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Salud y pobreza

Los niños de los barrios pobres de Sevilla enferman antes y con más frecuencia que el resto

Sufren hasta cuatro veces más enfermedades casi erradicadas como la tuberculosis y la tos ferina y otras como bronquitis, neumonía o asma infantil

Unos niños juegan en una piscina de plástico en las calles del Polígono Sur Raúl Doblado

Jesús Álvarez

Vivir en un barrio pobre de Sevilla afecta a la salud de sus habitantes más jóvenes, especialmente a los niños . Muchos estudios habían documentado la relación entre las condiciones socioeconómicas y la salud de las personas, pero la tesis doctoral del pediatra onubense Sebastián Tornero, titulada « Influencia del lugar de residencia de los ingresos hospitalarios de los niños y niñas de Sevilla» lo hace por primera vez con la salud infantil de la capital andaluza.

Este estudio, basado en los ingresos hospitalarios producidos en el Virgen del Rocío y Virgen Macarena durante un periodo de tres años, demuestra que lo que ocurre con la salud de los sevillanos, como otras muchas cosas, va por barrios, además de por dinero, educación, cultura y formación. Y señala a los vecinos de la Bachillera, el Vacie, los Carteros, Polígono Norte, Torreblanca, los Pajaritos, Candelaria , las Letanías y Polígono Sur , justamente los de menor renta de la ciudad, como los que más enferman y con mayor frecuencia se las tienen que ver con médicos y hospitales.

Los niños de estas zonas, según pone de manifiesto este estudio pionero, enferman antes y con más frecuencia que los del resto de la ciudad (unos seis meses antes como promedio que los del resto de la capital), y sufren también hasta cuatro veces más enfermedades como la tuberculosis o la tos ferina cuya incidencia es casi nula en la mayoría de los países desarrollados.

Está documentado en todos los países de nuestro entorno que los niños procedentes de familias con un bajo nivel de renta desarrollan obesidad, diabetes, hipertensión, síndromes metabólicos y enfermedades cardiovasculares en una proporción muy superior a las del resto de niños. Pero no son éstas las únicas que sufren en mayor grado. Neumonías, bronquitis, bronquiolitis, broncoespasmos, hipertrofia adeno-amigdalar, asma infantil y hernia inguinal son algunas otras que constata el estudio de Tornero.

Las patologías recurrentes en los niños procedentes de barrios con bajos niveles de renta son enfermedades respiratorias (20,1 por ciento), las neonatales (16,6), las del aparato digestivo (9,9) y las infecciosas (7 por ciento) y todas ellas son más frecuentes, salvo las digestivas, que en los niños que viven en barrios con más recursos económicos.

El primer ingreso hospitalario de estos niños se produce como promedio seis meses antes que los de otras zonas de la ciudad y también registran una mayor tasa de recién nacidos prematuros, con bajo peso y retraso en el desarrollo intrauterino , que alcanzan hasta un 70 por ciento de los neonatos. Se producen también más embarazos de chicas adolescentes, hasta siete veces más.

Retrasos madurativos

Los trastornos psíquicos también parecen cebarse con los niños de estos barrios. Los retrasos madurativos y trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) resultan más frecuentes. « Yo siempre digo que un niño de los Pajaritos no empieza desde 0 sino desde -10 », asegura Elvira Galán , profesora desde hace más de treinta años del colegio SAFA-Blanca Paloma. Los retrasos madurativos y discapacidades que ella ha podido observar en las aulas de esta zona de Sevilla, una de las más pobres de España, son también superiores a las del resto de barrios de la capital andaluza. Esta docente alude a « síndromes de nacimiento por droga o alcohol, problemas de nutrición y severas carencias afectivas».

En los ingresos por «anomalías congénitas» es uno de los poquísimos apartados en los que los niños de barrios con mayor renta superan al resto. La explicación que da el autor del estudio a este dato es que la s mujeres de estas zonas suelen tener los hijos a mayor edad, lo que aumenta el riesgo de este tipo de anomalías, mientras que en los barrios pobres las mujeres son madres antes.

El tiempo de espera para recibir atención de un médico especialista es mayor en las personas con menor renta, según confirman varios estudios, que lo atribuyen a una mayor cultura de salud y de recursos de los usuarios mejor formados. Los pacientes de barrios más desfavorecidos frecuentan más las consultas del médico de familia, pero menos las de odontología, especialistas y servicios de salud preventivos.

De los 11 distritos de Sevilla, 6 de ellos superan el percentil 75 de la distribución por renta neta media anual por hogar ( Casco Antiguo, Nervión, San Pablo-Santa Justa, Bellavista-La Palmera, Triana y Los Remedios ). El resto, en la periferia norte, este y sureste, no la superan. Se trata de una frontera que se hace visible en muchos campos, entre ellos, el número de ingresos pediátricos hospitalarios: más de 7.300 durante el periodo estudiado por Tornero.

El 71,9 por ciento de ellos procedían de los distritos Este, Norte, Cerro-Amate, Macarena y Sur, según los datos de este pediatra , que pide interpretar estas cifras con «cierta cautela», habida cuenta de que también son las zonas con mayor población infantil.

Un dato menos interpretable es que los niños de los barrios más desfavorecidos ingresan más veces por urgencias que los de barrios de mayor renta. « Es una diferencia importante de cinco puntos», reconoce este profesional sanitario. Un 76,8 por ciento ingresaron con carácter urgente y un 23,2 por cita programada, mientras que el porcentaje de niños procedentes de zonas menos desfavorecidas que ingresó por urgencias fue un 71,8 por ciento.

El porcentaje de alta voluntaria o de alta por fuga de los niños de familias con renta media o superior es prácticamente cero, mientras que el del resto alcanzó el o,7 por ciento. Hubo más ingresos hospitalarios de niños que de niñas, aunque no se considera una diferencia significativa.

Mayor mortalidad

Las áreas con mayor porcentaje de desempleo son también las de mayor mortalidad de la ciudad de Sevilla. Hablamos de los distritos Macarena, Norte, Torreblanca, Cerro-Amate y Sur. Ahí se dan cita también el mayor desempleo y tasas de menor formación, además de las de mayor densidad de población, lo que también influye en la salud.

En los Remedios y Bellavista-La Palmera , dos de las zonas con mayor renta de la ciudad, viven 24.755 y 39.180 personas, respectivamente, frente a las 89.990 personas que viven en Cerro-Amate. En los Pajaritos , la densidad de población es de 33.000 habitantes por kilómetro cuadrado, seis veces superior al promedio de Sevilla.

Varios estudios muy avanzados que procesan datos de millones de niños y adulto s, a los que se les ha hecho un seguimiento durante más de veinte años en los países nórdicos, demuestran que los niños que viven en familias más deprimidas se mueren antes y tienen mayores patologías. Los datos del Plan Local de Salud de Sevilla parecen corroborar estas conclusiones septentrionales en el corazón de la capital de Andalucía.

Los sevillanos tienen una esperanza de vida de 79,4 años, inferior en cinco años a la de zonas con mayor nivel de renta como Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla-León y el norte de España , donde supera los 83 años. Sin embargo, aquí también influye el domicilio, puesto que los residentes en la B uhaira, la Huerta de la Salud y San Roque viven ocho años más como promedio que los del P olígono Sur, Las Letanías y Los Pajaritos. En «la otra Sevilla» se vive menos tiempo, hasta los 75 años, una cifra más cercana a las de los ciudadanos El Salvador, Nicaragua o Venezuela que a las de los países de nuestro entorno.

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