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POLÍTICA Y RELIGIÓN

¿Con qué cofradías tienen relación los concejales del Ayuntamiento de Sevilla?

Casi todos los ediles , con o sin fe, mantiene especial relación con la Semana Santa. Por devoción o por amor al arte

El alcalde, Juan Espadas, se siente especialmente ligado a la Macarena ABC

EDUARDO BARBA

Con mayor o menor devoción, siendo hermanos, por tradición familiar o simple inquietud «cultural», la práctica mayoría de los 31 concejales del Ayuntamiento de Sevilla mantiene vínculos con las cofradías de la Semana Santa de la ciudad o incluso participa en la vida de éstas y realiza la estación de penitencia a la Catedral cada año. Del fervor religioso a la mera contemplación estética o la tradición familiar, el abanico es enormemente amplio, pero los incluye a casi todos.

En el gobierno local socialista , por ejemplo, el concejal de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera , es un fervoroso hermano de la Macarena, transmitiendo su pasión por esta hermandad a sus hijas. Familiarmente está también vinculado a los Negritos y a la Amargura. Precisamente la delegada del Distrito Macarena, Clara Macías , es hermana de la Bofetá y disfruta muchísimo de «los rincones cofrades y la estación de muchas hermandades, como la Macarena a la vuelta por su barrio, la entrada de los Javieres o la salida del Valle. «Recuerdo con especial cariño mi experiencia del año pasado acompañando a la Virgen de Gracia y Esperanza como representante municipal», apunta. Entre los socialistas, también son hermanos de cofradías Juan Manuel Flores (San Gonzalo) e Inmaculada Acevedo (de la Estrella); la última indica que ha «participado siempre en la Semana Santa, desde niña, por inquietudes familiares», no faltando nunca a las salidas de las cofradías de Nervión y San Pablo. Su compañera de grupo Carmen Castreño , por su parte, afirma vivir «con mucha intensidad las salidas de las hermandades de Triana y Los Remedios» y destaca especialmente su gusto por la madrugada del Viernes Santo. «Ya me encantaba antes de ser concejal», especifica.

Al frente de este grupo está el propio alcalde, Juan Espadas , que no es hermano de corporación alguna pero que se siente especialmente ligado a la Macarena «por nacimiento y por el barrio en sí». Sus dos hijos, eso sí, son hermanos precisamente de la Hiniesta, la hermandad con mayor relación con el Ayuntamiento que él ahora dirige. Con todo, y además de la salida del Gran Poder, Espadas subraya entre sus momentos cofrades más emotivos los de las hermandades de los barrios. «Llevo veinte años viendo a la Milagrosa en Nervión y también me gustan muchísimo el Cerro, San Bernardo, la Redención y Dolores de Torreblanca. Yno nos olvidemos de la labor social que hace el Buen Fin, que tenemos que destacar siempre. Pero las hermandades de barrio me llegan especialmente, además de la Macarena».

Ocho de doce

En las filas populares, hasta ocho de los doce ediles son hermanos de alguna corporación. Su portavoz, Alberto Díaz , lo es del Cristo de Burgos desde que tenía nueve años. Allí ha sido desde costalero hasta nazareno, una vinculación que ahora mantienen también sus hijos. Díaz irá este Miércoles Santo presidiendo el palio de Madre de Dios de la Palma. Sus portavoces adjuntos, Mar Sánchez Estrella y Beltrán Pérez , no son hermanos de cofradía alguna, si bien tienen especial cariño por la Sed y la O, respectivamente; el hijo de la primera se estrenará este año como nazareno (en el Baratillo). Entre los populares, destaca la experiencia de Amidea Navarro y Jaime Ruiz . La primera lleva sus 60 años de vida como hermana de Pasión. «Soy hermana desde que nací —recalca—. Mi padre fue a inscribirme a la hermandad antes incluso que al juzgado. El patio de naranjos del Salvador ocupa buena parte de mis recuerdos de niñez y adolescencia». Jaime Ruiz , por su lado, lleva 49 años siendo hermano de San Bernardo. Durante quince años ha salido de costalero y el resto de años siempre ha hecho estación de penitencia como nazareno. Eso sí, este año no lo hará para presidir el paso de su hermandad en los palcos. Además, lleva siendo hermano de la Macarena 50 años.

Rafael Belmonte es miembro fundador de la hermandad de la Corona, estando en su junta de gobierno desde su fundación en 1992 hasta 2011. Además, es hermano del Cachorro, la hermandad de su familia, donde desde los tres años ha estado saliendo de nazareno hasta 2009. Dolores de Pablo-Blanco se hizo hermana del Amor hace cinco años por la enorme tradición familiar, saliendo toda su familia en la cofradía. Ignacio Flores es hermano de San Roque desde los doce años, habiendo salido de nazareno y de penitente. Pero también es hermano fundador de la hermandad del Polígono de San Pablo, donde ha sido durante años fiscal del paso de palio. Carmen Ríos , por su lado, es hermana de las Cigarreras, habiendo presidido el palio de la Virgen de la Victoria a su paso por Los Remedios en los cuatro años de concejal de gobierno (2012 al 2015). Evelia Rincón , por su lado, destaca su vinculación especial y devoción a la Macarena, por el barrio donde nació. Además, le tiene un cariño especial a la hermandad de la Resurrección, presidiendo desde el año 2005 el paso de esta cofradía en los palcos. José Luis García es hermano de Santa Genoveva desde pequeño, aunque nunca haya salido de nazareno. «No he salido, pero no suielo faltar a los cultos», explica el edil popular. Pía Halcón está ligada a la hermandad de la Quinta Angustia, de donde es hermana toda su familia.

De la Paz al Santo Entierro

En Ciudadanos, su portavoz, Javier Millán , tiene «una relación muy especial con la hermandad de la Paz», la de su barrio del Porvenir, en la que su hijo mayor sale de nazareno cada Domingo de Ramos. «Uno de los momentos más emocionantes e íntimos lo vivimos toda la familia por la noche, cuando María Santísima pasa por el parque de María Luisa en su recogida», comenta. Millán, que procesiona en la Hiniesta y el Santo Entierro con la corporación municipal, también verá salir a su hijo en el Silencio, donde este año se ha estrenado como hermano. Igualmente espera con ilusión a la hermandad del Buen Fin, donde este año vivió «uno de los momentos más especiales en la puesta de la primera piedra de su nuevo centro de estimulación precoz. Su compañero de filas Francisco Moraga se reconoce «fiel devoto de la Esperanza de Triana y del Cristo de las Tres Caídas» y es hermano de tres hermandades. Junto a la corporación municipal participa tanto en la Hiniesta como en el Santo Entierro, lo que para él supone «un enorme honor, ya que el Sábado Santo convino dos pasiones en una, hacer estación de penitencia como hermano y, a la vez, como servidor público de Sevilla».

Otros capitulares mantienen una «vinculación cultural» con la Semana Santa a pesar de considerarse abiertamente ateos. Ocurre en los casos de los dos partidos minoritarios a la izquierda de los socialistas, Izquierda Unida y Participa Sevilla, marca blanca de Podemos en la capital andaluza. El portavoz de los comunistas, Daniel González Rojas , explica que fue hermano del Museo desde que nació, ya que fue inscrito por su familia paterna para mantener la tradición. Llegó a salir de monaguillo y de nazareno en esta hermandad del Lunes Santo, pero «sin ser creyente, por una cuestión estrictamente cultural y siendo un niño». En cuanto se hizo mayor de edad, dejó de ser hermano de esta corporación y algo más tarde apostató. «Ahora me considero —indica en todo distendido— un ateo marxista-leninista que cree en la laicidad del Estado, pero al que también le gusta la Semana Santa, ¿por qué no?». La otra edil de IU, Eva Oliva , no participa en modo alguno del mundo de las cofradías, aunque mantiene «una relación especial por tradición familiar con la hermandad de la Sed», al haberse criado en Nervión y ser su familia de este barrio. «De hecho, el Miércoles Santo nos reunimos en casa de mi familia por el paso de la cofradía por las calles del barrio», indica.

En ese mismo flanco ideológico, la portavoz de Participa, Susana Serrano , recalca su «relación artística y cultural» con la Semana Santa. «Tengo que decir que me encanta por su tremenda riqueza cultural —subraya—. No me gusta la gente que dice que para ser moderno y progre tienes que criticar la Semana Santa. Yo reivindico que todo es compatible y, en lo que a mí respecta, la vivo con intensidad desde pequeña. No es una cuestión de creencia sino de placer artístico y tradición familiar, gracias a la cual mantengo un vínculo muy especial con la Macarena. Me emociona, sí. No hablo de sentimiento religioso como tal, pero me emociona verla, es así». Su colega de filas Julián Moreno hizo estación de penitencia durante tres años, siendo casi un adolescente, con la hermandad de su barrio, las Penas de San Vicente. «Soy ateo, pero reconozco que siempre me ha gustado la Semana Santa y su valor cultural y artístico, especialmente el musical», señala el joven político.

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