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CIERRE DEL ESTABLECIMIENTO EN CALELLA

Expulsan a 250 guardias civiles de Sevilla de un hotel de Barcelona

Los dueños reciben amenazas de muerte por tener alojados a los agentes de la Benemérita

Imagen del hotel cuando cierra tras expulsar a los guardias civiles ABC

ROMUALDO MAESTRE

Se lo comunicaron a las cuatro menos veinte de la tarde de este lunes. Cerca de 250 guardias civiles, el grueso perteneciente a la Comandancia de Montequinto de Sevilla, en comisión de servicios por el referéndum ilegal del 1-O, tenían que abandonar el hotel donde estaban alojados en Calella, Barcelona. La directora del Hotel Vila de Calella les comunicó que tenían que marcharse porque cerraban el establecimiento. Los guardias civiles alojados no daban crédito a lo sucedido «porque se han portado con nosotros maravillosamente, pero no han tenido más remedio que ceder ante las presiones externas».

«Les han amenazado de muerte en varias llamadas diciéndoles que les iban a quemar el hotel, que recordaran que tenían hijos pequeños o que conocían a sus padres y se atuvieran a las consecuencias», relatan los agentes que prefieren mantener el anonimato. Todos hicieron esta tarde el «check-out» y después de esto el hotel cerró . Incluso protegieron la entrada principal, dos puertas de cristal, con paneles de madera ante la probabilidad de que sufriera un acto vandálico por parte de los extremistas, como puede apreciarse en la foto.

Este cartel aparece en los bares de Calella

Esas mismas fuentes añaden que también los dueños del hotel han recibido presiones por parte del Ayuntamiento de Calella , en manos del PDeCAT, antes CiU, para que expulsara a los miembros de la Benemérita porque hay pendiente un expediente de reforma integral del alojamiento hotelero. Este redactor ha intentado ponerse en contacto con el hotel para que nos diera su versión pero el teléfono no dejaba de comunicar en toda la tarde. El colectivo de agentes del Benemérito Instituto ya está alojado en otro hotel que por razones de seguridad no desvelamos. También los agentes nos han confirmado como de forma amable les han conminado a abandonar algunas cafeterías cuando se han dado cuenta de su condición de miembros de las Fuerzas del Orden . «Esto ya lo hemos vivido en el País Vasco, se llama batasunización», añaden.

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