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Cambio normativo

¿Quién se queda con el chihuahua después del divorcio?

Cada vez más parejas incluyen en el convenio regulador de la separación quién se queda con la mascota; pronto lo regularán los jueces

Un perro chihuahua ABC

MERCEDES BENÍTEZ

Ella tiene 40 años y él 55. Después de diez años han roto . No tenían hijos pero sí un chihuahua, que ha sido origen del conflicto . No ha habido problemas sobre quién se quedaba con la casa, el coche y los bienes materiales. Lo difícil ha sido decidir quién se quedaba con el perro. Finalmente el animal estará en una especia de «custodia compartida» . Pasando semana a semana de uno a otro.

Cada viernes a media tarde, ella recoge al animal y se lo queda hasta la semana siguiente, cuando el perro vuelve a la casa de él. Cada uno paga la comida cuando lo tiene a su cargo pero han regulado que la factura del veterinario, la peluquería o la limpieza de boca del can la pagan a medias. Incluso han llegado al compromiso de que, en vacaciones, si ninguno puede llevárselo, pagarán a medias la guardería para perros donde lo dejan.

Ha sido un largo acuerdo que ha supuesto mucho trabajo para María Pérez Galván, abogada de familia. «Me ha dado más trabajo el perrito que el patrimonio» , explica esta experta. Cada vez se encuentra más casos como éste, de parejas que discuten por la custodia de perros y gatos. Algo que la abogada alega a que, como la maternidad se pospone, hay cada vez más gente con animales y, cuando se separan, hay conflicto. Son perros o gatos ya que los pájaros no dan problemas.

Hasta ahora, cuando una pareja se separaba, si había conflicto y había que resolverlo en los tribunales, los jueces se pronunciaban sobre quién se quedaba con los hijos o con la casa . Muy pronto podrán decidir sobre la custodia del perro, el gato o cualquier otro animal de compañía. Ocurrirá porque ya ha sido aprobada y publicada en el Boletín del Congreso una proposición de Ley que modifica el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales.

La principal novedad es que los animales serán considerados «seres vivos dotados de sensibilidad» tal y como se ha hecho en Francia o en Portugal y que supone la reforma del Código Civil que implicará que la naturaleza de los animales es «distinta de la de las cosas o bienes». Lo más llamativo es que se introducen en las normas relativas a las crisis matrimoniales preceptos destinados a concretar el régimen de custodia de los animales sentando los criterios sobre los que el juez decidirá a quién entregar el animal. Una reforma del Código Civil que obligará a los jueces a pronunciarse sobre el destino de estos animales teniendo en cuenta su bienestar y pudiendo prever incluso «el reparto de los tiempos de disfrute».

Hasta ahora los jueces de Sevilla no han tenido que dictar sentencias sobre el tema. Así lo corrobora Carlos Piñol , uno de los magistrados de la sección II, la sala civil que lleva los asuntos de familia en la Audiencia de Sevilla. «Nunca hemos deliberado sobre el tema», asegura Piñol que está a la espera de conocer esa iniciativa y cómo se regula un asunto que puede suponer un conflicto. Aunque el magistrado es partidario de dejar las cosas claras para evitar los problemas, apunta algunos datos a tener en cuenta: si el animal se compró con el dinero de uno o de los dos , si fue antes o durante el matrimonio o quién paga los gastos.

A la espera de que estos conflictos lleguen a los tribunales, los abogados también opinan. Víctor López, de LBO abogados , celebra esta proposición de Ley y recuerda que tuvo una gran repercusión en las redes sociales donde se hizo viral el eslogan #AnimalesNOsonCosas . «Ahora se tendrá en cuenta el bienestar del animal para decidir sobre el destino de su vida tras la ruptura de la pareja», explica recordando que antes los animales estaban algo así como «en tierra de nadie». López también se ha encontrado casos de parejas jóvenes que no se ponían de acuerdo sobre el perro o el gato. Y´tuvieron que fijar en el convenio regulador la custodia compartida del animal.

Más crítica se muestra María Pérez Galván para quién es «una frivolidad» y «un despropósito» aunque sea una medida políticamente correcta. Le choca que en un momento en que hay otras necesidades más perentorias, se pongan a regular «la custodia de los perritos». Seguramente por eso cuando le llegan esos asuntos intenta que la pareja se ponga de acuerdo y regular la custodia del animal para evitar que llegue a los tribunales. Sabe que hay jueces a los que no les gusta dictar sentencias sobre perros y gatos.

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