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ENTREVISTA

Rafter: «A sevillanos e irlandeses nos gusta la vida y trabajamos para vivir; no vivimos para trabajar»

El dramaturgo, director y actor irlandés trae con éxito a Itálica su versión de «Edipo Rey»

Denis Rafter en la Isla de la Cartuja J.M.SERRANO

JESÚS ÁLVAREZ

Denis Rafter (Dublín, 1942) es un veterano y prestigioso dramaturgo, director y actor irlandés que fue comisario del pabellón de su país en la Expo 92 . Se trajo a 250 artistas irlandeses, botó un Gulliver gigante en el Guadalquivir que asombró a propios y extraños, puso a María Pagés a bailar a música irlandesa y se trajo a Seamus Heaney , premio Nobel de Literatura . Estos días ha estado en Sevilla con su versión de «Edipo Rey» con la compañía extremeña Teatro del Noctámbulo. Dice que el teatro utiliza la mentira, la ficción, para contar la verdad, mientras que en en la vida real se hace al revés: «mentiras se venden como verdades».

Ha vuelto de nuevo a Sevilla. ¿Recuerda la primera vez que lo hizo?

Sí, fue en 1970. Era directivo de la compañía aérea Aer Lingus . Me gustó mucho todo lo relacionado con la Exposición Iberoamericana de 1929. El Teatro Lope de Vega , a donde llevé con Agustín García Calvo los sonetos de Shakespeare, la Plaza de España , el hotel Alfonso XIII. Era una ciudad más provinciana con muchos menos turistas. Tenía mucho encanto porque conservaba sus tradiciones. Era una ciudad mucho más cerrada pero había una mezcla de clases sociales muy curiosa.

Ahora recibimos muchos turistas.

El problema en Sevilla entonces era que no se reconocía que el turismo debía ser de calidad, no de cantidad. Tenía que haberse controlado un poco más la oferta turística. A Sevilla le pasa como a Roma. He ido allí y no pude entrar en el Vaticano por la cantidad de gente que había. Y en el Coliseo hay personas vestidas de centuriones romanos que falsifican la historia y la imagen de la ciudad. También he visto a Mickey Mouse en la Plaza Mayor de Madrid.

¿Cómo recuerda la Sevilla de la Expo92?

Una Sevilla de mucha acción y de mucha cultura . El mejor pabellón, sin duda, fue el de la ciudad de Sevilla. Andar por allí era una maravilla y los sevillanos creo que empiezan a tener más seguridad en ellos mismos. Lo malo fue lo que subió el coste de los restaurantes y los hoteles, que mató hasta cierto punto la oportunidad de visitar la Expo . Venir a Sevilla era muy caro. Tampoco hubo un plan para el recinto de la Cartuja cuando acabara y durante muchos años hubo muchos sitios vacíos y abandonados, aunque esto he visto que se ha arreglado después. Lo más negativo de la Expo fue la disputa política que generó. Recuerdo las discusiones entre Rojas-Marcos y Pellón . A mí me costaba mucho entender que no hubiera unión política en un tema tan importante.

¿Cómo se le ocurrió lo de Gulliver?

Irlanda no podía competir en lo audiovisual con Australia, Nueva Zelanda, Canadá o Japón . Quería conmemorar el 16 de junio, el día del Bloomsday de Joyce, un acontecimiento mundial para la literatura y pensé que la mejor manera era hacerlo con uno de los pesonajes irlandses más conocidos de la literatura universal. Por eso botamos a Gulliver por el Guadalquivir. Tuvo mucho impacto. Lo segundo que tuvo más impacto fue poner a María Pagés a bailar música irlandesa.

Fiesta y culura

¿Son los irlandeses tan fiesteros como los sevillanos?

En Irlanda y en Sevilla se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. En Londres, por ejemplo, no es así. Para el sevillano su vida de ocio es tan importante o más que su vida laboral.

¿En qué se parece un sevillano y un irlandés?

Hay mucho en común, el ritmo de la vida, la espontaneidad de las pasiones , las ganas de bailar, de cantar, de divertirnos. Mucho más que ver que con los británicos, que son más contenidos, más de clase. Aparte de que Londres es una ciudad de individuos y Sevilla una ciudad de familias.Un inglés lo primero que te pregunta es en qué colegio estudiaste. Si te dice que en Eto n o en una escuela pública de Birmingham ya sabes si es de tu clase social o no. Un irlandés lo primero que te pregunta es de qué pueblo eres. Le interesa mucho más la persona que la clase social.

La Feria de Sevilla está compartimentada en casetas.

También Sevilla puede ser cerrada, pero en general es abierta, aunque haya algunas puertas cerradas entre escalones sociales.

¿Qué parte de la cultura sevillana le llamó más la atención?

Cada ciudad tiene algo que la caracteriza . Estuve hace poco en un país inmenso como la India y pregunté en muchos lugares cuál era la parte de su cultura más importante, si la música, el baile, etcétera , y me dijeron no, que la comida. Tú vas por la calle y van comiendo.

¿En Irlanda es así?

No es tan importante .

En Sevilla tampoco.

Creo que los sevillanos tirais más hacia el ritmo y la música que hacia la comida. Aquí se prefiere ir a la fiesta aunque sea con poca comida que mucha comida sin fiesta, como en muchas ciudades centroeuropeas.

¿Cómo era esa Sevilla con la que se reencontró después de la Expo?

Hubo un crisis y la Sevilla de después de la Expo se quedó un poco triste. La Cartuja se quedó vacía pero poco a poco fue creciendo . Muchos sevillanos ayudaron a remontar con sus tradiciones y recuperaron su seguridad. Sevilla se dio cuenta de que era una gran ciudad dentro de un gran país como España.

¿Ayudó a recuperar esa autoestima el éxito deportivo?

Sí, especialmente, el éxito europeo del Sevilla . Con sus victorias en las competiciones futbolísticas trasladó a toda Europa esa imagen moderna, segura y eficiente de Sevilla.

¿Y cómo ha visto a la Sevilla que se ha encontrado esta semana?

De Sevilla siempre me llamó la atención el color, la música, las voces, la gente por la calle, el sonido de la ciudad. Las calles estrechas de Santa Cruz y la conservación de los edificios. El impresionante patrimonio histórico de la ciudad. He visto ahora una Sevilla más cosmopolita, sin contar con el turismo. Pero he visto el alma de Sevilla un poco tapada . Como me pasa en otras grandes ciudades del mundo, porque están pensando en otros valores. Yo hablo con los taxistas y me pierdo por la ciudad. Veo demasiados guías, todo el mundo quiere explicarte la ciudad y no se deja al turista que haga su parte para conocer Sevilla. La tiene que descubrir él mismo.

Hablaba antes del turismo de calidad.

El turismo es un forma de transmitir la cultura de ambos lados. No sólo los que vienen aquí a ver el Parque de María Luisa, la Catedral o la Plaza de España, donde se rodó la Guerra de las Galaxias, deben recibir esa transmisión de cultura sino que se debe intentar que se aprenda de los dos lados, que haya un intercambio cultural que permita un turismo más consistente. Para eso creo que es necesario mejorar la oferta cultural de la ciudad e invertir en cultura profunda, no solo en cultura superficial o de entretenimiento. Me refiero al Teatro Central, a compañías, música, no sólo flamenca, al Teatro Romano de Itálica .

El turismo genera mucho dinero

Comprendo que el dinero es muy importante para los hoteles y los restaurantes pero no debería ser lo más importante. Hay un pueblo llamado la Alberca, en Salamanca, fundado por conversos. Hay una matanza muy tradicional del cerdo y fuera hay muñecas, postales, todo tipo de cosas, como en Sevilla, con las que casi no puedes ver el encanto de las calles. ¿Dónde puedes tomar una foto de la Catedral sin tener un montón de gente?

¿Cómo lo han hecho en Irlanda?

Mi país tomó la decisión de no construir grandes edificios y vender su cultura tradicional y su ritmo de vida. Recuerdo una página de publicidad turística institucional que salió en ABC y otros grandes periódicos en la que se reconocía que en Irlanda había grandes atascos y la fotografía que la ilustraba era de un montón de corderos parados en una calle y a un coche detrás esperando que pasaran. La paz y el silencio era la manera de disfrutar las vacaciones en Irlanda.

¿Cree que con Sevilla funcionaría eso?

Es difícil decirlo. Como se dice en mi país, es difícil quitar el agua sucia sin tirar el bebé. Hay que tener un plan, hecho por agentes externos, y ver lo que se quiere preservar.

Usted conoce bien Italia. ¿Florencia podría ser un buen modelo?

Sí. También Venecia , donde han mantenido hoteles de calidad sin construir grandes edificios y donde han puesto un tope de turistas en las fechas donde se produce saturación.

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