Una orden religiosa de Sevilla podría tener que devolver una herencia a un hijo no reconocido

Antonio, un sevillano de 60 años, ha solicitado a un Juzgado de Primera Instancia de la capital andaluza la exhumación del cadáver del que asegura que fue su padre para realizar una prueba de ADN y solicitar la filiación. Este sevillano reclama la herencia (casas, tierras, dinero, obras de arte y joyas) que le correspondería y que fue donada a una orden religiosa de la capital andaluza.

Fernando Osuna letrado de Antonio, ha informado que el médico forense exhumará el cádaver del Manuel, el presunto padre fallecido en 1990. «Una vez exhumado el cuerpo, se tomarán muestras de él, se enviarán al Instituto Anatómico-Forense para determinar la paternidad que se debate en el litigio. Realizadas estas actuaciones se inhumará el cuerpo», según el letrado. La exhumación del cadáver será vital para la prueba de ADN, ya que el padre falleció soltero y sin hijos reconocidos, y sólo quedan vivos familiares en segundo y tercer grado, como sobrinos y sobrinos nietos de Manuel.

La historia se remonta al año 1956, cuando la madre de Antonio trabajaba como empleada doméstica en una casa señorial del casco histórico de Sevilla . El hijo de los propietarios de la vivienda se enamoró de esa trabajadora y fruto de esa relación sentimental nació Antonio. «Dada la diferencia de clases entre los novios, la relación se rompería inmediatamente tras conocerse el embarazo de la misma», añade en su demanda el letrado Fernando Osuna.

«Antonio tuvo una infancia llena de carencias económicas y afectivas por parte de su padre. Si bien a partir de los 15 años su padre biológico le ayudó económicamente. El hijo nunca fue reconocido legalmente porque en aquel entonces estaba muy mal visto que hubiera hijos de personas no casadas, aunque -según Fernando Osuna- el padre le ayudó económicamente , pagándole el colegio y sufragando otros gastos de su vida diaria».

Manuel no se casó nunca, a diferencia de la empleada doméstica, que contrajo matrimonio y llegó a tener dos hijos de esa unión. Al morir Manuel sin hijos reconocidos, legó su herencia a una orden religiosa. Ahora, Antonio reclama judicialmente su filiación para poder acceder a los pellidos de Manuel y una herencia de más de dos millones de euros.

«Después de la entrada en vigor de la Constitución y de las normas reformadas del código civil, adaptadas a la Magna Carta, no se puede discriminar, a efectos hereditarios, a los hijos, según se hayan concebido o no fuera del matrimonio», subraya e l abogado Fernando Osuna, letrado del hijo del Cordobé s y de la hija que reclama la filiación del que fuera marido de la duquesa roja.