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Sucesos

El Guadalquivir: el río que guarda secretos

Una decena de cadáveres han aparecido en el brazo de agua que divide a Sevilla en apenas dos años y medio

Un hombre de mediana edad es la última víctima rescatada de la dársena, la semana pasada Juan Flores

SILVIA TUBIO

El río Guadalquivir esconde el secreto de los últimos instantes de la vida de decenas de personas que se tiraron a él para poner fin a sus días, se cayeron por accidente o sus cuerpos acabaron sumergidos allí por la voluntad siniestra de un tercero. A él se mira reiteradamente cuando se produce una desaparición en sus inmediaciones, la más conocida de todas: la de Marta del Castillo , que ha girado en varias ocasiones en torno al brazo de agua que divide a la capital y llega hasta la frontera con la vecina provincia de Cádiz. Se sabe el fatal destino que tuvo la joven sevillana pero siete años después aún no se han localizado los restos.

La semana pasada aparecía el cadáver de un hombre de mediana edad , que según la autopsia murió ahogado. Un ciudadano lo encontró a la altura de la pasarela de San Jerónimo, flotando junto a un pantalán. No llevaba la documentación encima. Es el décimo cuerpo que el río devuelve en apenas dos años y medio .

A pesar de que la cifra puede resultar abrumadora, diez cadáveres en 54 meses, en todos esos casos no había ninguna muerte violenta detrás . Cuando las autopsias descarta la hipótesis criminal, tan sólo quedan dos respuestas posibles: el suicidio o la caída accidental. Y ahí se detienen las pesquisas porque avanzar más, con el consiguiente esfuerzo en recursos, no conduce a nada.

Del perfil de las víctimas, la mayoría son personas mayores a las que se presupone que tuvieron algún percance que les hizo caer al río . Sólo a través de los testimonios de los familiares se consigue descartar la posibilidad de la muerte voluntaria.

Así ocurrió con Marco Antonio Monroy , de 80 años y originario de Honduras, que apareció flotando en el Muelle de la Sal el año pasado. Su familia está convencida de que tuvo que sufrir algún accidente porque no había mostrado ningún signo que les alertara de un final trágico.

Suicidio o accidente: En los últimos casos no había ninguna muerte violenta detrás del hallazgo de los restos humanos

Esos diez cuerpos contabilizados desde el 1 de febrero de 2014, cuando apareció el cuerpo de un hombre en la margen derecha del río en el término de Alcalá del Río, hasta el pasado martes día 6, son la estadística fiable porque son los restos que devolvió el Guadalquivir y suman en las cifras oficiales.

Los indicios de más cuerpos

Sin embargo, a ese recuento de víctimas se podrían incorporar aquellas que se presuponen acabaron en el río porque hay alguna pista que así lo corrobora . Es el caso, por ejemplo, de los restos óseos localizados recientemente en las inmediaciones del muelle de Tablada.

Una máquina que dragaba el río extrajo un cráneo . Las primeras averiguaciones confirman que pertenecía a un varón y que debió morir hace años. La Policía Nacional no ha descartado la posibilidad de identificarlo y ha enviado los restos para que analicen el ADN. Si se trata de una persona cuya desaparición fue denunciada y los familiares cedieron muestras biológicas, el enigma podría resolverse.

Desde 2007 hay una base de datos compartida por los cuerpos policiales donde se almacenan los perfiles biológicos sin identificar rescatados en escenarios de delitos y aquellos de personas que buscan a alguien en paradero desconocido.

El Guadalquivir no es un excepcional foco de atracción para la muerte. Lo que ocurre aquí, se repite en otros ríos del mundo . Por ejemplo, en el conocido Sena que discurre por la ciudad que recibe más visitantes al año: París. Año tras año se recuperan decenas de cadáveres de personas que decidieron acabar con su vida, pero también de víctimas de actos criminales.

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