El pabellón de Guatemala de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, abandonado a su suerte

El Conservatorio Superior de Danza de Sevilla sigue utilizando este lugar para dar clase y hacer ensayos, según pudo saber ABC de Sevilla pero destacaron el mal estado de sus instalaciones como los bajos del edificio, donde se acumula la suciedad o los grafitis con mensajes soeces al lado de la escalera que sube hasta el acceso del edificio. La puerta también tiene desperfectos en su parte baja y hay humedades en el pared que da al Paseo de las Delicias.

Asimismo, en la parte superior del pabellón, se acumula la suciedad que cae de los árboles de alrededor o de los aires acondicionados que se hallan en el tejado del edificio diseñado por el arquitecto sevillano José Granados de la Vega.

Sin embargo, los daños más graves se observan en el lado más cercano al río Guadalquivir, donde gran parte del paño cerámico está completamente desprendido y sin protección porque no se ha colocado ninguna malla de protección ni otro elemento para evitar las caídas de los azulejos celestes y blancos de este emblemático edificio, uno de los más visibles para los vecinos y visitantes de la Exposición Iberoamericana de 1929 al encontrarse en la principal vía al sur de la capital hispalense.

El estado de deterioro del pabellón de Guatemala es llamativo sólo a cinco años del centenario de la muestra que cambió gran parte del urbanismo de la ciudad sobre todo en su parte sur creando diferentes avenidas y plazas como la de España y la de América, convertidas en auténticos símbolos de la capital hispalense.

Al finalizar la Exposición Iberoamericana, hubo numerosos pabellones que se derribaron, otros de los que quedan algunos vestigios como la torre del de Córdoba en el campus de la avenida de Reina Mercedes y otros pudieron reutilizarse como el de Brasil o de Méjico en espacios administrativos de la Universidad de Sevilla.

El de Guatemala fue uno de los que resistió a la piqueta que arrasó gran parte de Sevilla en los años 50, 60 y 70 y se quedó como una isla junto al gran edificio del Conservatorio Superior de Danza pero el paso del tiempo ha causado estragos en el pabellón que fue biblioteca infantil después de que el gobierno guatemalteco lo cediera al Consistorio hispalense tras terminar la muestra iberoamericana.

En los años 50, el director del instituto Murillo pidió que formara parte del centro educativo ya que estaba al lado del pabellón de Argentina y allí se encontraba esta escuela. Sin embargo, en un principio, se le denegó la petición y se llegó a dictar su demolición pero pasaron ocho años sin ejecutarse por lo que se volvió a solicitar su integración en el Murillo y fue gimnasio durante bastante tiempo hasta que pasó a formar parte del actual Conservatorio de Danza.

El deterioro que sufre muestra la dejadez de las instituciones por la conservación del patrimonio histórico y artístico de la Exposición Iberoamericana de 1929 ya que, en la actualidad, se está analizando qué administración pública tiene que hacer frente a las labores de rehabilitación de este pabellón que destaca por su hermoso paño de azulejos de la fábrica trianera de Ramos Rejano.

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Este es sólo otro frente que se le abre a la delegación territorial de Educación porque hace más de un año y medio, ABC de Sevilla pudo comprobar el abandono de la antigua iglesia del convento del Carmen, la cual se mantiene entre andamios en el Conservatorio de la calle Baños, otro ejemplo más del abandono del patrimonio histórico artístico y que espera su restauración.