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Sucesos

En libertad los cuatro jóvenes que robaron una cadena de la Catedral de Sevilla

Son tres chicos y una chica de Bélgica, de entre 18 y 23 años, y se enfrentan a un delito leve por el escaso valor del botín

Dos policías guardan la cadena en un patrullero antes de entregarla al deán de la Catedral ABC

SILVIA TUBIO

Una gamberrada , un robo fallido , una acción jalonada por el excesivo consumo de alcohol...¿qué llevó a cuatro jóvenes belgas a llevarse una de las cadenas que delimitan el perímetro de la Catedral de Sevilla? La Policía informaba de que se trata de una pieza histórica que podría datar del siglo XVI y que podrían enfrentarse a un delito contra el patrimonio histórico. Sin embargo, el botín no es tan valioso como se podría pensar.

No está claro aún que llevó a los detenidos a intentarse llevar una cadena de la catedral. N o prestaron declaración ante la Policía Nacional tras ser arrestados en la madrugada del miércoles y ya al mediodía, tras varias horas en dependencias policiales, quedaron en libertad.

Fuentes del TSJA han confirmado que los jóvenes pasaron a disposición judicial horas después de salir de la comisaría ante el juzgado de Instrucción 15 de Sevilla, que estaba en funciones de guardia. Tras tasar el valor de las cadenas en menos de 400 euros, se calificaron los hechos como delito leve inmediato (lo que antes era una falta). Es decir, las cadenas que rodean la catedral no tienen valor histórico alguno.

Las cadenas se han ido reponiendo en distintas fases en función del grado de deterioro

Desde la Catedral confirmaron a ABC que la citada cadena no tiene apenas antigüedad. Si bien no todos los tramos que rodean el templo catedralicio tienen la misma tasación, ya que se han ido reponiendo en distintas fases en función del deterioro que presentaban las piezas. Si bien aclaran que la instalación de las primeras cadenas que delimitaba el espacio donde imperaba la jurisdicción eclesiástica por encima de la civil sí datan del siglo XVI, cuando concluyeron las obras sobre la antigua mezquita.

Los jóvenes serán juzgados por un hurto leve el próximo 15 de marzo y se enfrentarán al pago de una multa previsiblemente. No ha trascendido por ahora qué explicación dieron ante el juez.

De edades comprendidas entre los 18 y 23 años, son tres chicos y una chica procedente de Bélgica y sin antecedentes policiales previos. Los cuatro consiguieron descolgar el tramo de cadena que hay frente a la puerta del Perdón. La pieza de 7,5 metros de longitud y decenas de kilos de peso, cayó al suelo y provocó «un estruendo» que no pasó desapercibido para un taxista que estaba en la calle Alemanes.

Este taxista fue quien alertó a una patrulla del grupo Hércules de la Policía Nacional que se encontraba cerca y la dirigió hacia la calle García de Vinuesa por donde iban los cuatro jóvenes portando la pesada cadena. Cuando recibieron el alto de los agentes, trataron de esconderse en un portal, según explican fuentes policiales. Todo fue en vano, no había posibilidad de ocultar semejante botín.

Este miércoles, la Policía devolvía la cadena al deán de la Catedral. Fuentes de la Seo, confirmaban a ABC que no es la primera vez que tratan de robar las cadenas del perímetro, a pesar de ser, a la vista de cualquiera, una acción altamente arriesgada y con escasas posibilidades de no ser descubierto.

En 2012, dos individuos descolgaron otro tramo de cuatro metros que no pudieron llevarse muy lejos. Debido al peso de la cadena la escondieron en un portal próximo al templo donde la encontró la Policía.

Mejor suerte que los españoles de Letonia

Lo ocurrido la madrugada de este miércoles en Sevilla, con la implicación de un grupo de jóvenes extranjeros, recuerda a lo sufrido en 2007 por dos españoles en Riga , (Letonia). Fueron detenidos y encarcelados durante varios días por descolgar unas banderas nacionales de unas farolas.

La diplomacia española tuvo que intervenir para poder acelerar la puesta en libertad de los españoles, uno de ellos de Cartaya (Huelva). Ambos reconocieron ya en España que había sido todo «una chiquillada». Todo ocurrió durante una noche de fiesta con unos amigos portugueses. A diferencia de los belgas, los españoles tras ser detenidos fueron enviados a prisión porque en Letonia la acción se consideró como un ultraje a la bandera nacional . Un delito que conlleva una pena de hasta seis años de cárcel.

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