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Estos son los héroes de la Policía Local de Sevilla

El Cuerpo celebra 177 años de historia condecorando a los agentes que se la jugaron en intervenciones o que ya han cumplido 20 y 30 años de servicio

El alcalde, Juan Espadas, pasa revista a la Policía Local RAÚL DOBLADO

SILVIA TUBIO

Coincidiendo con la festividad de San Clemente, la Policía Local de Sevilla celebra su día . Si bien el acto institucional ha tenido lugar este lunes, festividad de San Andrés, en el Fibes. Los protagonistas indiscutibles han sido los funcionarios del cuerpo y ajenos a la institución que han visto reconocido su trabajo. En total se han repartido 81 menciones honoríficas, 62 medallas a la constancia en el servicio y 43 cruces al mérito policial con distintivo blanco y azul.

El alcalde Juan Espadas pasó revista a las unidades que en formación dieron la bienvenida a los asistentes en la entrada del Palacio de Congresos. Después presidió un acto en el que anunció la apertura de unas nuevas dependencias policiales en el Polígono Sur para «acercar la policía a los barrios». Espadas también citó otras iniciativas como reactivar las convocatorias de las plazas vacantes en un cuerpo que tiene en estos momentos una plantilla de 1.184 funcionarios.

En las intervenciones políticas del superintendente Gabriel Nevado; el delegado municipal de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera; y del primer edil hispalense se obvió lo que ha sido el gran escándalo que ha sacudido la Jefatura de la capital en los últimos tiempos: los presuntos amaños en las oposiciones para ingresar en el Cuerpo que por ahora han arrastrado al banquillo de los acusados a 45 personas, entre ellas al superintendente Juan José García.

Hoy se ha dejado aparcado este espinoso asunto para rendir homenaje a agentes que destacaron en el último año por protagonizar intervenciones en las que se jugaron la vida o bien su actuación salvó la de terceros. Ellos representan lo mejor de un cuerpo que cumple 177 años de historia.

Atraco frustrado en Bellavista

Entre los más ovacionados estuvo Juan Manuel Oliver, de 48 años y 24 de servicio. El pasado 16 de julio salía de un comercio con su hijo cuando vio que un encapuchado entraba en una sucursal de Bellavista. «Mandé al niño a su casa y me acerqué a ver lo que estaba ocurriendo». Desde una ventana de la oficina bancaria, Juan Manuel confirmó que se estaba cometiendo un atraco . «Me quedé fuera esperándolo porque pensé que así podría cogerlo de sorpresa». Cuando se echó encima (literal) del ladrón sólo pensaba que no pudiera detonar su arma y le alcanzara. Finalmente pudo reducirlo con ayuda de un cliente que golpeó al ladrón. Desde aquel día, el hijo de este agente conoce a un héroe que no es de cómic: su padre.

Salvar una vida en Torreblanca

El 21 de febrero por la tarde, Juan Javier Torres, de 47 años y 20 de servicio de la Policía Local, estaba ensayando con la cuadrilla del paso de misterio de Torreblanca cuyo martillo dirige los Sábados de Pasión. «De repente escuché un murmullo cerca, que me sacó del ensayo. Me acerqué donde estaba la gente y vi a mi amigo con su hijo de once años que había perdido prácticamente la conciencia». El menor se había tragado un caramelo y no podía respirar. Tras practicarle la maniobra correspondiente pudo liberar la vía respiratoria. «Pero el pequeño no reaccionaba. Llevaba demasiado tiempo sin oxígeno». Juan Javier puso en práctica sus conocimientos y le practicó el masaje cardiaco hasta que devolvió a la vida al pequeño, quien desde entonces también tiene su héroe particular.

Ángeles en un incendio

José María Berrocal (48 años y 24 de policía) y su compañero Paco Venegas (37 años, 14 de servicio) circulaban muy temprano por la avenida Ramón y Cajal el pasado mes de julio cuando detectaron una columna de humo . Se detuvieron en seco y al acercarse vieron que salía de la ventana de una vivienda. «Mi compañero agarró el extintor del patrullero y salimos corriendo». Les abrió la puerta el padre de la familia, que estaba en el baño y no se había percatado que su patio había salido ardiendo. Paco Venegas se adentró en la vivienda y sacó al más pequeño de la casa, de tres años, mientras avisaba al resto, que dormía, para que abandonaran a toda prisa la casa. Su compañero se afanó en apagar el fuego. Aquel día consiguieron darle esquinazo a la tragedia y salvar a una familia entera .

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