido el color con el que sale en las fotos. La pureza ha sido el estandarte de la ferretería de «Isaías Sainz y Compañía», que generación tras generación ha ido haciendo y vendiendo historia . Noventa y siete años en Entrecárceles y las huellas que todavía conservan sus escaparates dan fe de ello.

Muchos coinciden con Benedetti en que «el olvido está lleno de memoria»

Así, el tan querido como vetusto Bazar Victoria vacía los escaparates para irse con sus abrelatas, pelagambas, molinillos y sus memorias a otra parte.

La extinción de los contratos de renta antigua y el proyecto impulsado por la Fundación Cajasol , para ampliar el museo que quiere hacer en el edificio de la antigua Real Audiencia, obliga a los propietarios de esta ferretería a emigrar, si bien es cierto que solo unos cuantos pasos y no más de dos calles.

Variopintos artilugios

Inaugurada en Sevilla en 1918, continúa siendo patrimonio y emblema de la ciudad . De hecho, los trabajadores no se zafan del afecto de sus fieles clientes. Los más nostálgicos, incluso, quisieron acercarse este sábado para transitarla por última vez antes de que apagara sus luces para no volverlas a encender.

No son pocos los que han pegado su nariz al escaparate. Quién no se ha sentido hechizado por los variopintos artilugios que encontraba tras ello. El recuerdo de las jaulas para grillos tomateros, de las fichas del egipcio juego de la rana, los calderos o los trébedes siguen resonando en el alma de muchos sevillanos que coinciden con Mario Benedetti en que «el olvido está lleno de memoria» y que esperan con ansia la reapertura del Bazar.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación