Rosario Fernández: «Normalmente las mujeres profesionales del mar son más responsables que los hombres»
Es una de las pocas mujeres que mandan un barco de época en España. Lo ha hecho en la Nao Victoria y en el Galeón
Disculpe mi ignorancia, ¿se dice capitán o capitana?
Como «persona que manda un barco», está aceptado por el diccionario de la RAE tanto en femenino como en masculino. De modo que, capitana.
¿A mandar se aprende o viene de fábrica?
Se aprende, con el tiempo. Vas viendo lo que te gusta y lo que no. Y a partir de ahí, intentas aproximarte a ese ideal de cómo te gustaría que funcionara todo.
¿Y a una mujer se le obedece como a un hombre?
A una capitana se le respeta como a un capitán. Esto no es una cuestión de sexos. Se trata de disciplina en el trabajo y en el buen hacer.
Algún marinero no llevará bien eso de que sea una mujer la que le dé órdenes, supongo.
Eso ha ocurrido pocas veces, y normalmente con personas mayores profesionales del mar, con los jóvenes no suele suceder. La suerte es que eso tiene solución y nadie es imprescindible.
Me han dicho que usted manda tela. Que no levanta la voz pero que los pone firmes.
Hablo poco y dejo que el personal desarrolle sus habilidades hasta cierto punto. De modo que cuando me dirijo a alguien para llamarle la atención debe ser porque está ocurriendo algo gordo.
¿Nunca ha mandado a la mar salada a nadie?
Creo recordar que no. Y ocasiones o motivos no me han faltado. A más de uno le hubiese gustado que lo hubiera hecho, pero no les di el gusto.
Se ha quedado con las ganas. Seguro.
En demasiadas ocasiones...
¿Si pudiera le gustaría llevar una marinería solo de mujeres?
Sí. Normalmente la mujer que decide embarcarse de forma profesional suele ser más responsable que un hombre en el mismo cargo. Probablemente, por ser consciente del trabajo que le costó conseguirlo.
Se acaba usted de cargar toda la historia de la Marina española, donde hubo mandos y marineros excelentes.
Hubo y hay. Lo mismo ocurrió con profesiones como la de médico, abogado o maestro. Afortunadamente, estamos en el siglo XXI y el papel laboral de la mujer en el mar en puestos de mando es cada vez más habitual. Ya hay una práctico y cada vez somos más capitanas.
¿Su mejor navegación cuál ha sido?
Con estos barcos y, hablando de vela cuadra, la de enero de 2016 de Puerto Rico a Panamá City (EEUU). Se dieron condiciones ideales para rumbos portantes, de modo que... ¡todos los días navegando a vela!
¿Y la peor?
Creo que nombraré tres. Una con el Galeón a la altura de Cape Fear (EEUU), aquello era un hervidero. La segunda con la Nao, a la altura de Key West (EEUU), con rotura de timón. Y otra de Cabo San Vicente a Lisboa, ésta fue como estar metida en la olla de la feria.
Me han contado una anécdota de un marinero, unos callos molestos y una radial. ¿La recuerda?
Navegando, sobre las 14.00 horas me voy a hacer una ronda por el barco y llegando a carpintería oigo una herramienta eléctrica. ¿Quién es y qué hace? Un tripulante sentado en un cajón, haciéndose la pedicura con una radial. Para él, normal... Hoy me río, pero en su momento no me hizo ninguna gracia.
¿Con qué barco de época ha soñado usted?
Estaría interesante probar alguna navegación en el noruego Draken.
¿Si pudiera mandaría el Juan Sebastián ElCano?
Al ser un barco militar y yo civil no es algo que me atraiga.
¿Tenemos capital humano y tecnológico en el puerto de Sevilla para acoger un desfile de barcos de época?
Creo que sí. Todo es cuestión de organización, ganas y tiempo. Además, sería muy interesante porque cuenta con el escenario «original» y sería una buena ocasión para la interpretación y difusión de nuestro patrimonio histórico material e inmaterial relacionado con barcos de época.
¿Qué barco le ha proporcionado más horas felices de navegación: la Nao Victoria o el Galeón?
Ambos, cada uno en su forma. Aunque he de decir que la Nao Victoria siempre se ha prestado mucho más a tender y desarrollar lazos de compañerismo y amistad.
De todos los mares que conoce ¿cuál es el menos fiable?
Lo que menos me gusta, por ahora, es la subida de Cabo San Vicente a Finisterre. Y el Golfo de San Lorenzo (Canadá), lo encuentro «engañador».
En la celebración de la efeméride de Magallanes y Elcano, ¿se ve en el puente de alguna nave?
Cualquiera es buena, aunque El Galeón es el más cómodo. Todavía queda para que llegue ese momento. Y aún tiene que llover mucho.
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