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LA ENTIDAD HA HECHO 13.000 VIVIENDAS PARA MÁS DE 200.000 VECINOS

«La normativa no facilita suelo finalista a precio razonable para viviendas sociales»

El Patronato de la Vivienda de Sevilla busca nuevos instrumentos financieros que aúnen la inversión pública y privada

Miguel Bermudo junto a la maqueta de una promoción que hizo el patronato en Sevilla Este ABC

AMALIA F.LÉRIDA

El presidente de la comisión permanente del Patronato de la Vivienda de Sevilla, Miguel Bermudo , se siente orgulloso de encontrarse a personas de todo tipo y condición que le dicen que han vivido en un piso de la entidad y eso le da fuerza para impulsarla y que siga adelante otro siglo más, a pesar de las dificultades que se encuentra en el camino.

—En sus 104 años de historia el Patronato le ha dado casa en Sevilla a más 200.000 vecinos con la construcción de 13.000 viviendas sociales ¿Hay en la actualidad algún organismo que haya tomado el relevo a esta entidad benéfica constructora?

— Creo que desde hace ya muchos años nadie está realmente interesado en la vivienda social y, realmente, las entidades benéfica constructoras han desaparecido y ya no existen. Gozaban de una serie de beneficios para lograr su labor que hoy día son impensables. Tan sólo fundaciones como la nuestra y el antiguo Patronato Municipal de la Vivienda de Sevilla, germen de la actual Emvisesa, nos dedicamos a construir y mantener un parque de vivienda social en los barrios más populares de nuestra ciudad.

—¿Y puede construir el Patronato hoy día?

—Pues a veces nos sentimos como una especie de Don Quijote luchando contra enormes molinos, que son grandes fondos de inversión, entidades financiera y una normativa que hace casi imposible construir vivienda social. Hemos pasado unos años muy complicados durante la crisis, pero nos hemos vuelto a «montar en Rocinante» y estamos a punto de comenzar una promoción de viviendas en alquiler enfocada a personas mayores. A pesar del reciente Plan Estatal de la Vivienda 2018-2021, y del anteproyecto de Ley de la Juventud de Andalucía, donde parece que algo se está moviendo, la situación para nosotros es muy dura y, en ambos casos, están referidas a sectores de población concretos, a determinadas actividades que no son, principalmente, el acceso a una vivienda digna y en municipios de pequeño tamaño. Su materialización en ambos casos puede ser a largo plazo, dado que, en el caso del plan nacional, existe la necesidad de firmar los correspondientes convenios con las comunidades autónom as; y, respecto al segundo, todavía es algo en fase de anteproyecto.

—¿Cree que el patronato podrá seguir otro siglo más construyendo viviendas para quienes no tienen recursos? ¿Qué haría falta para que cumpla 100 años más?

—Principalmente una nueva normativa que apueste decididamente por la vivienda social, dotando a los promotores y beneficiarios de los recursos. Seguimos teniendo prácticamente la misma normativa en materia de vivienda que antes de la crisis, y está dificultando mucho que se incorpore suelo finalista a un precio razonable para permitir construir vivienda social. Desgraciadamente vivimos instalados en el alarmismo, y los recursos se dedican principalmente, a tapar esas alarmas, cuando la verdadera está en el que vive en la calle, en el que sufre un desahucio, en el que no tiene dinero para pagar un alquiler.

—¿De sus palabras se deduce que no hay suficiente financiación para construir?

—Son necesarios nuevos instrumentos financieros, al margen de la banca tradicional, que permitan aunar inversión pública y privada en materia de vivienda social.

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