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Las chucherías de los años 80 que ya no vemos en los quioscos

Los chicles Cheiw, el Pita gol o las pizquillas eran algunas de las golosinas que no faltaban en el patio del colegio en los 80 y 90

Las chucherías de los años 80 que ya no vemos en los quioscos

l.r.

El sector de las golosinas en España también se ha visto afectado por la crisis y la empresa de caramelos Fiesta se ha visto obligada a echar el cierre . Desaparecerán así chucherías como las piruletas en forma de corazón o los chupa chups Koyak.

La desaparición de estas míticas golosinas se suma a la de otras que causaron furor en las décadas de los 70, 80 y 90 y que ya no se suelen en los quioscos por diversos motivos.

Quien tenga más de 30 años recordará que los chicles eran todos azucarados, antes de que se pusieran de moda los «sin azúcar» y de que los dentistas empezaran a recomendarlos para limpiar los dientes cuando se come fuera de casa. Las marcas más famosas eran Cheiw, Bang bang, Boomer y Bubbaloo.

En el apartado de los caramelos de furtas, los Chimos eran los reyes, junto a los Sugus o los Pez. También los había con formas curiosas, como el Pita gol, con forma de silbato que sonaba de verdad.

Junto con los Palotes, otros caramelos blandos hacían las delicias de las meriendas, como el Tico de sandía o el Barrilete de fresa y nata.

Por motivos legales desaparecieron los cigarrillos de chocolate, cuyas cajetillas imitaban a las de tabaco real de diversas marcas. Además, el contenido era dudoso, ya el sabor del relleno guardaba pocas semejanzas con el cacao.

En el grupo de los «inclasificables» estaban los Peta Zetas (que aún se venden en muchos quioscos), los Escalofríos y las cañitas pica pica. Todo un desafío para el paladar de los más pequeños.

En cuanto a los snacks en bolsa, inolvidables las pizquillas naranjas con sabor a queso o los Drakis de Matutano. Mención especial a los «fistros», unos fritos que se pusieron de moda en la época dorada de Chiquito de la Calzada.

Por último, aunque no sea una golosina en sí, merece una mención especial el Tang, ese refresco en polvo con sabor a frutas que tu madre solo te daba en ocasiones especiales.

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