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PERFIL

Isabel Rodríguez, una arqueóloga sin experiencia

Es la actual directora del Real Alcázar de Sevilla

Isabel Rodríguez, directora del Alcázar de Sevilla J. M. SERRANO

ALBERTO GARCÍA REYES

Es aparentemente tímida, aunque bastante afable. Su discurso acerca de la gestión del patrimonio está siempre bien fundamentado y jamás emite juicios concluyentes. Acepta bien las críticas y suele ir de frente. Pero Isabel Rodríguez Rodríguez , directora del Real Alcázar de Sevilla desde hace dos años, ha tenido que aprender los entresijos de este monumento mientras tomaba decisiones clave. Quizás por eso su imagen en estos momentos está algo deteriorada. Ciudadanos pidió su destitución inmediata al responsabilizarla directamente de todos los problemas de gestión que tiene el Alcázar y eso la ha puesto en el primer plano informativo, algo que incomoda mucho a la directora, una persona que sólo aspira a pasar desapercibida. De hecho, en las comparecencias públicas suele dejar su sitio en las fotos al alcaide, el veterano Bernardo Bueno, y a su mentor y amigo, Antonio Muñoz , delegado de Cultura y valedor de Isabel Rodríguez como máxima responsable del principal monumento de la ciudad.

Esta historiadora trabajó como arqueóloga del Ayuntamiento desde 1986 hasta 1996, año en el que fue fichada por la Junta de Andalucía para la gerencia de la Fundación Ruta Bética Romana , un organismo adscrito a la Consejería de Turismo desde el que se ha fomenta un itinerario por los principales enclaves de la época romana en la comunidad. Isabel Rodríguez modernizó la fundación con iniciativas tecnológicas como la creación de un videojuego que se desarrolla por los principales vestigios de esta ruta, que actualmente pasa por catorce ciudades de las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba gracias a la labor realizada desde su llegada. En este puesto fue donde conoció a Antonio Muñoz, que fue director general de Planificación y Ordenación Turística de la Junta de Andalucía hasta 2011 y, por lo tanto, jefe de Rodríguez.

Cuando el PSOE recuperó el gobierno en 2015, tras los cuatro años de mandato de Juan Ignacio Zoido , Muñoz tiró de agenda y recuperó para el Alcázar a una persona que le ofrecía mucha confianza en todo lo relacionado con la conservación del patrimonio. Cualquiera que haya hablado dos minutos como Isabel Rodríguez sabe que en esta materia es una persona con sobrado conocimiento. Pero el tiempo ha demostrado que para dirigir el Alcázar hay que tener más virtudes, ya que los parámetros en los que se desarrolla la actividad en este monumento son muy superiores a los que hasta ahora había manejado esta historiadora. Y el foco al que está sometida su gestión es muy estresante. En su favor hay que decir que toma decisiones con determinación, como en el caso del proyecto de la Puerta del León para mejorar los accesos, una necesidad histórica que hasta ahora nadie se había atrevido a abordar. Pero en su defecto hay que aclarar que esta iniciativa ha puesto en evidencia su falta de experiencia en este tipo de aventuras, ya que el informe de Icomos le reprocha que no ha aportado información elemental para este tipo de actuaciones.

La cuestión que se hacen muchos especialistas en la materia es la siguiente: ¿puede permitirse el Alcázar una directora con buenas intenciones pero con poca capacidad? El tiempo lo dirá, si es que hay tiempo.

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