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Ignacio Fernández Vial

«Sólo el 8% de los sevillanos sabe de qué ciudad salió la nao Victoria para dar la vuelta al mundo»

Apremia al Estado a declarar de utilidad pública la conmemoración del V centenario de esta hazaña de la navegación

Este experto en barcos históricos y navegante lamenta el absoluto desconocimiento que hay en Sevilla sobre Elcano

Ignacio Fernández Vial, diseñador de barcos históricos para travesías y navegaciones transoceánicas JESÚS SPINOLA

M. J. PEREIRA

Ignacio Fernández Vial (Sevilla, 1942 ) aún conserva el libro que su padre le regaló con 12 años. «Al futuro constructor de barcos», ponía la dedicatoria. No iba desencaminado, ya que este sevillano ha construido cuatro réplicas a tamaño real de barcos históricos y otros muchos para parques temáticos. Con uno de esos barcos, la réplica de la nao Victoria, llegó a dar la vuelta al mundo, emulando la gesta de Juan Sebastián Elcano. Su afición náutica nació en la l ocalidad costera de Punta Umbría , donde pasaba tres meses de veraneo navegando en el Snipe que su padre le regaló, en botes de remos... hasta llegar a los cruceros que le permitieron hacer travesías atlánticas. Su empresa Ifvial Barcos Históricos, con más de 28 años de vida, trabaja con los pocos carpinteros de ribera que quedan aún en el sur de España y Portugal. Ahora, Fernández Vial prepara la construcción de varios naos Victoria para exponerlas en dique seco en ciudades españolas y americanas.

-Usted ya construyó y navegó en una réplica a tamaño real de la nao con la que Juan Sebastián Elcano dio la primera vuelta al mundo. En 2019 se conmemorará esa efeméride pero no parece que haya nada organizado. ¿Las administraciones se están tomando en serio la celebración de ese aniversario?

-No, pero ahora parece que están empezando a moverse. El Ayuntamiento de Sevilla tiene buena intención y su alcalde, Juan Espadas, está intentando coordinar a todos los grupos interesados en participar.

-¿Sevilla debe liderar la celebración de la efeméride?

-Sevilla y Sanlúcar de Barrameda.

-El Estado no parece muy involucrado, ya que aún no ha declarado esta celebración de utilidad pública para que los patrocinadores puedan tener exenciones fiscales.

-Es fundamental que el Estado declare ya su utilidad pública, entre otras cosas porque es la mayor hazaña que registra la historia universal de la navegación y Sevilla es la protagonista. Si nos remontamos al quinto centenario del Descubrimiento de América, se hicieron las carabelas Pinta, La niña y la Santa María, y estuvimos tres años navegando con ellas con un éxito impresionante de público y eso fue gracias a la sociedad estatal que se creó para conmemorar el quinto centenario del descubrimiento de América. Yo creo que acabará creándose una sociedad para celebrar el quinto centenario de la vuelta al mundo porque además hay muchos países, como Argentina, Chile o Uruguay, que se están moviendo ya.

-¿La falta de exenciones fiscales está retrasando la entrada de patrocinadores en estos eventos?

-Yo tengo varios patrocinadores pero no van a poner el dinero hasta que la conmemoración de la primera vuelta al mundo no sea declarada acontecimiento de utilidad pública. Eso es básico, sobre todo para patrocinadores que están dispuestos a poner un millón de euros.

-¿No nos cogerá el toro, como nos ha pasado con el Año Murillo?

-Espero que no. Al final todo es una cuestión de dinero.

-Usted ha escrito mucho sobre la historia marítima de Andalucía, de los barcos asociados a hazañas históricas... ¿Hay mucho desconocimiento sobre nuestra historia marítima?

-El desconocimiento es absoluto. Hemos llegado a escuchar incluso que Colón salió de Barcelona y quien lo dijo se quedó tan ancho. Cuando navegamos tres años con una réplica de la nao Victoria con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América hicimos encuestas a la gente preguntando cómo se llamaba el barco que dio la primera vuelta al mundo, quién era su capitán, de qué ciudad salió y a qué ciudad regresó. En España sólo supieron contestar a esas preguntas correctamente el 8% de los encuestados, incluida Sevilla. Sólo un 0,8% de los turistas supieron contestar. Cuando fuimos a Japón nos reunimos con intelectuales y no sabían ni que España había navegado por el Pacífico Por supuesto no sabían quién era Elcano.

-¿Cómo debería celebrarse la expedición Magallanes y Elcano?

-En primer lugar, me gustaría decir que es lógico que se hable de la expedición Magallanes-Elcano, pero siempre se habla del quinto centenario de la vuelta al mundo y se relaciona con Magallanes pero quien realmente dio la vuelta al mundo fue Elcano. Es como el toro que mató al torero. Ese torero no cortó orejas. Pues lo mismo pasó con Magallanes y Elcano. No entiendo por qué se dedica una plaza o un monumento a Magallanes en Sevilla, cuando debería hacerse a Elcano. En cuanto a la celebración, no hay que hacer grandes acontecimientos porque sólo llega a un público culto que puede pagar. Hay que hacer una tarea divulgativa a donde no llega, a ciudades del interior... A ver si ese 8% que acertó las preguntas sobre Elcano llega al 25%.

-En 2015 anunció que otra réplica de la nao Victoria se expondría en dique seco en plazas, avenidas o parques públicos de 12 ciudades españolas y 12 norteamericanas, la mayoría muy alejadas del mar, para dar a conocer la primera circunnavegación de la Tierra ¿Qué ha pasado con ese proyecto?

-Sigue adelante, estamos pendientes de los patrocinadores y de que el Estado declare de utilidad pública la efeméride. La exposición permitiría ver en ciudades alejadas del mar un barco histórico que tiene 24 metros de eslora, 6,10 de manga y 27 metros desde el piso hasta el tope del palo. La exposición comenzaría en Sanlúcar de Barrameda y después llegaría a Sevilla para seguir con las otras ciudades. La construcción de la nao que se exhibirá en España costará 800.000 euros y la exposición 1,1 millones de euros porque el transporte es caro. Para EE.UU. está previsto que se construya otra réplica de la nao Victoria, que finalmente se terminará vendiendo para que se quede allí.

Ignacio Fernández Vial es perito naval JESÚS SPÍNOLA

-En su día planteó la posibilidad de que la próxima réplica que haga de la nao Victoria se quede en Sevilla.

-Yo he propuesto al Ayuntamiento que al acabar la exposición la réplica de la nao se quede en un pantalán a los pies de la torre del Oro. Justo enfrente estaba el puerto de la Muelas, de donde salió la nao y a donde regresó. Ese sitio es ideal porque el 90% de los turistas de Sevilla pasa por la Torre del Oro, aunque no entren.

-¿Y no sería mejor exhibirla en las Atarazanas?

-Como mi idea fundamental es divulgar, si metemos la réplica de la nao Victoria en las Atarazanas sólo podrán verla quiénes vayan allí. Sin embargo, si la dejas en un dique sobre el río, ¿cuántas personas la ven todos los días? Por otra parte, en las Atarazanas no se construyeron carabelas, naos ni galeones porque no cabían. Allí se hacían galeras. Yo le sugerí a CaixaBank que metieran una galera dentro pero nunca me contestaron.

-¿Qué le parece el proyecto de CaixaForum para las Atarazanas?

-No me gusta. Había que darle un sentido histórico. Aquello fue un almacén de barcos y después de maderas. Barcelona lo ha hecho muy bien creando un museo marítimo dentro de las Atarazanas. El museo naval que tenemos en la Torre del Oro es muy pequeño y la ciudad merece tener el museo de la primera vuelta al mundo o un museo marítimo porque fue epicentro del comercio marítimo mundial durante más de un siglo. También se podía hacer en el pabellón de la Navegación pero las Atarazanas era el sitio ideal para ese museo porque está dentro de la ciudad.

-Usted ha hecho las réplicas de barcos históricos con carpinteros de ribera. ¿Es difícil encontrarlos?

-Sí, porque la carpintería de ribera se está perdiendo porque es muy cara. Trabajamos con los pocos carpinteros de ribera que quedan. Uno de ellos, el maestro, es un señor de Villareal de San Antonio. También tiramos de carpinteros de ribera de Isla Cristina, Barbate...

-Algunos de sus barcos históricos los construye en madera pero otros en «Madefib»· ¿Se aprecian diferencias cuando se usa madera y ese otro material?

-No. La documentación acredita que el forro de la nao Victoria era de pino y la estructura de roble. Cuando fuimos a hacer la réplica del galeón Andalucía, que ya es un barco grande, echamos números y nos dimos cuenta que no se podía hacer porque costaba 11 millones de euros y eso no te lo financia nadie. Decidimos entonces hacerlo de fibra y forrarlo de madera, y nadie nota la diferencia. Gracias a eso costó 5 millones de euros en lugar de 11. Además, hacer un galeón de madera necesita cuatro años y usando fibra sólo un año. Por otra parte, el mantenimiento de los barcos de madera es caro, sobre todo porque el pino es muy resinoso y se pudre. La nueva réplica de la nao Victoria que haremos será de fibra y madera.

-Cuando usted diseña los barcos históricos ¿usa planos originales de esos barcos depositados en los Archivos de Indias?

-Hay que ir a las fuentes pero hay barcos, como La Pinta o la Santa María, sobre los que no hay planos. De la nao Victoria hay mucha documentación de la vuelta al mundo y dibujos, de los que deduces la carga, cómo eran los palos... Del galeón Andalucía sí había documentación porque era de un siglo más tarde. Ahora tengo un proyecto para reproducir el primer barco a vapor que se hizo en España, que se hizo en astilleros de Triana en 1816 y se llamaba el Real Fernando. La idesa sería usarlo en el río para turistas. Fue el primer barco europeo de vapor que hizo una travesía marítima, de Sevilla-Sanlúcar- Cádiz.

-En 1991 una réplica de la nao Victoria que usted diseñó se fue a pique a los 20 minutos de su botadura. ¿Aún recuerda aquella experiencia con repelús?

-Uyyyyy, lo que ocurrió me provocó indignación porque no se hundió, sino que se escoró porque cuando se botó iba sobre unos raíles y se quedó atascada porque habían tirado unos cables a las vías. Entonces un remolcador tiró de ella pero lo hizo de lado, volcándola. No se hundió porque yo llegaba andando al barco. Eso lo conté mil veces pero nadie me hizo caso y seguían diciendo que se hundió. Después se eso se limpió y dio la vuelta al mundo en 2014 porque estaba bien hecha. Hoy sigue navegando, es propiedad de Agesa y la gestiona la Fundación Nao Victoria. Esa nao la financió la Expo 92 y su entonces presidente, Jacinto Pellón, era muy amigo mío y aficionado a la náutica. Cuando le dije el barco iba a dar la vuelta al mundo se quería venir conmigo... pero la mujer no le dejó (risas).

En 2004, dio la vuelta al mundo con una réplica de la nao Victoria JESÚS SPÍNOLA

-¿Una tripulación integrada por hombres de hoy podría soportar una travesía como la que hizo Elcano?

-Difícil. En la primera vuelta al mundo, sólo de enfermedad murieron más de 80 hombres de 243. De hecho, cuando hicimos la vuelta al mundo en la réplica de la nao Victoria la facultad de Medicina nos advirtió que no intentáramos reproducir la comida porque el hombre europeo actual no tiene jugos gástricos para digerir lo entonces comían. Además, bebían agua que a veces se corrompía porque no iba tratada. Eso sí, hicimos las mismas maniobras, no llevábamos nevera, sólo teníamos agua dulce para beber... Llevamos motor y GPS porque, de lo contrario, no nos dejaban salir ni entrar en algunos puertos, como en Japón. Cuando llegamos a Tokio lo entendimos, porque aquello era como la Gran Vía de Madrid pero con barcos.

-Ha escrito usted sobre el río Guadalquivir y sus barcos. Sevilla es la única ciudad con un puerto fluvial en España pero no parece sacarle todo el partido que podría.

-Los sevillanos viven sin pensar en su río y eso que ahora llegan cruceros que no llegaban hace diez años. Bueno, también hay que pensar que el río tiene sus limitaciones porque el barco comercial mercante de 10.000 toneladas no entra en Sevilla por calado.

-El Puerto invirtió más de 100 millones en una nueva esclusa para permitir la entrada de barcos con una manga mayor y mayor calado pero sin dragado es inútil.

-El dragado debe hacerse porque tener un puerto a 90 kilómetros de la mar es fantástico, ya que puedes meter la mercancía en Sevilla directamente desde el mar.

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