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Feria de Abril de Sevilla 2017

La Feria se disfruta con amigos

No defraudó el ambiente del primer día oficial en el real, que comenzó a llenarse a media tarde

Laura Jiménez, María Castellano, Irma Millán, Myriam Ariza y Carmen Torres ROCIO RUZ

N. ORTIZ

Por primera vez, el real de la Feria vivió ayer un domingo que no fue final , sino principio de una intensa semana. Aunque hasta media tarde no se animaron masivamente las calles del recinto, muchas casetas acogieron almuerzos tranquilos, de picoteo y manzanilla para compartir con amigos y familiares. La esencia de una fiesta que no es nada sin una buena compañía.

Javier Núñez, Belén Recio, Blanca Fernández de Córdoba, Mauro Cruz-Conde y Belén Santaella ROCIO RUZ

Tal fue el caso de la caseta Los Primos, en Pascual Márquez, 19 . Carmen Damiá, una de su socias más antiguas, explicaba que la idea tener un lugar para reunirse en la Feria de Abril surgió de varios primos, entre ellos algunos de la familia Rojas-Marcos. Han pasado más de 30 años y, aunque ya no es estrictamente familiar, sigue conservando esa filosofía que dice que, dentro de las cuatro paredes de ese «hogar efímero» que son las casetas, se va a «disfrutar, bailar, reír y comer con la gente a la que aprecias» . No falta la buena cocina que, en el caso de Los Primos está a cargo de un cocinero de Jerez cuya especialidad son las alcachofas, los guisos y el arroz.

Carlota Freire, Leandro Leal, Alejandra Freire y Antonio Ostos R. RUZ

«Somos muy flamencos, queremos pasarlo bien todo el tiempo que se pueda», asegura Carmen Damiá. Sin embargo, no termina de convencerle el cambio de fechas de la Feria. «Son muchos días, es muy difícil compaginar la vida diaria con tantos días de celebraciones».

Muchos niños

Poco a poco, los rezagados que habían preferido descansar por la mañana tras la noche del Pescaíto comenzaron a llenar el real de la Feria. A las seis de la tarde, ya era necesario zigzaguear para avanzar por unas calles cada vez más llenas y animadas. Con mucho público infantil, cada pocos pasos se repetía la escena de una madre arreglando la flor a la niña, con vestido a juego, o sujetando un mantoncillo que la más pequeña ya se había cansado de llevar. Una estampa familiar que augura un gran futuro para las tradiciones sobre las que se sustenta la Feria.

Inés Rocci, Rocío García Guell, Carmen Roldán y Eugenia de las Bárcenas R. RUZ

En El Taponazo, situada en Ignacio Sánchez Mejías, 97, el ambiente no decayó en toda la tarde . Según cuentan varios de sus socios, la caseta pertenece a un grupo de amigos que ya puede considerarse como «una gran familia». «La fundamos nosotros y ya va por la tercera generación , nuestros nietos», explica Carmen Rivero. Y, sobre el curioso nombre, una divertida anécdota: «corre una leyenda entre la pandilla que dice que a un amigo le dieron con el tapón de corcho en el ojo abriendo una botella», afirma divertida. Sus amigas de toda la vida, junto a ella, cantan por sevillanas una letra que tiene, cómo no, de protagonista al célebre taponazo. Carmen Rivero, Nani Delgado, Ana Domínguez y MªÁngeles Gallego, son las artífice de la exquisite decoración de la caseta, que combina grabados de monumentos de Sevilla con colores muy taurinos.

Carlos de Porres y Adriana Domecq R. RUZ

Muy animados estaban también en Gitanillo de Triana 50 , en la caseta conocida como Los Magos. Fundada en 1991, está decorada con carteles de las Fiestas de la Primavera desde sus inicios hasta la actualidad, lo que le da un aire original y muy festivo. Aquí también han cogido el relevo los miembros más jóvenes de las familias socias, sobre todo cuando empieza a caer la tarde y los más mayores, que son también los que antes han llegado al real, prefieren retirarse y dejar paso a las nuevas generaciones.

Los jóvenes también se daban cita en El Ocho, en Pepe Luis Vázquez, 8 , donde Belén Blanco ejercía de anfritriona. «Tenemos una cocina pensada para disfrutar, sencilla y tradicional», explica. Respecto al cambio de modelo de la Feria, no se muestra del todo conforme, ya que asegura que «el real estaba lleno el viernes por la noche y eso hace que la Feria empiece, otra vez, antes de lo debido».

Muy cerca de allí, en Gitanillo de Triana 87, Encarna Cossio y su marido, Antonio González , mostraban orgullosos las fotografías que recuerdan el rico pasado de la caseta, una de las más antiguas del recinto. Fundada por el abuelo de la anfitriona, Jose Luis Cossio , que perteneció al departamento de Fiestas Mayores del Consistorio y que tenía, en las traseras de la caseta en el Prado de San Sebastián, una pequeña plaza de toros donde organizaba espectáculos, se soltaban vaquillas y se juntaban personajes tan célebres como el torero Juan Belmonte. «Sigue siendo una caseta familiar y nos gusta recordar sus orígenes», afirman sus descendientes. Mientras, al caer el sol, en las calles del real se respiran unas ganas de feria que ni siquiera las nubes grises fueron capaces de apaciguar.

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