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El perrito piloto, la mascota Curro y la caseta de La Francesita

Hace veinticinco años, volvieron los caballos a la Feria tras la peste equina, Aznar visitó por vez primera el real y Chaves la vivió como flamante presidente

Aznar, líder de la oposición a González, paseando por el real flanqueado por Arenas y Soledad Becerril J. M. SERRANO

JAVIER RUBIO

Sevilla se relamía de gusto . Faltaba un año –cumplido exactamente el sábado de Feria 20 de abril– para que se inaugurara la Exposición Universal de 1992 que estaba poniendo de dulce la ciudad : la moderna estación de Santa Justa de Cruz/Ortiz que iba a sustituir definitivamente a las terminales de Plaza de Armas y San Bernardo entraría en servicio la semana siguiente a la Feria y el primer templo lírico de la ciudad, el Teatro de la Maestranza, estaba próximo a inaugurarse con la asistencia de la Reina Doña Sofía . La Feria de 1991 era el escaparate en el que Sevilla se mostraba orgullosa al mundo. Parecía que todo estaba por estrenar, tanta era la euforia de aquellos años bárbaros .

De entrada, la Feria de hace un cuarto de siglo recuperaba el paseo de caballos después de que el año anterior se suprimiera a causa de la orden de estabulación para todas las caballerías por culpa de la epizootia de peste equina declarada a finales de la década de los 80. Volvían los caballos y volvía la lluvia, que arruinó el martes y el miércoles con chaparrones de campeonato como venía sucediendo, al menos los dos ejercicios anteriores. La lluvia no constituía novedad, pero sí que un muñeco hinchable se paseara en un coche de caballos enganchado a la media potencia: era Curro , la mascota de la Exposición Universal de 1992 original del alemán Heinz Edelmann, que se daba así un baño de multitudes con división de opiniones a tenor de los comentarios que suscitaba a su paso por las calles del real cuando echaba pie a tierra para pisar el albero.

Aquella Feria era también la primera de Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía, que había ganado las elecciones en junio de 1990 con mayoría absoluta. Chaves recibió un homenaje el jueves compartiendo honores con la duquesa de Alba; la marquesa de Valencina, Carmen Tello; el alcalde; el director de ABC; y el periodista Carlos Carnicero, director entonces de la revista «Panorama».

Si Chaves se estrenaba, Manuel del Valle se despedía como alcalde . La campaña electoral de las municipales estaba muy cerca y todos los políticos sevillanos se multiplicaban para que se les viera en la Feria: Luis Yáñez, candidato socialista; Alejandro Rojas-Marcos, aspirante por el Partido Andalucista; y Soledad Becerril, cabeza de cartel popular, que lo hacía acompañada de un hasta entonces inédito José María Aznar , presidente de la formación desde el congreso de refundación del PP en Sevilla doce meses antes.

De otros políticos no queda constancia gráfica en el archivo de ABC, como por ejemplo de Jack Lang, ministro estelar de Cultura francés bajo el mandato de François Mitterrand. Lang había protagonizado la polémica de la Feria, al conocerse que la concejalía de Fiestas Mayores de Manuel Fernández Floranes le había concedido una caseta en Chicuelo 67 al ministro galo. Aquella caseta, conocida como «La Francesita» con flamenco e invitados de primer nivel hasta la hora en que cantan los gallos , desató las protestas de la oposición municipal, que quería saber las razones exactas por las que se había despojado de la titularidad a sus anteriores concesionarios. Luis Pizarro, concejal de IU, señaló que el propio alcalde Del Valle le había comentado unos meses atrás el fuerte compromiso que le obligaba a concederle una caseta a Lang.

Ajenos a polémicas, los sevillanos inundaban la Feria a unas horas muy distintas a las actuales y se dejaban el dinero en las casetas de las tómbolas, donde el perrito piloto sobrevivía como premio más codiciado pese a la pujanza de las tortugas ninj a. Los feriantes de la calle del Infierno se quejaban de la lluvia. Uno de ellos le ponía cifra a la ruina : 12.000 pesetas (72 euros al cambio fijo) de caja un martes de Feria por culpa de los chaparrones cuando había tenido que satisfacer hasta 400.000 pesetas (2.400 euros) por la concesión de los terrenos: « Si fueran compasivos nos devolverían el cincuenta por ciento de los dineros que hemos tenido que pagar».

De otros suelos también se empezaba a hablar hace veinticinco años. En concreto, del traslado del real de la Feria abrileña, cuyas costuras parecían a punto de estallarle a Sevilla de un momento a otro. En 1991 comenzó a circular la posibilidad de una mudanza al Charco de la Pava que un cuarto de siglo después ni siquiera se plantea, arrinconada en el olvido .

Hay cosas que nunca cambian .

Saura trabajaba en «Sevillanas»

Es uno de los documentos musicales más impresionantes sobre el cante y el baile típicos de la ciudad: «Sevillanas», con Camarón, Rocío Jurado, Paco de Lucía y Lola Flores, por ejemplo. Su director, Carlos Saura, pisaba por vez primera aquel año la Feria a la que remitía su película. Lo hacía de la mano del productor de la cinta, Juan Lebrón , que hacía de cicerone . El director aragonés, en entrevista concedida a ABC, se mostraba extrañado de que el baile por sevillanas fuera en su mayor parte cosa de las mujeres mientras los hombres hacían de espectadores .

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