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Tribunales

El funcionario de prisiones acusado de abusar de cinco reclusas en la prisión de Alcalá niega los hechos

El trabajador culpa de la denuncia a la «animadversión» de la directora de la cárcel

En la sala de la Audiencia de Sevilla para ser juzgado L.F.A.G. EFE

ABC

Un funcionario de prisiones juzgado este martes por delitos contra la integridad moral de varias reclusas de Alcalá de Guadaíra , abusos sexuales a una y actividades prohibidas a funcionarios ha negado «todos» los cargos y denunciado que todo obedece a la « animadversión » de la directora de la cárcel.

El juicio, celebrado en la sección séptima de la Audiencia de Sevilla , ha quedado visto para sentencia tras oír los testimonios de tres de las cinco supuestas víctimas de L.F.A.G..

Al no contar con las otras dos el fiscal, ha retirado la acusación por dos de los cinco delitos contra la integridad moral y ha rebajado de s iete años y medio a cinco años y medio la pena de prisión , además de una multa de 7.600 euros y una indemnización de 2.500 euros para la víctima de abusos y mil para cada uno de las otras dos.

La defensa pide la libre absolución y ha esgrimido que en sus primeras declaraciones ante la inspección penitenciaria tras abrirséle expediente disciplinario ninguna denunciara nada y le enviaran «cartas» y «whatsapp de apoyo».

Un comportamiento inadecuado

Las tres víctimas que han declarado se han ratificado en los hechos , tales como que el acusado se metió en sus duchas, les enseñaba vídeos pornográficos en su móvil o las "provocaba" buscando contactos sexuales dejándose, por ejemplo, depilar en el patio.

El acusado sólo ha reconocido que regaló postales y un CD a otra interna o que «jugaba con ellas al balón prisionero» porque su función no es sólo de vigilancia sino de «acompañamiento» a personas que «están necesitadas de tratamiento» y a las que ofreció su «apoyo», pese a que la directora de la cárcel ha testificado que su comportamiento era «inadecuado» y se lo hizo saber varias veces.

Los hechos sucedieron entre 2013 y 2014 en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en la que el acusado entró en 2012 tras siete años de excedencia voluntaria (desde noviembre de 2014 está suspendido).

Atribuye la « animadversión » hacia él de la dirección a su denuncia de que una funcionaria ocupaba un puesto que no le correspondía y a que le consideran instigador del escrito firmado por 56 funcionarios denunciando un presunto trato de favor a Isabel Pantoja cuando ingresó.

Ha atribuido las denuncias de las reas a « presiones » de la directora, algo que las reclusas han negado rotundamente y una de ellas ha dicho que le ha perjudicado porque la trasladaron a Huelva, donde hay compañeros del acusado que la «estaban esperando» y a través de los cuales le ha «mandado varios recados» o «amenazas».

Un compañero funcionario ha testificado que esta víctima le contó que la directora quería que declarara contra él y le comentó: «Yo sólo tengo cosas que agradecerle».

Ésta ha insistido este martes en el juicio en que el acusado se metió dos veces en su ducha, le «tocaba el culo» en la cola de la comida y una vez la hizo al salir de una visita de sus padres, hecho ratificado en el juicio por su progenitor, a quien le «sentó muy malamente».

En una ocasión le quitó una carta de su novio y tras correr tras él para recuperarla, estando solos en la capilla, le dijo que «estaría dispuesto a que le hiciera una felación», le tocó «los pechos por encima» e intentó besarla, episodio que ha relatado afectada y ante el que reaccionó dándole una «guantá en la cara».

Otra de las internas ha declarado por videoconferencia que el acusado le ha «hecho mucho daño» pues la llamaba «machorra» y «tortillera de mierda», mientras una tercera ha relatado que también se metió en su ducha y le dijo «qué culo más bonito tienes» y en la celda «por la noche venía en busca mía».

La directora de la cárc el ha dicho que todo esto le llegaba por internas y funcionarios pero no lo ponían por escrito, por lo que inicialmene le apartó de servicios en contacto directo con las reclusas y fue cuando una de ellas le habló directamente de sus «conductas sexuales» cuando pudo «actuar».

«Nunca he tenido ningún conflicto personal con él, lo que he tenido son muchos consejos y mucha paciencia» , ha dicho tras calificar de «escandaloso», "inadecuado» y «prohibidos» algunos comportamientos del acusado porque «la relación de autoridad con las internas tiene unas limitaciones, eso es de sentido común».

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