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Universidad

Las notas de corte convierten algunas carreras en aptas sólo para élites intelectuales

Algunas titulaciones ofrecen tan pocas plazas para estudiar que las notas de corte las convierten en carreras sólo accesibles para los estudiantes más brillantes

Fachada del rectorado de la Universidad de Sevilla ABC

Mercedes Benítez

Estudiar en la universidad pública es prácticamente gratis. En Sevilla como en el resto de Andalucía, sólo tienen que pagar la tasas de las matrícula los estudiantes del primer año y aquellos que suspenden durante el resto de los cursos que dura la carrera. Los que aprueban sólo tienen que pagar una insignificante cantidad. Sin embargo, esta universalidad de las aulas sevillanas es la cara bonita de un sistema que, de un tiempo a esta parte, tiene otra cara de la moneda más oscura. Porque lograr plaza en la carrera que se desea es una tarea cada vez más difícil para la mayoría de los estudiantes que deben logran una nota muy alta en las PEvAU (la Selectividad) para acceder al grado que prefieren.

Hay, según reconocen los expertos del sector universitario, dos bloques de carreras. Por un lado están aquellos grados donde hay muchas plazas y no es difícil accede r. En los que es suficiente con aprobar sin necesidad de sacar una nota alta. Y luego están otras titulaciones que, año tras año, van subiendo las notas de corte para acceder a ellas.

Pero ¿Por qué ocurre eso?, ¿Por qué esas notas de corte son cada vez más altas? En primer lugar, hay que decir que las notas de corte es la calificación con la que entra en la universidad el último de la lista . Es decir, las distintas facultades ofrecen un determinado número de plazas. Si, por ejemplo, hay 200 plazas. El primero que entra es el de la nota más alta y así van bajando en función de los resultados obtenidos en las pruebas de la Selectividad. Si el último que logra entrar tiene, por ejemplo, un 11, esa será la denominada «nota de corte».

El segundo factor determinante es la oferta académica que provoca que esa nota siempre esté condicionada al número de plazas que hay disponibles. Es decir, el número de plazas que ofrece cada titulación. De hecho, así lo razona la Directora General de Acceso de la Universidad Pablo de Olavide, Mercedes de la Torre, que recuerda que la nota de corte «está vinculada al numero de plazas que se ofertan». Y por tanto, dependiendo de ese número surge esa nota. Así, las titulaciones que ofertan menos plazas son las que tienen las notas más altas para entrar.

Y también hay un componente de tendencia o modas. «Antes de la crisis, la Arquitectura es una de las carrera con notas de corte más altas. Eso va cambiando», admite Mercedes de la Torre explicando que aún así hay otras titulaciones que se mantienen estables como Ciencias del Deporte o Biotecnología.

En cualquier caso, De la Torre insiste en que ahora hay muchas más plazas y, si hace algunos años, la mayoría de las facultades se concentraban en Sevilla y Granada, actualmente hay muchas más posibilidades para estudiar para los alumnos. Y eso «facilita que los alumnos puedan estudiar» , dice asegurando que en la UPO ofrecerán para el próximo curso el mismo número de plazas que el año anterior.

Derecho sólo con una tiza

Y ¿Por qué no se ofrecen más plazas para esas titulaciones tan demandadas? Obviamente por una cuestión de presupuesto. «Muchas veces aunque queramos aumentar el número de plazas está vinculado al presupuesto», admiten desde la UPO. Porque, según recuerda De la Torre, para esa ampliación serían necesarios más profesores y más espacios. Y al final se trata de más dinero .

Para el decano de Derecho de la Universidad de Sevilla, Alfonso Castro, que está al frente de una de la facultades con una oferta más amplia ya que el grado de Derecho ofreció el pasado año 480 plazas de nuevo ingreso, la nota de corte es «un automatismo» en función de la oferta y la demanda . Castro recuerda que ellos tienen una nota de corte «altísima» en el doble grado de Derecho y Economía que ofertan, donde el pasado año sólo hubo 40 plazas en contraste con el caso de la titulación clásica de Derecho.

Eso ocurre porque, una facultad como Derecho «es mucho más barata» porque, según recala, «para Derecho sólo hace falta una tiza» frente a otras titulaciones como las ingenierías que requieren laboratorios y otras infraestructuras mucho más caras.

En este aspecto recuerda que la gratuidad de las tasas ha provocado que las universidades hayan perdido «elementos de financiación» . «Si yo quiera podría tener una nota de corte altísima con sólo poner una facultad donde sólo entraran 50 personas, pero eso sería muy elitista en una universidad pública;Eso se lo puede permitir Harvard», dice el decano que también insiste en que Derecho también tiene una «función pública».

Castro defiende la universidad pública y recuerda que siempre ha habido algunas carreras que resultaban «muy complicadas» y que también hay modas a la hora de elegir estudios . «Si todo el mundo quiere ser ingeniero es difícil entrar;es el juego de la oferta y la demanda», dice.

Otra opinión la da Ricardo Charcategui, ingeniero industrial y profesor de Biomedicina de la Universidad de Sevi lla, una de las titulaciones que el pasado curso tenía las notas de corte más altas de Sevilla. Charcategui, ingeniero industrial del plan del 64, recuerda sus tiempos de estudiante. Cuando «entraba todo el mundo en la escuela pero la mitad no aprobaba nada en el primer año y tenía que dejar la carrera. «No había esas notas de corte pero la selección el primer año era brutal», dice Charcategui insistiendo en que el sistema de acceso es ahora distinto.

En cualquier caso, este ingeniero se encuentra en las aulas de Biomedicina a estudiantes «cada vez más preparados, con más formación y muchas ganas de aprender». Charcategui, que recuerda también que hubo un tiempo en que Biomedicina «se puso de moda» afirma que el hecho de que se produzca una selección previa a la entrada en la universidad hace que los alumnos que consiguen entrar focalicen su esfuerzo y aprecien más lo que están estudiando.

Sea como sea lo que es cierto es que, como dice Andrés Rodríguez Benot, Catedrático de Derecho Internacional Privado, Director del doble grado en Derecho Hispano Alemán y exdecano de la Universidad Pablo de Olavide, hay «un corte entre titulaciones buenas y otras que no son tan buenas» .En el primer bloque están los dobles grados porque tienen muchas salidas profesionales. Esas titulaciones van subiendo de nota de corte cada curso. Y en el segundo grupo están otras «titulaciones refugio» de grados básicos que quedan «disponibles» a última hora para los alumnos con las notas más bajas. Es un problema para los estudiantes que comprueban como a veces estudiar determinadas carreras puede convertirse en algo reservado sólo a la élite de los alumnos de la excelencia educativa .

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