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crisis del ébola

Nueva York impone la cuarentena obligatoria para los cooperantes

Illinois y Nueva Jersey se suman a una medida dirigida a los que hayan tenido contacto con enfermos de ébola en los países de África occidental afectados por la epidemia

Nueva York impone la cuarentena obligatoria para los cooperantes reuters

emili j. blasco

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio , se apresuró a proclamar que «no hay motivo para la alarma», pero la noticia de que Craig Spencer , médico de 33 años a quien el jueves se le diagnosticó la enfermedad, había viajado la noche anterior en el metro de Manhattan llevó a un conato de psicosis en la Gran Manzana.

Las informaciones, sin embargo, eran ayer tranquilizantes: Spencer se encuentra estable y las tres personas que mantuvieron mayor relación con él al comenzar sus síntomas, siguen sin dar muestras de fiebre. Además no solo la primera enfermera de Dallas en sufrir contagio, Nina Pham , fue dada el viernes de alta, sino que también la otra enfermera del mismo hospital afectada, Amber Vinson, ha dado negativo en las últimas pruebas y podría volver a su casa los próximos días.

Craig Spencer, quien el día 14 llegó de Guinea, donde trabajó para Médicos Sin Frontera, era ayer la única persona en EE.UU. con el virus. Se temía que una enfermera recién llegada de África al aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) y que tuvo fiebre estuviera también infectada. Pero los test han sido negativos.

Los gobernadores de los estados de Nueva York y Nueva Jersey, Andrew Cuomo y Christ Christie, respectivamente, anunciaron conjuntamente en rueda de prensa una cuarentena obligatoria para toda persona procedente de Guinea, Liberia y Sierra Leona que hubieran tenido contacto con pacientes de ébola en esos países. Unas horas después, se unía a ellos Illinois.

Las normas federales solo han establecido la obligatoriedad de tomar la temperatura a los viajeros de esas procedencias a su llegada a los cuatro aeropuertos que reciben los vuelos con origen en los países africanos afectados (JFK de Nueva York, Newark, Atlanta, Chicago y Dulles de Washington). En principio, en caso de que los viajeros no tuvieran fiebre no tenían por qué guardar cuarentena, pero la nueva normativa de los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey modifica eso, yendo más allá de las prevenciones de las autoridades federales. «Una cuarentena voluntaria no es suficiente. Esta es una situación de sanidad pública demasiado grave», afirmó Cuomo.

Creig Spencer estuvo trabajando en Guinea hasta el 12 de octubre. Dos días después aterrizó en Nueva York. Dados sus conocimientos sobre la enfermedad, se estuvo tomando la temperatura dos veces al día. El pasado martes había comenzado a sentir cierto malestar, pero sin fiebre. Salió a correr cerca de su casa en el norte de Manhattan, fue en metro a una bolera de Brookling y regresó en un taxi Huber. A la mañana siguiente tuvo fiebre y avisó al hospital Bellevue , que es el escogido en el área de Nueva York para los posibles casos de ébola. De inmediato fue enviado allí un equipo especializado.

En cuarentena en el hospital está su novia. También están en observación dos amigos del médico con los que jugó a bolos y la bolera estuvo dos días cerrada, mientras que la autoridad de transporte de la ciudad aseguró que no había riesgo de utilizar las dos líneas de metro que usó Craig, pues aún no tenía síntomas. El alcalde insistió, además, en que «estar en el mismo vagón del metro no supone por sí mismo un riesgo».

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