Luis María Escudero, el padre coraje que lucha por recuperar la prótesis de su hijo de 8 meses
Le han llegado ofrecimientos de dos empresarios para donarle una nueva prótesis en 3D
Luis María Escudero , de 42 años, y prestigioso investigador científico, no podía esperar el revuelo que ha causado su tuit en las redes sociales. En el mensaje pide ayuda para encontrar la prótesis de su hijo Ernesto que extravió ayer martes.
La perdida se produjo en el trayecto del Hospital Virgen del Rocío , donde el pequeño recibe sesiones de fisioterapia para adaptarse a ella, hasta su puesto de trabajo en la Facultad de Biología en Reina Mercedes .
Ernesto , de ocho meses , nació cono una agenesia distal del antebrazo izquierdo , que consiste en la falta de desarrollo del cúbito y del radio, así como de la mano.
Pese a que a su edad no es indispensable su utilización, los galenos se la recomendaron para automatizar los movimientos y distancias marcadas con ese brazo. Su prótesis es estética , no tiene total funcionalidad, pero le estaba siendo ineludible para aprender a gatear .
La primera versión de esta prótesis la estrenó en diciembre , cuando había cumplido sus primeros seis meses de edad. Con esta nueva versión aún estaba en el periodo de adaptación .
Ofrecimientos para regalar una nueva prótesis
El madrileño Guillermo Martín ha contestado al padre en la misma red social que «si por desgracia no aparece, escríbeme y le hago una nueva en 3D ».
Un ofrecimiento que ha completado un empresa zaragozana llamada Exovite , especialista en productos para la traumatología de alta tecnología, que se ha ofrecido a ir a medias con el madrileño, de forma que él la diseñaría y en Zaragoza se imprimiría .
Posible pista
Sobre las 13:00h . una llamada le avisaba que una persona había visto la bolsa denunciada sobre un basurero en Reina Mercedes . «Los operarios de Emergencias Sevilla , que se personaron al momento, se encontraron el recipiente vacío, y ahora tratan, junto a Lipasam , de encontrar el contenido de dicha papelera», relata Luis María. «La teoría me encaja. Puede ser que con las prisas dejara la bolsa olvidada al bajarme de la moto frente a mi trabajo y que alguien la depositara allí, aunque tenía a cuatro compañeros a mi alrededor y ninguno nos percatamos», admite el padre.
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